Iniciativa para una Europa igualitaria

Cada vez que se acercan unas elecciones se aceleran los procesos de construcción institucional y social. Es el momento de la propuesta en positivo y de la mirada con altura. Al menos así es como Compromís afronta los comicios. Además, esta ocasión, como consecuencia del crecimiento del espacio social y político que ocupamos, nos permite concurrir a les elecciones europeas liderando -por primera vez- una coalición de fuerzas políticas que representan la pluralidad de nuestro Estado. El objetivo no es otro que hacer extensivo, también a Europa, el modelo de sociedad igualitaria y participativa, creíble y tangible que hemos mostrado en estos cuatro años de Gobierno del Botànic.

La exportación de nuestros valores y de nuestra gestión transparente se ha iniciado ya. Lo hicimos con nuestra entrada en el Congreso, y ahora cruzaremos las fronteras. Y así es desde el momento que la propia Comisión ha puesto blanco sobre negro, cómo nuestro sistema de lucha contra el fraude es de los más avanzados y eficaces en toda Europa.

Queremos seguir trasladando nuestras experiencias, también en el ámbito de la dignificación social y de la igualdad laboral y salarial de las mujeres y de otros sectores discriminados por razón de su orientación sexual. Hemos hecho frente a la brecha salarial de las empleadas de hogar, al reconocimiento y compensación de los salarios en los servicios sociales públicos también altamente feminizados y precarizados, a la problemática de las kellys del sector turístico. Todos ellos sectores laborales femeninizados y enquistados en sus reivindicaciones desde hacia décadas. Pero también abordamos la explotación, laboral y sexual, de otros sectores en crecimiento, cero sostenibles y con condiciones socialmente insoportables, como son las mujeres inmigrantes dedicadas a las tareas agrícolas, o la situación de quienes ejercen la prostitución en un marco de explotación y desprotección absolutas.

Por fin ha habido una aproximación feminista, un análisis de problemas clásicos con miradas nuevas. Compromís ha sabido entender las disfunciones ocultas de una sociedad que depende de los cuidados -familiares y profesionales- pero que no se quería autorreconocer como tal.

La brecha social y de género existe y ha de ser combatida con todos los recursos institucionales a nuestro alcance. En esta línea se sitúa otra de las propuestas que quisiera llevar al Europarlamento, y que concierne directamente al ámbito de la Educación y a la activación de la población entre 20 a 29 años, en un momento en el que el ascensor social se ha parado, se han truncado las expectativas de mejora intergeneracional, y no acabamos de hacer un diagnóstico suficientemente claro de cómo todo esto se combina con una sociedad progresivamente envejecida.

Quiero por ello prestar atención a una medida aparentemente sencilla en su diseño y aplicación, pero enormente potente en sus efectos. Me refiero a la universalidad del acceso al Programa Erasmus que hasta ahora era más conocido como una beca, preferentemente universitaria, para el turismo y a ser posible la formación.

Más de un millón de bebes nacidos en parejas Erasmus, estudiantes que ya no volvieron a sus países de origen, que levantaron empresas prósperas, e incluso llegaron a ser concejales de movilidad geniales en alguna gran ciudad! ... Muchas son las anécdotas que hemos ido coleccionando, a lo largo de treinta años de vida de esta experiencia única de intercambio intercultural. Pero lo cierto, e importante, es que una gran parte de nuestros jóvenes no ha podido conocer la apertura de horizontes mentales, laborales y emocionales que permite este programa, y ello debido a motivos pura y duramente económicos.

Convencidos de que las diferencias económicas o sociales no deberían ser un obstáculo para conseguir una educación de calidad. Convencidas del valor que llegaría a tener la igualación de oportunidades de los jóvenes, en relación al servicio educativo público de mayor éxito de la historia de la Unión Europea, estoy segura de que muchas familias suscribirían la posibilidad de facilitar y democratizar este recurso que acelera los procesos de madurez y emancipación de nuestros hijos e hijas.

Europa no puede desarrollarse si no implica y empodera a su juventud para que tenga una participación activa en la vida política y social, ellos y ellas son el fermento de una sociedad democrática.

En estos días asisto a reuniones de trabajo para ir definiendo las prioridades que deberá tener el presupuesto europeo de los próximos siete años, el llamado Marco Financiero Plurianual, en las que buscamos fórmulas de sostenibilidad y mejora de la cohesión social. Observo y van sumándose las evidencias que refuerzan que la universalización real del Programa Erasmus podria ser una gran aportación de Compromís desde el Europarlamento, en el que me encantaría integrarme si los votos así lo deciden.

Coincidiendo con el Comisario Europeo de Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen, creo que son los jóvenes quienes tienen las ideas más innovadoras, y sobretodo la valentía de poner en práctica nuevas maneras de resolver los problemas. Exactamente lo que ahora necesitamos, para poder transitar hacia el nuevo modelo económico de producción y consumo, que resuelva nuestros urgentes problemas de sostenibilidad.

Estoy convencida de que esta generación formada, consciente y responsable del momento que le toca vivir, va a hacer una gran aportación social. Porque han comprendido mejor que nosotros que este modelo económico se ha agotado, y se preparan para transitar hacia el nuevo, como hizo la sociedad británica en el siglo XIX cuando abolió la esclavitud en plena recesión, para embarcarse a continuación en la Revolución Industrial.

Por eso, porque honestamente creo que los jóvenes representan esa fuerza innovadora y de cambio, y porque nuestro programa electoral busca activar la Economia a base de reconectarla con la Vida, espero que pronto podamos ver un Programa Erasmus Universal en el que todas y todos los estudiantes de Formación Profesional y universitarios disfruten del acceso a una experiencia que cambia el rumbo y revoluciona la vida de las personas, acercándoles a un futuro (laboral y vivencial) mejor, al futuro que desean.