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The Guardian en español

La marihuana medicinal en California satura de dinero en metálico las oficinas tributarias

El gerente del dispensario de marihuana medicinal 'A Green Alternative' muestra uno de sus productos en su establecimiento de San Diego.

The Guardian

Anita Chabria (Sacramento, California) —

La oficina en Sacramento de la Agencia Tributaria de California (BOE, por sus siglas en inglés) apesta a marihuana. Es el día de pagos en metálico en su oficina de recaudación –cuando los propietarios de dispensarios de cannabis pueden pagar en efectivo sus impuestos sobre las ventas– y el olor de sus productos se pega a todo.

California, como todos los estados en los que la marihuana está legalizada de alguna manera, afronta un problema creciente por la posición del Gobierno federal de que el cannabis sigue siendo una droga ilegal de tipo 1. Esto lo sitúa al mismo nivel que las metanfetaminas o la cocaína y no da lugar a usos legales ni, por lo tanto, a un acceso legal a los bancos tradicionales.

Por lo tanto, los dispensarios de marihuana para uso médico, así como los cultivadores, distribuidores y otros negocios relacionadas con esa droga que operan bajo la legislación del estado, solo pueden cobrar en metálico. No les está permitido emitir cheques, depositar dinero en instituciones financieras o hacer transacciones con tarjeta de crédito.

“Siempre hemos sido una industria en metálico y eso es un problema”, opina Kimberly, directora de un dispensario sin ánimo de lucro de Sacramento que pide no revelar su apellido por motivos de seguridad. “No queremos recorrernos la ciudad pagando las facturas en metálico. Queremos poder ir al banco y ya está”.

Kimberly está en la oficina tributaria, haciendo un pago de más de 30.000 dólares, pero los funcionarios de la agencia aclaran que esa es una cantidad relativamente pequeña. Hace poco, en la oficina de San Francisco hubo un pago de 400.000 dólares, que alguien llevó en “una gran bolsa”, según señala el directivo de la agencia George Runner. El día anterior, la sede de Sacramento recibió 150.000 dólares en un pago único.

Llevar esas cantidades de dinero en efectivo a lugares no seguros entraña problemas de seguridad y dificultades prácticas. La Agencia Tributaria y otros organismos públicos tratan de afrontar estas cuestiones mientras la nueva legislación sobre el uso médico de la marihuana en California aumenta la cantidad de impuestos que se pagan. La BOE estima que el año pasado recaudó unos 200 millones de dólares en pagos en efectivo de establecimientos relacionados con la marihuana, aunque es “difícil de determinar” la cantidad real porque “no siempre sabemos qué empresas están relacionada con el cannabis”, según explica Runner.

El directivo de la agencia sabe que esto provoca algunos problemas extraños. Por ejemplo, las ventanillas de las oficinas no tienen ranuras suficientemente grandes para que quepan los sobres llenos de dinero en metálico. Habrá que reformarlas y hacerlas más grandes. Además, los funcionarios se ven obligados a salir de sus salas seguras para recibir pagos.

Dinero amontonado en las mesas

En la sala de efectivo de la oficina de Sacramento, el dinero se almacena en una resplandeciente caja fuerte negra que parece sacada del lejano oeste, con una rueda giratoria delante y una estatua dorada de Betty Boop encima. Aunque mide aproximadamente 1,2 metros de alto, a veces su capacidad resulta insuficiente.

Los funcionarios de la agencia cuentan que los cajones para el dinero en ventanilla se llenan tanto y la oficina tiene tanto trabajo que el dinero acaba amontonado en las mesas, al aire. A veces, en lugar del aroma del cannabis, la sala huele a suavizante porque algunos depositantes “lavan” el dinero antes de entrar. “Es interesante”, dice Runner.

La legalización de la marihuana para uso recreativo en California se someterá a referéndum este año. El estado espera que, si se aprueba, recaudará hasta 1.000 millones de dólares adicionales (unos 900 millones de euros) en impuestos de la venta al por menor, todos en metálico. California ya es el estado que obtiene más ingresos por marihuana, solo a través del cannabis médico, cuyas ventas se estima que ascendieron a 2.700 millones de dólares (unos 2.400 millones de euros) el año pasado.

Runner y sus compañeros de la Agencia Tributaria explican que, como no es probable que la normativa federal cambie a corto plazo, han estado trabajando en sus propias soluciones a largo plazo para gestionar el incremento. Las ideas que se barajan incluyen ventanillas autoservicio distribuidas por la ciudad como los cajeros bancarios y acuerdos con bancos que permitan a la agencia usar una “trastienda” segura para recibir pagos. Runner cuenta que incluso han estudiado el sistema Bitcoin, pero añade: “No creo que nadie entienda realmente Bitcoin”. Por el momento, no hay ninguna solución que haya resultado viable.

Para los contribuyentes, el dinero en metálico puede ser peligroso. Kimberly cuenta que siempre tiene miedo a sufrir un atraco e intenta evitar deambular por ahí con más de 20.000 dólares, la cantidad que ella cree que su entidad sin ánimo de lucro podría perder sin tener que cerrar. También relata que alguien ya intentó chantajearla, al pensar que tiene acceso fácil a dinero en metálico.

Uno de los tres hombres que escaparon de una cárcel de California el mes pasado fue acusado de secuestrar al dueño de un dispensario de marihuana que, según sospechaban, había escondido grandes cantidades de dinero en el desierto. El hombre y sus cómplices están acusados de llevar a la víctima al desierto, torturarlo y cortarle el pene.

Traducido por: Jaime Sevilla

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