Un exmiembro del equipo olímpico chino afirma que todos sus medallistas de los 80 y los 90 se doparon
Una antigua doctora del equipo olímpico chino ha revelado que más de 10.000 atletas del país se vieron involucrados en un programa de dopaje sistemático en todos los deportes. También ha afirmado que todas las medallas chinas obtenidas en las principales competiciones durante los 80 y los 90 están manchadas por el uso de drogas para mejorar el rendimiento deportivo.
La responsable de las revelaciones es Xue Yinxian, una mujer de 79 años que busca asilo político en Alemania. Yinxian sostiene también que los responsables introdujeron en la trama de dopaje obligatorio a atletas de tan solo 11 años. Dicho programa se aplicó en varios deportes, como el fútbol, atletismo, natación, volleyball, baloncesto, ping-pong, salto, gimnasia y levantamiento de peso. Además, esta antigua médica del equipo olímpico asegura que todos los que se mostraron en contra del sistema hoy están en la cárcel.
“En los 80 y los 90, los atletas chinos en los equipos nacionales consumieron ampliamente sustancias dopantes”, declaró Xue a la radiotelevisión alemana ARD. “Las medallas estuvieron manchadas por el dopaje. Las de oro, plata y bronce. Debe haber unas 10.000 personas involucradas. La gente solo creía en el dopaje, cualquiera que se dopase era percibido como alguien que estaba defendiendo el país. Todas las medallas internacionales [ganadas por atletas chinos durante esa época] se deberían devolver”, afirmó. Aun así, no existe la posibilidad de que se retiren las medallas porque los delitos han proscrito hace tiempo.
Xue trabajó como doctora de varios equipos nacionales chinos desde los años 70, pero huyó de China con su hijo tras hablar por primera vez en contra del dopaje en 2012 y sostiene que desde entonces no se volvió a sentir segura en su ciudad natal, Pekín. La doctora afirma que se dio cuenta del problema cuando un entrenador acudió a ella preocupado por los cambios físicos en los atletas masculinos de entre 13 y 14 años a causa de las sustancias entregadas por las autoridades.
“En primer lugar, los equipos de jóvenes consumían las sustancias. Los más pequeños tenían 11 años”, aseguró. “Si te negabas a doparte, tenías que dejar el equipo. Yo no podía hacer nada”, añadió.
Xue sostiene que se le prohibió trabajar con las selecciones nacionales tras negarse a tratar a un gimnasta con una sustancia prohibida durante los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, pero siguió trabajando en el mundo del deporte a niveles inferiores.
“Todo el que se mostraba en contra del dopaje dañaba al país y todo el que daña al país ahora está en prisión”, declaró a ARD. “Me advirtieron de que no hablase del dopaje y me pidieron que me retractase. Yo dije que no podía hacerlo. Querían silenciarme... mis dos hijos perdieron sus trabajos”.
Xue sostiene que se hacían pruebas a los atletas hasta que volvían a dar negativo en dopaje y entonces se les enviaba a las competiciones internacionales. Se utilizaba el código “la abuela está en casa” para aquellos atletas que ya no tenían rastro de sustancias dopantes en su cuerpo.
Los periodistas de ARD han intentado contactar con el Comité Olímpico Chino y el Ministerio de Deportes, pero no obtuvieron respuesta, según informa el medio alemán. China ha recibido acusaciones de dopaje desde hace tiempo, aunque nunca antes a esta escala. En febrero, atletas vinculados al polémico entrenador Ma Junren, cuyos atletas batieron 66 récords nacionales y mundiales, afirmaron que se les obligó a doparse.
En una carta publicada en Tencent Sports, los atletas escribieron: “Somos personas, no animales. Durante muchos años, se nos forzó a consumir grandes dosis de drogas ilegales. Es cierto”. Ma Junren siempre ha defendido que el éxito de sus atletas se debe a un duro entrenamiento en el Tibet –a gran altura sobre el nivel del mar–, a la sangre de tortuga y al uso de un hongo que crece en la región.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti