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CV Opinión cintillo

PPVox o el pacto de la VIU

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Es curioso esto de las nomenclaturas. Te bautizan con un nombre y a partir de ahí adquiere vida propia. Es lo que sucedió con el Botànic o los sucesivos pactos de La Nau y del Rialto. Todos ellos vinculados a espacios de nuestra ciudad con una fuerte carga simbólica que consiguieron generar identidad y marca. Una manera de gobernar con un rotundo avance en lo económico, social y reputacional. Porque ahora que ya han llovido ocho años, la sociedad valenciana ha conseguido borrar de su memoria la vergüenza de aquel 2015 en el que el PP fue expulsado de unas instituciones que arruinaron, comprando trituradoras de papel y con la UCO pisándoles los talones.

Ahora ese mismo PP resucita el zaplanismo y nos hace temer nuevos días de despilfarro a cuenta de nuestro dinero y de nuestra honorabilidad. Un festín, como entonces, para unos pocos, mientras vuelven a desmontar todo lo conseguido para industrializar y modernizar una economía que abandonaron agonizante. Por cierto, en aquellos años María José Catalá ya andaba en el Consell como consellera de Empleo con los datos de paro desbocados o de Educación, entre barracones y mandando a los niños y niñas a comer al colegio con fiambreras o subiendo las tasas universitarias para expulsar a los hijos e hijas de las familias trabajadoras del sistema. Antes de todo esto, con ella como alcaldesa Torrent desvió viviendas protegidas para jóvenes a personas afines del PP.

Estos son solo algunos de los mimbres sobre los que debe erigirse una nueva etapa en València que necesitará nombre propio y aquí estoy yo para lanzarles una propuesta, por si todavía no saben cómo llamar a esta coalición PPVox, negacionista de la violencia machista, del cambio climático o de la igualdad de oportunidades. Es fácil. De sentido común. Pura lógica.

El líder de la facción local de Vox, Juanma Badenas, fue el rector de la VIU que tuvo que acudir a un notario para que quedara constancia de que, en el proceso de venta por parte de la entonces consellera de Educación, María José Catalá, se podrían haber cometido irregularidades. Por cierto, que no se nos olvide que Badenas gastó 15.000 euros en viajes y comidas como rector de la VIU, donde tenía un sueldo de 62.247 euros. Parece que no tenía suficiente.

El periodista Carlos Navarro ha desvelado los entresijos de una operación que implicó la venta al grupo Planeta por cuatro millones de una institución en la que la Generalitat había invertido 34 millones de euros. Una operación redonda para un grupo de comunicación, pero también para Catalá porque trabaja en esta universidad como profesora asociada sin que se sepa todavía sus honorarios. Se niega a hacerlo público.

Por tanto, qué mejor nombre para este acuerdo PPVox que ‘El pacto de la VIU’ en honor a esos años en los que trabajaron juntos y lograron privatizar una universidad pública. Un gran indicador de los senderos por dónde discurrirán sus políticas, por mucho que nieguen la mayor aferrándose a que no harán falta los votos de VOX para la investidura. Que nadie se despiste. Están intentando evitar la foto del pacto hasta que pase el 23J, pero la realidad es que están tan condenados a entenderse como aliados son en la campaña electoral, si no quieren que la maquinaria de la cotidianidad del tercer ayuntamiento de España se paralice. Asuntos de Urbanismo y de Hacienda o la gestión de las empresas públicas requieren una mayoría y seguro que VOX se hará valer.

Cuidado porque frente aquel 2015 de paro, ruina y corrupción, el PPVox hereda un ayuntamiento completamente saneado, líder en la creación de empleo y atracción de inversiones. Pero también una sociedad abierta, diversa y plural que podría ser una de las primeras víctimas de este pacto.

¿Espacios para ayudar a las mujeres como el Lidera o programas como Treballem Iguals, continuarán teniendo presupuesto? ¿El grupo Gama de la Policía Local especializado en la lucha contra la violencia machista dispondrá de recursos? ¿La educación pública, el valenciano serán respetados? ¿Albergará València los Gay Games en 2026? ¿El día del Orgullo mantendrá la misma visibilidad? Veremos cómo resuelven estas cuestiones y muchas más los dos viejos amigos que, sin ninguna duda, pactarán. Insisto, no pierdan el tiempo buscando nombres porque lo tienen hecho: ‘El pacto de la VIU’.

PD: Nada de melancolía, sino fuerza y trabajo para que este pacto no sea más que un paréntesis entre gobiernos progresistas. Pero antes hay que llenar las urnas el 23J. 

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