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La emisión de gases de efecto invernadero se redujo un 12% en 2020 en Euskadi por la pandemia de COVID-19

Un operario de limpieza desinfecta una calle vacía del centro de Vitoria en 2020

elDiario.es Euskadi / Europa Press

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Las emisiones de gases de efecto invernadero en Euskadi experimentaron una reducción “histórica” del 12% en 2020, respecto al año anterior, debido a la pandemia. La previsión para 2021 es que las emisiones suban entre un 4 y un 5% respecto al año previo “excepcional”, pero “la senda del descenso y de descarbonización en Euskadi es imparable”, según ha explicado el director general de Ihobe, Alexander Boto, y recoge Europa Press. El responsable de la sociedad pública de Gestión Ambiental del Gobierno vasco ha presentado este lunes en Bilbao junto al director del Ente Vasco de la Energía (EVE), Iñigo Ansola, el último Inventario de Emisiones de Gasto Invernadero del País Vasco que anualmente edita Ihobe.

Según ha explicado Boto, el estudio correspondiente a 2020 refleja una reducción “histórica” en la emisión de gases de efecto invernadero en un año “especial” marcado por la COVID-19 y las restricciones derivadas de la pandemia y, por ello, “difícil de comparar” con ejercicios precedentes, si bien se observa “una clara línea descendente de las emisiones”. En concreto, en 1990 se emitían en Euskadi 20,8 millones de toneladas de CO2 equivalente y esta cifra se elevó a 25,3 millones en 2005, tras lo que comenzó una tendencia a la baja hasta llegar a los 18,6 millones en 2019 y a los 16,4 millones de 2020, la cifra más baja de toda la serie histórica. Este dato supone una reducción del 35% respecto a 2005, del 21% respecto a 1990 y del 12% respecto a 2019. En 2019 la caída anual había sido del 2%.

Estos datos son similares a los que se han producido en toda Europa, donde, según el inventario de emisiones publicado a finales de mayo, se produjo una reducción del 11%. Pese a que los datos se vieron condicionados por el efecto de los momentos más duros de la pandemia, el responsable del EVE ha precisado la necesidad de ponerlos en contexto y, en este sentido, ha aludido al “desacoplamiento” entre la economía y las emisiones. En función de las cifras que han aportado en la presentación, en ese año el PIB se redujo un 10%. Entre 2005 y 2019, la economía creció en un 20%, mientras que las emisiones se redujeron en un 27%. En 2020, las emisiones generadas para producir una unidad de PIB descendieron un 40% respecto a 2005 y un 55% respecto a 1990, ha destacado Iñigo Ansola.

Según han indicado desde Ihobe y el EVE, con estos resultados, “puede confirmarse que las emisiones de GEI están por debajo de la senda marcada para conseguir los objetivos establecidos en la Estrategia Vasca de Cambio Climático Klima 2050”. Esta estrategia se marcó como meta llegar a 2030 con una reducción del 40% de las emisiones respecto a 2005 y, según este último inventario, Euskadi ha alcanzado ya el 35%.

En cuanto a emisiones difusas (producidas por los sectores no regulados por la normativa de comercio de derechos de emisión), Euskadi mejoró en el anterior estudio (con una reducción del 11%) los objetivos marcados desde la UE para 2020 (el 10% respecto a 2005) y en 2020 alcanzó el 16% de reducción. Las emisiones reguladas (del sector energético y sectores industriales intensivos en consumo energético, principalmente), disminuyeron un 18% respecto a 2019 y en comparación con 2005, primer año de funcionamiento de este régimen, bajaron un 49%. Además, el informe refleja que las emisiones per cápita son “ligeramente” inferiores a la media de la UE-27 tanto en emisiones totales como en difusas.

