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Una visita al Guggenheim con mascarilla: así ha sido la reapertura de uno de los museos más emblemáticos de España tras el confinamiento

Iciar visitando una de las salas del museo

Maialen Ferreira

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María e Iciar son dos de las primeras bilbaínas que han podido visitar el museo más emblemático de Bilbao, el Guggenheim, tras el confinamiento por el coronavirus en su primera tarde de reapertura. María, al enterarse de que por fin este lunes abrían las puertas del museo ha decidido venir “inmediatamente”. “Estos días va a venir muy poquita gente porque normalmente viene gente de fuera por eso hay que apoyarles un poco y venir más que nunca”, señala. Iciar, por su parte, ha optado por acudir el lunes al Guggenheim y el martes al Museo Bellas Artes, ya que, tras el encierro obligado por el virus “ya le hacía falta ver un poco de arte y cultura”.

Las dos, al igual que el resto de visitantes que acudan estos días al Guggenheim, han tenido que cumplir una serie de medidas de seguridad para evitar el contagio del virus. El uso de la mascarilla es obligatorio. Antes de entrar, una máquina instalada les toma la temperatura para asegurarse de que ningún visitante tenga fiebre. Se recomienda la compra online de la entrada y, de no ser así, se pagará con tarjeta, ya que nos e aceptará el pago en metálico. Para fomentar esta medida, el Guggenheim ha abaratado el precio por internet, en lugar de 16 euros que cuesta en taquilla, por la red se pagan 10.

Los visitantes, en todo momento dispondrán de geles y desinfectantes y la distancia de seguridad que deberán guardar entre ellos es de 2 metros. Eso sí, se eliminarán las audioguías y en su lugar está la posibilidad de descargar el contenido que suele escucharse a través de una aplicación de móvil. Podrán visitar las salas con un horario reducido de tres horas, un aforo máximo de 400 personas al mismo tiempo en el museo -pese a que la fase 2 en la que se encuentra Euskadi permitiría la reapertura del centro con un 50 % del aforo habitual, que es de 5.361 personas- y espacios como el guardarropa, la tienda, la cafetería o el restaurante, se mantendrán cerrados.

Una vez dentro del museo, por las diferentes salas se encontrarán flechas para dirigir las direcciones de los visitantes. En algunas obras habrá medidas de restricción adicional y solo se podrá acceder de manera muy limitada, como por ejemplo a la de Richard Serra, solo se permitirá pasearse por cuatro de las esculturas “debido a la dificultad de evitar el roce entre las personas”, según ha indicado el director del museo, Juan Ignacio Vidarte. Además, otros espacios como los ascensores o los palcos también van a tener restricciones de acceso.

“Vamos a tratar que el museo forme parte de esa progresiva vuelta a la normalidad. La cultura siempre es un factor de regeneración tanto a nivel individual como colectivo. Los museos son siempre espacios de inspiración que ofrecen distracción e incluso diversión y desde luego son espacios absolutamente fundamentales. Algunos de ellos, además, como es el caso del Museo Guggenheim, son un instrumento de transformación y cambio. Nuestro compromiso sigue vigente y esa es la responsabilidad que tenemos asumida, el poder ayudar en lo posible en ese proceso de recuperación”, ha señalado Vidarte durante la reapertura del museo.

El director ha estado acompañado por el consejero vasco de Cultura, Bigen Zupiria, quien ha destacado que los museos vascos son “lugares seguros donde disfrutar del arte y la cultura de una forma tranquila y con garantías sanitarias”. A pesar de que la desescalada permitía que los centros expositivos abrieran el pasado 25 de mayo en Euskadi, Zupiria ha señalado que retrasar la apertura a este lunes ha sido una decisión para que de tiempo a preparar las medidas de seguridad e higiene. Así, Zupiria ha afirmado que con la puesta en marcha nuevamente de estas infraestructuras expositivas “hoy se abre y reabre la actividad cultural” en Euskadi.

El museo cuenta con la programación completa que tenía en vigor el pasado marzo cuando se decretó el estado de alarma y el confinamiento por el coronavirus, dedicadas a la obra del artista danés Olafur Eliasson, la pintora brasileña Lygia Clark, el estadounidense Richard Artschwger y el videoartistsa William Kendridge; la de este último, inaugurada sólo unos días antes de que se cerrase el museo.

Por el momento, Vidarte ha reconocido que esperan que al principio las visitas sean modestas, entre un 5 y 10% de lo que esperarían en un mes de junio que no hubiera sido atacado por la pandemia, teniendo en cuenta que en torno a un 70% de los que acuden al museo son personas extranjeras, por lo que hasta que no se reanuden los vuelos internacionales y se recupere el turismo exterior, el Guggenheim no confía en volver a las cifras de público que le han hecho superar la barrera del millón de visitas de los últimos tres años.

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