El Gobierno vasco se mantiene en el optimismo económico mientras ELA acusa a Urkullu de estar “desconectado de la realidad”
El Gobierno vasco mantiene un relativo optimismo económico y ha revisado al alza sus previsiones para este año, aunque muy ligeramente. El Ejecutivo ha mejorado sus estimaciones de incremento del PIB y sitúa su crecimiento en el 1,7%, frente al 1,6% que había previsto en el mes de junio. El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha señalado este lunes que este ligero incremento se debe a que el segundo trimestre ha resultado más dinámico de lo previsto, según los datos del Eustat, lo que permite también mantener la previsión de crecimiento de 2,1% para 2024. En cuanto al empleo, Azpiazu ha señalado que en 2023 se crearán del orden de los 13.000 puestos de trabajo y otros 16.000 más el año próximo. “Gracias a ello, la tasa de paro prevista en 2023 es del 7,7%, situándose en el 7,0% el año próximo”, ha señalado.
El consejero ha considerado que se puede hablar de un “escenario de la economía vasca sólido”, aunque ha reconocido que Euskadi “no es ajena al proceso de desaceleración que viven las economías europeas”. De hecho, la industria vasca, pilar básico del crecimiento vasco, es uno de los sectores que muestran una mayor desaceleración, muy condicionado por el parón de economías europeas como la alemana.
Son estos nubarrones en la economía vasca los que ve el sindicato ELA, más allá de la solidez de la que habla el Gobierno. En el informe de coyuntura que ha presentado este lunes, el sindicato presenta un foto económica de clara “ralentización”. “En los próximos meses la tendencia será negativa”, auguran. Y alertan del decrecimiento de la industria. Un contexto en el que los más perjudicados son los trabajadores, dicen, mientras se mantienen en máximos históricos los beneficios empresariales y de la banca.
El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, que ha presentado el informe, no tiene dudas de que en esta situación la huelga es el único camino para forzar a que no se sigan tomando medidas que “ahondan en el empobrecimiento de la clase trabajadora”. Lakuntza ha criticado la “autocomplacencia” de Gobierno vasco en materia económica y, como ya viene siendo habitual, ha cargado de forma directa contra el lehendakari Urkullu, al que ha acusado de tener una “una ”gran desconexión“ con la mayoría de la sociedad y con sus problemas. ”Quiere hacer creer que hay un malestar artificial“, ha dicho. Y el malestar no tiene nada de artificial, los problemas son muy reales”.
Durante la celebración del Alderdi Eguna (Día del partido), celebrado por el PNV este pasado fin de semana, el lehendakari lamentó que “una y otra vez asistimos a mensajes adanistas, la huelga por la huelga, por intereses políticos, y vamos a responder con nuestro proyecto”. “¡Ya está bien de crear un malestar artificial!”, señaló.
Lakuntza ha insistido en que Urkullu está claramente en desconexión con una parte de la sociedad, con la “la gente corriente, con la que tiene que pagar la hipoteca, con la que tienen dificultades para llegar a fin de mes y con la que está viendo el deterioro de Osakidetza”. “El lehendakari tiene una gran desconexión con esa parte de la sociedad que es la mayoritaria”, ha reiterado. “Esto es muy preocupante, porque quien niega el problema no tiene ninguna intención de solucionarlo”. Por eso ha exigido al Urkullu “un cambio de actitud” para solucionar el malestar social real.
El máximo dirigente de ELA ha insistido en que las huelgas, como las que han convocado en el sector público para los días 25 de octubre y el 19 de diciembre están plenamente justificadas. Ha recordado la alta temporalidad del sector público vasco, con una tasa del 49,4%. “Demuestra la dejación de las instituciones. ¿Con esta eventualidad, con convenios congelados durante 10 años y una perdida del 20% de poder adquisitivo la huelga en este sector no esta justificada la huelga? La huelga y la movilización son lo único que pueden promover el diálogo, la negociación y el acuerdo”, ha insistido.
El dirigente sindical ha criticado también el silencio de dirigentes como Urkullu, María Chivite o Pedro Sánchez, ante declaraciones como la de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, abogando por “la necesidad de subir los tipos de interés para aumentar el desempleo, y de esta manera, reducir el poder de negociación de la clase trabajadora para que los salarios crezcan menos”. “Son palabras muy graves” ha señalado. “No comprendo el silencio de los Gobiernos de Sánchez, Urkullu y Chivite. Que clarifiquen si justifican este tipo de barbaridades”, ha insistido.
LAB pide más presión fiscal
También desde el sindicato LAB han justificado las huelgas. El coordinador general de LAB, Igor Arroyo, ha respondido al lehendakari, Iñigo Urkullu, que las huelgas “no son un capricho” ni “algo motivado por intereses ocultos”, sino que muestran el malestar de la sociedad vasca con “las carencias de los servicios públicos”.
Arroyo que ha presentado un informe del sindicato sobre fiscalidad, ha recriminado también al presidente del PNV, Andoni Ortuzar, que durante su intervención en el Alderdi Eguna, hablara de “justicia social”. “Un concepto que nunca habíamos escuchado en boca de Andoni Ortuzar. Lo que le decimos a Ortuzar es que no se puede hablar de justicia social con esta política fiscal. Sabemos que hay cierto nerviosismo dentro del PNV porque ven peligrar sus resultados electorales. Ahora se están dando cuenta de que los trabajadores tenemos voz y tenemos voto”, ha denunciado Arroyo.
Según ha señalado, “las políticas fiscales de las últimas décadas han debilitado los servicios y las políticas públicas cuando son más urgentes que nunca para hacer frente a los retos estratégicos. Durante la próxima década necesitaremos recursos para reforzar el sistema público de salud, crear un sistema público de cuidados, llevar a cabo el plan estratégico de la escuela pública o fomentar una transición ecológica justa. Una reforma fiscal, además de ser de justicia, también es realmente urgente”
El informe fiscal de LAB señala que en Euskadi y Navarra se “recauda menos de lo debido”. Según han afirmado, la presión fiscal se sitúa siete puntos menos de la Unión Europea. “Si ésta se equiparara, el Gobierno vasco recaudaría casi 6.700 millones de euros más y el Gobierno de Navarra casi 2.300 millones más. Descontando la parte del cupo y lo destinado a diputaciones y ayuntamientos, en Hego Euskal Herria contaríamos con 4.600 millones más para reforzar y desarrollar los servicios públicos”, y que se “favorezca a las clases populares” han indicado.
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