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Alfonso Rus abandona 32 años en política por la puerta trasera

Alfonso Rus dejará de ser alcalde de Xàtiva tras 20 años de gobierno

Toni Cuquerella

Xàtiva —

Alfonso Rus pone fin a su carrera política tras 32 años en activo, lo hace salpicado de presuntas tramas corruptas y repudiado por su partido, motivos que hacen que haya decidido no recoger el acta de concejal en Xàtiva para no hacer oposición “con mala leche”. Con esta renuncia termina una peculiar forma de entender la política por un hombre que pasó de AP al CDS, fundó AIX y finalmente fue repescado por el PP ante su proyección, consiguió 5 legislaturas de mayorías absolutas, pero que acaba derrotado electoralmente y sin apoyos políticos.

Rus empezó su carrera municipal en 1983 con AP (antes de ser PP), pero en las siguientes elecciones cambió su chaqueta para ponerse la del CDS de un Adolfo Suárez ya en horas bajas y en 1991 probó con el partido independiente AIX. Todo fue una travesía por el desierto con gobiernos progresistas en Xàtiva hasta que en 1993, con un PP preparado para el asalto a todos los niveles en España, lo fichó (un fichaje que se recuerda por el apadrinamiento del propio Mariano Rajoy). Entonces fue la intentona definitiva cuando en 1995 por fin consiguió alzarse con el poder.

A partir de aquí 20 años de cómodas mayorías absolutas que le permitieron aspirar a mayores. En 2004, a través de sus cultivadas relaciones con otros alcaldes 'populares' consiguió que Francisco Camps confiara en el para presidir el PP de la provincia de Valencia, este paso fue el previo para que para las elecciones de 2007 reclamara la vara de mando de la Diputación de Valencia.

Con el sillón de la Diputación a Rus le quedaban pocos cargos por encima, pero en 2009 Francisco Camps fue imputado por la causa de los trajes del 'caso Gürtel', y Alfonso Rus, como buen tiburón político que era, olió la sangre. Para las elecciones de 2011, además de aspirar a alcalde de Xàtiva y a renovar la Diputación también quería ser diputado autonómico en las Corts Valencianes ¿por qué?, es una condición imprescindible para poder ser elegido President de la Generalitat en el caso de la caída de Camps.

El declive

Y consiguió ser diputado, y Camps cayó acosado por Gürtel. Pero el PP no pensó en Rus para ser President de la Generalitat, sino que miró hacia Castellón y el elegido fue Alberto Fabra. El golpe fue mal digerido por Alfonso Rus desde el primer momento quien mostraba su enfado criticando que no fue consultado y que se enteró de la elección por los medios de comunicación. Empezaba un enfrentamiento con Fabra que al final también acabó con él.

Cualquier discrepancia era buena para intentar socavar el liderazgo de Fabra. Las 'líneas rojas' contra la corrupción, la aspiración de Rus a ser presidente del Valencia CF, la estrategia para reivindicar la mejora de la financiación autonómica, las dudas sobre la designación de Alberto Fabra como candidato para las autonómicas... parecía que Rus estaba en sus mayores coas de poder e influencia, pero estaba cavando su propia tumba. Así, cuando surgió el escándalo de las grabaciones que ponían a Rus en el ojo del huracán de la corrupción, Fabra tuvo la ocasión servida en bandeja, fue más allá de sus propias 'líneas rojas' y no esperó a la imputación, hizo que Rus fuera suspendido de militancia del PP.

Pero la situación 'in extremis' ante las elecciones permitió a Rus ser el candidato, y como no tenía ninguna otra salida, tras esconderse durante los primeros días, el alcalde de Xàtiva decidió presentarse con una intensa campaña electoral de un día. Fue el canto del cisne, dos días después Rus perdía en una noche la mayoría absoluta, era superado en votos y en concejales por su principal rival durante los últimos 8 años, el socialista Roger Cerdà, y también en votos por Esquerra Unida.

11 días después Alfonso Rus envía un escrito a la Junta Electoral de Zona anunciando que renuncia a su acta de concejal. Sin dar explicaciones a sus votantes, ni a los ciudadanos que ha gobernado durante 20 años, simplemente no quiere más. En contraste con una carrera marcada por su polémica locuacidad que ha llamado “burros” a sus votantes, “gilipollas” y “chupópteros” a los profesores, “rojos” a los músicos, que con un “arriba España” se negaba a retirar los honores a Franco del Ayuntamiento de Xàtiva y que diciendo que eran “chiquilladas” perdonaba a los jóvenes de Nuevas Generaciones que posaran con símbolos fascistas, Rus se marcha prácticamente en silencio, sin apenas decir nada, sin honores, por la puerta trasera.

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