Más metros cuadrados para vivienda sobre el mismo suelo: la gran apuesta de Almeida en el avance del Plan Estratégico de Madrid
Madrid acaba de dar la salida a la sustitución de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOUM). El documento que rige todas las actuaciones urbanísticas de Madrid, que data del año 1997, será reemplazado por el Plan Estratégico Municipal de Madrid (PEM) en torno al año 2027 si tienen éxito todos los pasos previos que el Ayuntamiento acaba de iniciar con la presentación del primer borrador y del Documento Inicial Estratégico.
Ambos textos, a los que ha tenido acceso este periódico, apuestan por facilitar la construcción de vivienda de manera extensiva e intensiva, como principal novedad en una declaración de intenciones que también incluye una descentralización de la ciudad, la apuesta por la retirada progresiva de los vehículos de combustión y la ampliación de las zonas peatonales a lo largo de toda la capital.
La palabra 'vivienda' aparece citada 483 veces a lo largo de todo el documento y estructura todas las acciones propuestas, ya que el Ayuntamiento considera el apartado residencial como un tipo de infraestructura que afecta “al territorio, condiciona la movilidad y determina la calidad de vida urbana”. El equipo de Almeida apuesta porque el PEM permita la construcción de mucha más vivienda que la actualmente disponible, tanto de tipo protegida, que podrá ser “pública o privada”, asequible y de carácter libre, además de promover la regeneración integral y la rehabilitación edificatoria.
Para ello, el Ayuntamiento de Madrid movilizará suelo y patrimonio residencial actualmente disponible, limitará la terciarización del parque residencial, intensificará el uso del suelo disponible para permitir construir más vivienda sobre los terrenos urbanizados existentes y definirá “áreas prioritarias” donde potenciar estas actuaciones. Según el borrador, estas áreas se centrarán en los nuevos desarrollos del Este, Madrid Nuevo Norte, el entorno del Aeropuerto de Barajas, la Nueva Centralidad del Este y la del Suroeste. Pero también habrá otros espacios donde llevar a cabo esta mayor densidad en la vivienda.
Además, el PEM definirá determinadas áreas de regeneración urbana donde acometer otras modificaciones urbanísticas, sin definir todavía casos concretos. Los planos que se acompañan, sin embargo, sí que identifican lugares “con potencial de intensificación y reequilibrio”. Algunos de ellos son polémicos, como las Cocheras de Metro en Cuatro Caminos, el Parque Móvil del Estado o la manzana de Chamberí construida sobre el antiguo Taller de Precisión de Artillería, donde cientos de viviendas se han levantado de forma ilegal.
Entre las propuestas del PEM llama la atención la de la “adquisición de inmuebles por parte de la administración para incorporarlos al parque público o mediante mecanismos de tanteo y retracto”, esta última una posibilidad solicitada por la oposición para casos de edificios residenciales donde los cambios de propiedad protagonizados por fondos inmobiliarios que compran bloques enteros a una sola familia están conllevando a la expulsión de sus inquilinos.
En cuanto a los edificios protegidos, el PEM plantea un “criterio continuista con el enfoque de protección del PGOUM” del año 1997 y deja abierta la posibilidad de “incorporar nuevos bienes al catálogo para potenciar el papel de la cultura en la transformación urbana”, según el texto propuesto por el Ayuntamiento.
Además, el PEM pide diversificar las tipologías de vivienda impulsando una oferta residencial más flexible y adaptada a las necesidades contemporáneas. Esto incluye implementar “soluciones residenciales en edificios públicos en desuso” con modelos de “coliving, vivienda intergeneracional, residencias colaborativas o fórmulas mixtas de convivencia entre jóvenes y personas mayores”.
La apuesta por incrementar la construcción de vivienda a través de la densificación y otras estrategias aparece justificada en el Documento Inicial Estratégico, donde se plantean cuatro alternativas y el Gobierno de Almeida escoge la que permite una expansión en la oferta inmobiliaria de la ciudad a través de desarrollos compactos. En ella plantea además que en los ámbitos urbanizables aún no ejecutados se defina el suelo no urbanizable común “en función de sus valores ambientales, su aptitud para el desarrollo y otros factores de equilibrio territorial”. Por el camino se quedan otras alternativas que traerían mayor contención, énfasis en la rehabilitación y un bajo impacto territorial y ambiental, pero que el equipo de Urbanismo considera que trasladarían la presión inmobiliaria a los municipios aledaños a Madrid y una “gentrificación generalizada de la ciudad”. También observa que generaría “más tráfico de acceso, más emisiones y más ruido en los corredores de entrada”.
La alternativa escogida por el equipo de Almeida reclama avanzar hacia una estructura urbana policéntrica, reforzando la cohesión en nuevos nodos urbanos barriales, con un replanteamiento de todas las calles de Madrid y el reparto actual en los modos de transporte. En este apartado, el de la movilidad, el Ayuntamiento también avanza importantes cambios.
Más zonas peatonales, menos coches de combustión
Entre las propuestas del PEM que no tienen que ver con vivienda, destacan las centradas en facilitar el movimiento de los ciudadanos de Madrid a través de una “transformación profunda de la estructura de movilidad”, con cambios importantes en las calles de la ciudad y una “descarbonización” efectiva de los vehículos que circulan por la ciudad, a través de la ampliación de las Zonas de Bajas Emisiones.
El documento anticipa la transformación de ejes emblemáticos como López de Hoyos, Alcalá, Arturo Soria, Bravo Murillo, Embajadores–Delicias–Legazpi, Oporto–Orcasitas–Villaverde, Vinateros o Pablo Neruda mediante mejora del espacio público, con la renaturalización de estos espacios, además de calmar el tráfico, favorecer la continuidad peatonal y ciclista o la mejora de la accesibilidad al transporte público.
También prevé el consistorio fortalecer los ejes cívicos de Madrid a través de una red de itinerarios peatonales y ciclistas continuos, “que conecten vivienda, comercio de proximidad, parques de barrio, espacios públicos y equipamientos clave y lugares simbólicos, configurando itinerarios seguros, confortables, atractivos y adaptados al cambio climático”. En estos casos cita barrios y distritos como Tetuán, Usera–Moscardó, Puente de Vallecas–Peña Gorbea, Moratalaz–Vinateros, o San Blas–Amposta y Ejes cívicos como la Avenida Logroño y Nuestra Señora de Valverde.
Por último, este modelo urbanístico cita un nuevo modelo de lo que denomina “calles completas”, espacios con prioridad peatonal, tráfico calmado, arbolado y espacios de sombra, de descanso, juego y convivencia, “favoreciendo desplazamientos cortos y la accesibilidad cotidiana en áreas como Orcasitas, Tetuán, El Carmen, Prosperidad, Ciudad de los Ángeles, Lavapiés, Carabanchel Alto, Villaverde Bajo, Barrio de la Concepción o en entornos escolares, de educación especial y entornos de Día y de Mayores”.
El borrador del PEM presentado por el Ayuntamiento de Madrid supone el inicio de un largo proceso burocrático con el que ahora la Comunidad de Madrid elaborará un documento de alcance, con el que el consistorio podrá construir el Estudio Ambiental Estratégico y dejar el citado PEM listo para su aprobación inicial, algo que sucederá a partir del verano que viene, según cálculos municipales. Dicha aprobación tendrá lugar a inicios de 2027, para después pasar a información pública, trazar una propuesta final y ser enviado al Gobierno regional de nuevo para su análisis y la Declaración Ambiental Estratégica, con la que el Ayuntamiento podrá llevar a cabo la aprobación definitiva.
0