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Nuevo frente en La Paz contra un cantón de Carabante: protesta por su ubicación en un solar que debió ser zona verde

Manifestación hacia la junta de distrito

Luis de la Cruz

Madrid —

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El pasado lunes, 26 de mayo, los vecinos del barrio de La Paz (Fuencarral-El Pardo) marcharon por la tarde en manifestación hasta la junta municipal de distrito, situada junto al parque de La Vaguada. El fin de semana había sido un ir y venir de reuniones vecinales y caceroladas en la parcela de la calle Sangenjo contigua a la Colonia de San Enrique, donde el Ayuntamiento empezará inminentemente a construir un cantón de limpieza al que los vecinos llevan años oponiéndose por estar situado a solo ocho metros de sus casas.

El miércoles de la semana anterior, casi dos años después de las protestas periódicas de los vecinos, la cuña en la confluencia de las calles Sangenjo y Fermín Caballero, que sirve de aparcamiento, amaneció vallada para comenzar esta semana con las obras.

El Ayuntamiento de Martínez Almeida aduce que el proyecto se ha consensuado con los vecinos, que han tenido oportunidad de conocerlo. Sin embargo, estos niegan la mayor. Es cierto que durante las reuniones mantenidas en este tiempo con el consistorio se ha conseguido que se eliminara un silo de gran altura previsto y se ha asegurado que no habría horarios nocturnos ni transferencia de basuras. Sin embargo, los vecinos explican que, pese a que lo han reclamado, no se les ha permitido ver el proyecto, lo que imposibilita tanto estar de acuerdo con él como alegar en contra llegado el caso.

Manifestación contra el cantón hacia la junta de distrito de Fuencarral-El Pardo

En todo caso, consideran que la cercanía de la parcela hace inviable la ubicación por más modificaciones que se lleven a cabo al proyecto. “Nos hemos manifestado en contra del cantón una vez más para dejar claro a Joé Antonio Martínez Páramo (el concejal-presidente del distrito de Fuencarral-El Pardo) que esta no es una solución pactada con los vecinos y que nuestra única vía es la reubicación. No podemos tolerar el cantón a ocho metros de nuestras casas con el impacto visual para los pisos más bajos y, en general, con la devaluación económica y paisajística que supondría”, explican.

Infraestructuras y núcleos de vecindad muy cercanos al cantón

Ellos propusieron reubicarlo en una zona cercana a la Avenida del Cardenal Herrera Oria, donde no afecta a ninguna vivienda, pero se les contestó que esa zona está calificada como viario, lo que no convence a los vecinos: piensan que han tirado por la vía más rápida.

“En un barrio en el que no se ha hecho ninguna inversión en los últimos cuarenta años, no es tolerable que la primera sea para devaluarlo. Creemos que hay ubicaciones mejores, quizá sean más complejas, pero para eso está el Ayuntamiento, para hacer lo necesario para mejorar la vida de la gente”, reclaman.

Frente a la Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo

No es la primera vez que tienen que salir a la calle por el uso de la parcela contigua a sus viviendas. A finales de los noventa se concedió licencia para instalar una gasolinera. Los vecinos, que llegaron a ponerse delante de las máquinas, consiguieron que la estación de servicio cambiara su ubicación.

Según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, la parcela es de titularidad municipal desde entonces, ya que el Ayuntamiento la obtuvo por el procedimiento de convenio de permuta con la empresa que pretendía instalar la gasolinera (esta había adquirido la parcela en 1990). A cambio, se le concedió otra parcela en la Avenida de la Ilustración con vuelta a la calle Isla de Tabarca para construir la gasolinera.

Las ventanas de la Colonia san Enrique también hablan

El convenio de dicha permuta, que se firmó el 29 de diciembre de 1998, y lleva la firma de Ignacio del Río (Concejal de Urbanismo de la época), incluye en su parte final una adddenda con el siguiente párrafo:

 “La compañía CEPSA Estaciones de Servicio S.A. y la empresa VIRGISA se comprometen a urbanizar como zona verde la parcela descrita en el expositivo segundo del convenio de referencia con el objeto de entregarla en perfecto estado de uso al Ayuntamiento de Madrid”. Los gastos de dicha urbanización como zona verde estaban fijadas en el documento en seis millones de pesetas, que debían haber corrido de parte de ambas empresas.

La entrega de la zona urbanizada como zona verde, a la vista está, nunca se llevó a cabo, y el gran esquinazo siguió siendo parking para una de las pocas partes del barrio que, por otra parte, no dispone de aparcamientos subterráneos.

El aparcamiento donde se instalará el cantón

“El convenio de 1998 obligaba a urbanizar la parcela como zona verde, lo que hubiera repercutido positivamente en el barrio”, explican y añaden que el actual cantón hubiera sido implanteable si el Ayuntamiento hubiera cumplido con lo que contractualmente se dejó por escrito.

La Colonia de San Enrique, que se construyó en régimen de cooperativa a mediados de los años setenta, está construida alrededor de un parque donde también hay algunas zonas comerciales. Fue lo primero que hubo en el barrio y alrededor del parque hay distintas zonas de aparcamiento que, en la memoria de los vecinos de más tiempo, siempre fueron parte de la colonia aunque su uso fuera público.

Actualmente, la calificación del suelo no lo dice así pero algunas de las aceras que la rodean, como la del aparcamiento donde está proyectado el cantón, mantienen la calificación de “privada de uso público”, lo que hace pensar que, a falta de clarificar los detalles, algo sucedió en el galimatías viario de la zona que motiva los recuerdos vecinales condiciona hoy el transcurrir de San Enrique. Construir cualquier estructura en estas parcelitas que rodean la colonia significa ahogarla y, por ello, los vecinos de San Enrique están dispuestos a luchar hasta el final por alejar el cantón de sus ventanas.

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