Respecto a 2010, año de referencia del informe especial del IPCC 'Calentamiento global de 1,5 grados', las emisiones de Euskadi se redujeron en un 24% en 2020. “Nos encontraríamos, por lo tanto, en la senda de reducción proyectada para lograr la contención del calentamiento global en 1,5 grado. Si atendemos al inventario de 2019, el comportamiento de emisiones de Euskadi sigue la senda de contención de 2 grados, pero para alcanzar la de 1,5 grados eran necesarios esfuerzos mayores que se lograron con la reducción de 2020”, han apuntado desde Ihobe y el EVE.

El transporte, principal fuente de emisiones

El inventario de 2020 refleja un descenso generalizado de las emisiones en todos los sectores a excepción de un “ligero” aumento en el sector agricultura, pero que “apenas afecta” al resultado global. El transporte continúa siendo la mayor fuente de emisiones de Euskadi, con el 35%, la mayoría asociadas al transporte por carretera. Esta cifra disminuyó un 11% en relación con el año anterior, pero respecto a 2005 hubo un aumento de un 1,8%, lo que supone una vuelta a niveles de hace 15 años, ha precisado Iñigo Ansola. Desde el Gobierno vasco han señalado que prácticamente se han duplicado las emisiones respecto a 1990 en este sector.

En el caso del sector energético, responsable del 32% de las emisiones de Euskadi en 2020, hubo un descenso del 13% respecto al año anterior, un 40% en relación con 2005 y un 32% respecto a 1990. La industria es el tercer sector que más emisiones origina, un total del 17% considerando solo las emisiones directas y un 32% si se tienen en cuenta también la electricidad que consume. “El sector está viviendo una transformación, que puede apreciarse en una reducción de las emisiones del 16% con respecto al año anterior, un 48% desde 2005 y un 61% desde 1990”, según los datos que han aportado en la presentación del estudio.

El sector residencial y servicios emite el 7% de los gases de efecto invernadero de Euskadi, un 17% si se tienen en cuenta las emisiones asociadas a la electricidad que consume. Debido a “la parada casi total” del sector servicios en 2020, las emisiones directas se redujeron con respecto a 2019 en un 8%, como consecuencia del menor consumo de gas natural y derivados del petróleo en ambos sectores. El ámbito de los residuos, que representa el 5% del total de emisiones, también experimentó un descenso del 7%. Finalmente, la agricultura, la ganadería y la pesca, con un 3% del total, experimentó un aumento del 1%.

Tras estos datos marcados por las restricciones de la pandemia, el director de Ihobe ha considerado que “seguro que hay un pequeño aumento” de las emisiones en 2021. Aunque el inventario de ese ejercicio aún no se ha concluido, las primeras estimaciones apuntan a que podría rondar el 4 o el 5% respecto a 2020. “Pero lo que es importante es que la senda del descenso y de descarbonización en Euskadi es imparable, otra cosa es que 2020 es un año excepcional”, ha manifestado.

Por su parte, el director del EVE ha recordado que, para seguir reduciendo emisiones, Euskadi está apostando por la energía eólica y fotovoltaica, pero “sin olvidar otras tecnologías como la biomasa”, que supone el 62% del mix renovable y que tiene “un potencial muy importante” en uso térmico y “se podría promover algún proyecto de generación eléctrica”. Asimismo, ha destacado la evolución del autoconsumo y las comunidades energéticas“. En palabras de Ansola, hay ”mucho apetito en el mercado“ para instalar parques renovables en Euskadi y hay que ”aprovechar esa ola“. Según ha advertido, ”cada vez necesitamos más energías renovables para ir descarbonizando incluso por intereses económicos“ para bajar el precio de la electricidad que ”tanto están sufriendo“ la industria y la economía doméstica. Respecto a la tendencia en el transporte, un sector que ”consume mucha energía“, Ansola ha precisado que los vehículos actuales de combustión son ”muchísimo más eficientes que los de hace 13 años“, antigüedad media del parque móvil, por lo que hay que ”procurar ir cambiando el parque móvil hacia uno más actualizado y, a ser posible, que utilice energías alternativas“. En este sentido, ha indicado, ”está claro que la apuesta actual es el vehículo eléctrico“.

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