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Wynton Marsalis vuelve a Vitoria para ofrecer un poco más de jazz en memoria de Iñaki Añúa

Marsalis, saludando al público tras el recital en Vitoria

Iker Rioja Andueza

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Después de tomar un “café americano” y de “calentar los labios”, Wynton Marsalis (Nueva Orleáns, 1961) se ha asomado casi a las 20.00 horas a la terraza del palacio de Villa Suso y, en ejercicio de su condición de trompetista de talla mundial, ha desafiado al frío y la lluvia de la preinvernal noche de Vitoria de este martes para realizar un brevísimo solo. Era su particular homenaje al difunto Iñaki Añúa, fundador del festival de jazz de Vitoria, entre otras facetas vitorianísimas como haber sido parte de alguno de los primeros equipos del Baskonia. Alrededor de “cien personas”, según la organización, han escuchado la música desde la plaza del Machete y otros dos centenares desde el interior del edificio.

Antes, en una sala de Villa Suso, Marsalis ha sido el gran protagonista del homenaje institucional y solemne de la ciudad a Añúa, uno de los pocos con la medalla de oro de la capital de Euskadi, como también la tiene el propio artista. La cita ha tenido lugar en el día de Santa Cecilia, patrona de los músicos, como Añúa nació en el día de la música y murió en puertas de la última edición de su festival. Marsalis, en inglés, ha asegurado que uno de los “highights” de su vida ha sido conocer a Añúa. Trajo a Vitoria a “grandísimos artistas”, ha dicho de él. “Si la historia del jazz se escribe bien, estará con todo el coro de apóstoles, ángeles y santos. Ahora se ha ido, pero su trabajo quedará para siempre. Conmemorémosle manteniendo sus sueños y sus ambiciones”, ha señalado la figura del jazz, que ha tenido que interrumpir su alocución en un momento por la emoción y cuyas palabras han sido traducidas al castellano por una intérprete.

Marsalis es el icono del jazz en Vitoria. Tiene una estatua -instrumento incluido- en el parque de La Florida y produjo una obra llamada 'Vitoria Suite' cuyas canciones llevan nombres como “Iñaki” -la pieza interpretada-, “Mendizorroza” -la sede del festival- o “El Portalón”. “Es probablemente uno de los mejores ejemplos del regalo que nos trajo Iñaki”, ha señalado el alcalde, Gorka Urtaran, que ha destacado la importancia de la 'Vitoria Suite' a nivel internacional. “Vitoria no sólo es la capital de Euskadi o una ciudad verde europea. Es la capital del jazz. Eskerrik asko, Iñaki”, ha apostillado Urtaran completando su intervención mirando metafóricamente al cielo. En el acto han estado presentes también otros representantes institucionales como la teniente de alcalde, Maider Etxeberria, el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi, o exediles de Cultura como Encina Serrano o Iñaki García Calvo. Discretamente, en la última fila del público, ha tomado asiento el alcalde entre 2007 y 2011, Patxi Lazcoz. Con ellos, han acudido invitados del mundo de la música, representantes de la sociedad local o amigos del festival como Pepa Fernández, de RNE, o Mikel Urmeneta, creador de un puñado de carteles.

El escenario del interior estaba presidido por una solitaria bandera de Vitoria, blanca con una cruz roja y el escudo histórico. Detrás, una gran pantalla ha permitido proyectar momentos cumbre de un festival que ha dado prestigio a los julios vitorianos. Allí aparecía un sonriente Añúa con Ella Fitzgerald. Su visita fue una salvación ya que solamente su nombre calmó los ánimos del público en un recital en el antiguo Teatro Príncipe (o Teatro Guridi) en el que se conoció que no vendría Aretha Franklin. Además, han dejado mensajes para la familia de Añúa Joe Lovato, el hijo de Paco de Lucía o Danilo Pérez. Por escrito ha enviado sus respetos Jamie Collum, autor de algunos de los mejores momentos de la etapa más reciente del festival. “Estamos muy orgullosas. La pasión de mi padre ha traspasado fronteras. Por favor, seguid escuchando jazz”, ha implorado la familia como mensaje final. Todos los invitados se han llevado una copia de la 'Vitoria Suite', compuesta por dos discos compactos y un DVD.

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