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Álvaro Nadal escala a ministro aupado por el frente de los 'sorayos'

Álvaro Nadal ha sido el economista de cabecera de Mariano Rajoy.

Belén Carreño / Antonio M. Vélez

Álvaro Nadal Belda (Madrid, 30 de enero de 1970), hasta ahora responsable de la Oficina Económica de Moncloa, es el nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, un departamento de nueva creación que asume competencias que hasta ahora pertenecían al ministerio de Industria.

Álvaro Nadal ha ejercido una suerte de Gobierno económico en la sombra durante el primer mandado de Mariano Rajoy. Poco conocido para el gran público, Nadal era director de la Oficina Económica del presidente, con rango de secretario de Estado. Una suerte de Rasputín económico del presidente. Su papel como asesor de Rajoy en cuestiones internacionales ha sido clave, lo que le valió fuertes críticas del ministro de Economía, Luis de Guindos, en su libro autobiográfico. De Guindos acusaba en sus páginas, sin dar nombres, de asesorar mal al presidente durante la negociación del rescate financiero.

La rivalidad entre la Oficina Económica y el ministro de Economía (que va a conservar su cargo y asume además la cartera de Industria, que ya desempeñaba en funciones) no es una novedad del mandato de Rajoy. De hecho vivió también una época cruenta cuando, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, Miguel Sebastián ocupaba el cargo en Moncloa y Pedro Solbes ejercía la vicepresidencia.

Pero a este habitual contencioso se unió en este caso el carácter sorayista de Álvaro Nadal, que ha formado una pandilla inseparable junto con Fátima Báñez y Cristóbal Montoro (que también siguen en el Gobierno) desde los tiempos de la oposición al Gobierno de Zapatero.

El economista 'bonito'

Nadal, que es técnico comercial del Estado (como Luis de Guindos y José Manuel Soria, los dos anteriores responsables de Industria), ya era entonces el economista bonito del partido, muy agasajado por los cursos (que no título) que hizo en Harvard. Su trabajo en el Partido Popular fue recompensado con un puesto estratégico a la derecha de Rajoy que tuvo además una doble utilidad: ser la pata económica de la vicepresidencia de Santamaría. Aunque esta no tenía de forma titular la responsabilidad en el área económica, la ha tenido de facto, gracias al control tanto a Álvaro como a su hermano Alberto Nadal, actual secretario de Estado de Energía.

La estrecha relación de la vicepresidenta con estos dos colaboradores y con los subsecretarios, sumada a su amistad con Cristóbal Montoro, le ha hecho tener un férreo control del área económica, una vigilancia de la que De Guindos solo podía escapar en sus visitas al Eurogrupo.

En la anterior legislatura, Álvaro Nadal ejerció su poder en los nombramientos de áreas económicas relevantes, como la designación de su segunda de abordo, María Fernández Pérez, como vicepresidenta del súperregulador, la CNMC. Además, se trajo a su cuñada Eva Valle, a la Oficina Económica donde ha tenido un papel relevante, coordinando la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. 

La esposa de Álvaro Nadal, también funcionaria pero en este caso diplomática, está como embajadora delegada ante la Unesco en París desde 2015, un nombramiento que suscitó las dudas sobre la permanencia de Nadal en el Gobierno.

Nadal ha sido el responsable del programa económico del PP, cuya gestión ha defendido a capa y espada. Así, ha llegado a asegurar que la idea de que el PP bajaría impuestos cuando llegó al Gobierno en 2011 es “una leyenda urbana”, ya que nunca fue un compromiso real, según sus palabras, para el partido.

El nombramiento de Nadal como ministro supone la culminación del viejo sueño de uno de los dos gemelos Nadal, que con 18 años se afiliaron a Nuevas Generaciones. Su hermano Alberto era el candidato esperado por el sector para liderar una cartera específica para la energía. De momento, se ha quedado con las ganas. 

En materia energética, Nadal tendrá que articular consensos para una legislatura en minoría en la que el objetivo principal debería ser abaratar el recibo de la luz y abordar la transición hacia la descarbonización de la economía.

En ese empeño, el papel de las energías renovables (maltratadas por su hermano Alberto en su cruzada contra el déficit tarifario) será clave. En esta legislatura, Nadal deberá abordar el futuro de las nucleares, que el PP es partidario de alargar a 60 años, frente a los 40 actuales. En principio, se va a topar con el rechazo del resto de formaciones. La primera decisión de calado recaerá sobre Garoña, propiedad de Endesa e Iberdrola. Otros asuntos pendientes en materia energética serán el futuro del almacén nuclear que el anterior Gobierno de Rajoy fue incapaz de llevar adelante.

En la cartera de Nadal también queda englobada la competencia en materia turística, de la que depende buena parte del PIB, y la “agenda digital”, que englobaría las competencias de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, hasta ahora bajo el paraguas de Industria. No obstante, su elevación a la categoría de ministerio parece una declaración de intenciones para impulsar este área.

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