La ola de proteccionismo ‘contamina’ a algunos empresarios vascos
El fervor proteccionista hacia la industria americana que promulga el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece haber calado en una parte de los empresarios de Euskadi. La patronal vizcaína Cebek apuesta abiertamente por favorecer las compras y contrataciones con empresas vascas. Sin embargo, no entiende esta propuesta como algo proteccionista, sino simplemente se trata de tener “más sensibilidad” para vender “más en Euskadi que en el exterior”.
El presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, asegura que lo que necesitan los empresarios vascos es “vender fuera, pero que también exista una sensibilidad para que tengamos en Euskadi esa prioridad en momentos concretos”. Y ha puesto como ejemplo las campañas de marketing que se realizan en cualquier establecimiento “para mostrar los productos de aquí”. “En Francia se hace mucho y por eso cuesta tanto entrar allí”.
En este sentido, ha afirmado que las empresas de fuera vienen a Euskadi y venden “muy fácil”, mientras que a los empresarios vascos les cuesta irse fuera.
La postura de los empresarios vizcaínos no es compartido en su totalidad por la patronal alavesa. El secretario general de SEA-Empresarios Alaveses, Juan Ugarte, considera que “sí hay que tener una sensibilidad hacia lo local”, pero “dentro de un marco de libre competencia y de transparencia. Siendo Álava un territorio exportador no podemos pedir medidas dentro de nuestro propio ámbito de actuación que no vamos a contemplar fuera”.
“Hay que tener en cuenta”, añade, “que Álava es una provincia en la que el 50% de nuestros productos y servicios se exportan fuera de España, con lo cual nuestro saldo es absolutamente exportador”.
Paradógicamente, la propuesta de la patronal vizcaína ha encontrado eco en EH Bildu, que coincide “en líneas generales” con la idea de priorizar las compras y contrataciones con empresas vascas, “Es razonable que las administraciones públicas den prioridad en sus contrataciones a las empresas vascas para garantizar condiciones de trabajo dignas y la calidad de los productos. Hay fórmulas para ello”.
“No estamos hablando de mercados cerrados o de autarquía, sino de dar prioridad, frente al dumping social, a modos de producción dignos por medio de las contrataciones y compras públicas. Las adjudicaciones se basan solo en el precio, con lo que al final se promueve la precariedad”.