Huida de la ciudad a la montaña como vía de escape por la COVID: ciclistas y senderistas inundan la sierra Calderona
El mes de junio es habitualmente una época de poca actividad en el parque natural de la sierra Calderona, situado a escasos kilómetros de la ciudad de Valencia entre las comarcas valencianas del Camp de Túria, Camp de Morvedre y Horta Nord y la castellonense del Alto Palancia. Sin embargo, este año, coincidiendo con el final del estado de alarma y después de tres meses de confinamiento por la pandemia de la COVID-19, las visitas a este paraje se han multiplicado, situándose en niveles más propios de otras fechas, como pueden ser Semana Santa y Pascua.
Como reconoce el presidente de la junta rectora del Parque Natural, Guillem Domingo, para la época del año en la que nos encontramos, en la que por el calor se produce un descenso considerable de visitantes, las visitas se han multiplicado hasta alcanzar niveles propios de otras épocas del año, “hay una ocupación más propia de otoño o primavera que de verano”.
Son multitud los ciclistas, senderistas y deportistas de todo tipo que estos días, desde que comenzó la desescalada y se permiten estas actividades, recorren diariamente las pistas de la Calderona. A estos, se les suman las familias que se acercan a pasar el día a las zonas de recreo: “El miércoles 24, festividad de San Juan, parecía un día de Pascua”. Ese día, desde la oficina de turismo ubicada en la localidad de Serra se atendió al doble de personas que en la misma fecha hace un año. Así, Domingo reconoce que, “sin ser algo extraordinario”, sí que hay una mayor afluencia: “Da la sensación de que se ha juntado la gente que quiere salir a la naturaleza después de muchas semanas encerrado con quienes tienen su segunda residencia en la zona y han adelantado su llegada unas semanas”.
De este modo, se producen las habituales visitas de los deportistas a primera hora de la mañana, cuando el calor aprieta menos, además de otras menos habituales, a partir de las 12 del mediodía, de gente que se acerca también a hacer alguna ruta por el parque natural, cuando lo habitual es que se produzca un parón en esta época del año, “hasta que llegan los veraneantes, que este año también se han adelantado”.
El alcalde de Estivella, localidad en la que se encuentra el Garbí, uno de los principales atractivos turísticos de la Calderona, también comparte esta sensación: “Desde que se abrió la posibilidad de hacer deporte primero y después acabó el estado de alarma es indudable que ha aumentado la afluencia”, sobre todo los fines de semana por la tarde: “Cuando subes, ves mucho coche y a gente que está descubriendo que a media hora de València tenemos paisajes que valen mucho la pena y que no hay que viajar muy lejos para disfrutarlos”.
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