A navajazos en el narcopiso de la calle Tesoro
El pasado lunes amaneció con susto para los habitantes de Tesoro. Varios coches de policía y ambulancias irrumpieron en su calle a primera hora, alertados por una pelea a navajazos que se produjo en el narcopiso ubicado en uno de los bajos de su número 28, en pleno centro de Madrid.
El dispositivo se desplegó después de la reyerta de al menos dos individuos, que acabó con heridas de arma blanca, informan a Somos Malasaña los vecinos de la zona. Un incidente que, aunque muy llamativo, no es el primero que tiene lugar a esta altura de la calle, una de las más conflictivas del barrio.
La problemática del lugar ya la denunciaron los vecinos el pasado mes de enero, en un artículo publicado en Somos Malasaña: la antigua portería del edificio está okupada por una mujer que supuestamente ha convertido su vivienda en lo que llaman los vecinos “un narcopiso”: un lugar en el que se suministra y consume habitualmente droga y que se ha convertido en foco de atracción para reyertas, para plaga de chinches -sufrieron una en verano- e incluso casos de prostitución en el portal.
La situación no ha ido a mejor desde enero: los compradores del narcopiso han destrozado el portero automático del portal y, aunque hace una semana se produjo una operación de la Policía Nacional en este piso con el objetivo de desalojarlo y acabar con el foco de inseguridad, el inmueble volvió a ser okupado a los pocos días y se reprodujeron los incidentes, que acabaron con la citada pelea a navajazos del lunes.
Los vecinos están asustados y algunos de ellos cuentan cómo los habituales del narcopiso les amenazan en ocasiones cuando pasan por el portal intentando acceder a sus viviendas. Uno de ellos incluso amenazó con violencia a uno de los inquilinos mientras le acompaña por las escaleras. Ante esta situación de inseguridad, varias personas de este inmueble -donde reside además una menor- y del portal de enfrente ya están buscando otro piso donde vivir.
La pequeña calle Tesoro es una de las que más sucesos acumula de Malasaña. En los últimos meses se registró otra visita masiva de ambulancias por una caída de un okupa en el número 7 de la vía, en un edificio en estado de abandono. Y el pasado verano los vecinos del cruce con Minas padecieron el incendio de un aparcamiento de motos, durante el que resultaron ocho vehículos calcinados.
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