Ikastolen Elkartea aboga por la inmersión en euskera para la reforma educativa

Ikastolen Elkartea, la asociación que congrega todas las ikastolas de Euskadi, Navarra e Iparralde, ha propuesto dejar atrás los modelos lingüísticos para normalizar el euskera en la educación vasca y tomar decisiones “drásticas” por un sistema sin segregación. Al contrario de lo que pasó en las comparecencias del martes, cuando la defensa de la escuela pública fue uno de los puntos que destacaron los agentes del sector educativo, este miércoles los representantes de Ikastolen Elkartea han abogado por tener “otras discusiones que la titularidad de los centros” para asentar las bases del acuerdo del futuro sistema educativo para Euskadi.

La ponencia sigue su curso y los grupos parlamentarios han seguido este miércoles comparecencias en las que han podido observar diferentes puntos de vista. Entre ellas ha estado la de Koldo Tellitu y Jose Luis Sukia, presidente y director general de Ikastolen Elkartea. Ante todo, han remarcado que la educación es un tema “fundamental” para determinar el futuro de cualquier sociedad. “La Ley de la Escuela Pública Vasca de 1993, como indica el nombre, regula solamente una parte del sistema educativo vasco”, han señalado. Por ello, desde su perspectiva la nueva ley vendrá a cubrir una parte del sistema educativo hasta ahora carente de regulación.

La primera de sus propuestas se ha referido al euskera en la educación. “El sistema de los modelos lingüísticos ha tocado techo; fue útil en su momento, dio sus resultados, pero tenemos que dar otros pasos si queremos normalizar el euskera en el sistema educativo”, ha defendido Tellitu. Cree que el uso del euskera y su conocimiento en el sistema educativo está “en decadencia”, lo que les genera una “gran preocupación”. “Todo el alumnado debería lograr las mismas competencias, al menos en las lenguas oficiales y eso no se va a lograr con el sistema de los modelos lingüísticos”, ha incidido. Por eso, Ikastolen Elkartea plantea un modelo de “inmersión” en el euskera que deberá ser complementado con otras medidas, para establecer espacios en los que se antepondrá el euskera. Además, ha apuntado que debería ser un “trabajo de colaboración” de toda la sociedad con el objetivo de que quien no conozca el euskera “lo aprenda y ame”.

No deberíamos fijarnos tanto en la titularidad de los centros escolares, sino en para qué están, cómo lo hacen y qué condiciones tiene que cumplir cualquier colegio

Asimismo, también han abordado el “gran problema” de la segregación. Para ello, han puesto encima de la mesa el informe 'Segregación escolar de estudiantes inmigrantes pobres en España', una investigación realizada por Javier Murillo y Guillermina Belavi, de la que han sacado dos conclusiones. La primera es que hay una diferencia entre la red pública y la privada, porque “estos colectivos van más a la escuela pública y eso es así, las razones pueden ser varias, pero es la realidad”. La segunda, que les parece “muy interesante”, explica que Euskadi es la “única comunidad autónoma en la que los centros públicos tienen cifras más altas de segregación que los centros privados”. Para hacer frente a esta cuestión, Sukia ha propuesto tomar decisiones “drásticas” como “obligar a todos los centros escolares a acoger al porcentaje de estudiantes inmigrantes que le corresponde”, porque si “se deja en manos de cada colegio no se va a conseguir terminar con la segregación”.

Por último, como representantes de una parte de la educación concertada de Euskadi, han manifestado que el debate sobre el futuro modelo educativo vasco no tiene por qué centrarse en la dicotomía entre lo público y lo privado. “No deberíamos fijarnos tanto en la titularidad de los centros escolares, sino en para qué están, cómo lo hacen y qué condiciones tiene que cumplir cualquier colegio”, ha sugerido Sukia y ha añadido que deberían tener “autonomía” para “desarrollar su proyecto educativo, definir su organización interna, gestionar sus recursos materiales y humanos y tener sus propios presupuestos. y tener participación democrática”. Asimismo, Ikastolen Elkartea subraya que los centros deberían tener “participación democrática” entendida como autonomía para que familiares, estudiantes, trabajadores y las adminitraciones “más cercanas” tomen decisiones.