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Aznar también ayudó a promocionar la colección bajo sospecha del hijo de Gerardo Rueda y ofreció parte a Caja Madrid

José Luis Rueda , primero por la izquierda, con José María Aznar, en la inauguración de una muestra sobre Rueda en Italia.

Sergi Pitarch

“¿Cuáles son sus artistas favoritos?”, le preguntaron en una entrevista al expresidente del Gobierno José María Aznar. El ahora empresario y lobbista contestó: “Rueda, Rueda y Rueda”. El entusiasmo del expolítico por la obra de Gerardo Rueda, fallecido en 1996 y uno de los autores españoles más importantes del siglo XX, le hizo convertirse en una especie de prescriptor de lujo del polifacético escultor.

Tanto fue el interés de José María Aznar por la difusión artística de Gerardo Rueda que llegó a interceder por el hijo adoptivo del fallecido, José Luis Rueda Jiménez, para que vendiera parte de su legado a Caja Madrid por 54 millones de euros. Un verdadero pelotazo en el mundo del arte que frenó el que en aquel tiempo era presidente de la fundación de la caja, Rafael Spottorno, por “desproporcionada”, como revelan los correos electrónicos entre Aznar y Miguel Blesa intervenidos por la policía en el caso Blesa. 

Esta mediación del expresidente del Gobierno se produjo en octubre de 2008, justo un año antes de que José Luis Rueda Jiménez incrementara de manera fraudulenta su herencia con 600 obras falsas que valoró en 21 millones de euros, como ha contado eldiario.es. Esos cuadros y esculturas se fueron produciendo años después según encargo del heredero y 11 años después de la muerte del artista. Solo el IVAM adquirió 96 por 3,4 millones, compra fraudulenta por la que se enfrentan a entre 6 y 12 años de cárcel la exdirectora del IVAM Consuelo Císcar; el exjefe económico del museo Juan Carlos Lledó y el hijo de Gerardo Rueda.

Según los correos entre Miguel Blesa y José María Aznar, el expresidente del Gobierno ofreció a Caja Madrid una colección de José Luis Rueda que incluía 200 obras, entre las que se incluían piezas del grupo El Paso, de la Escuela de Vallecas, del Grupo Cuenca, 20 obras de Gerardo Rueda y otras 130 en préstamo para su exposición. El precio, que acompañó con dudosos informes técnicos, fue de 54 millones, lo que provocó el “estupor” de Spottorno por dicha valoración. 

La primera negativa de la Fundación Caja Madrid no frenó a Aznar que volvió a ofrecer a Blesa otra parte del legado. En este segundo caso, le propone que el heredero “precisa” vender 24 obras, con una oferta mucho menos importante: 6,1 millones de euros. A esta propuesta sí que acceden desde la fundación, pero la operación se trunca porque debía formar parte del museo dedicado al artista que no se construyó finalmente en un edifico de Madrid por su elevado coste, entre 65 y 115 millones.

El hijo de José María Aznar, José María Aznar Botella, tras frustrarse la operación del museo Rueda y la compra de la obra del artista a su hijo le trasladó a Blesa la “decepción” de su padre. “Con los pelos que se ha dejado por ti, es impresentable lo que has hecho”, reza un SMS intervenido por la policía al expresidente de Caja Madrid.

José Luis Rueda Jiménez era un verdadero genio en la promoción que políticos del PP hacían de la obra de su padre, ayuda que permitía engrandecer la figura de Gerardo Rueda, pero también a incrementar los ceros en su cuenta corriente. Dos casos de corrupción, el caso Blesa y el caso IVAM, han ayudado a destapar estas prácticas.

De hecho, según el escrito de acusación de la Abogacía de la Generalitat Valenciana el IVAM llegó a invertir 719.987 euros en la promoción de la obra falsa del heredero. “No satisfechos con haber ocasionado un quebranto de 3,4 millones de euros al IVAM, los protagonistas de las adquisiciones fraudulentas se concertaron para organizar, con cargo siempre al museo, una serie de exposiciones cuya principal finalidad fue promocionar las esculturas falsamente atribuidas a Gerardo Rueda generando así nuevas ventas de obras de arte de las incluidas en la adición de herencia de 2007 y para promocionar la colección particular de D. José Luis Rueda Jiménez”, denuncia la acusación particular en el caso IVAM.

Esta promoción y su entrada en el mercado gracias al museo valenciano hubiera permitido disparar el valor de la colección privada del hijo adoptivo y heredero. No menos ayuda a esta promoción ha sido la apuesta decidida de todo un expresidente del Gobierno de España. 

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