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“Con Maixabel Lasa tengo contraída una deuda a la que nunca podré hacer frente”

Maixabel Lasa pide, en una imagen de archivo, al Gobierno que recapacite y permita los encuentros entre víctimas de ETA y presos arrepentidos

Aitor Guenaga

Bilbao —

Luis Carrasco no pudo ayer mirarle a los ojos a Maixabel Lasa. Ni repetirle cara a cara el arrepentimiento por el hecho de haber participado en el asesinato de su esposo, Juan Mari Jáuregui. Pero la exresponsable de la Oficina de Atención a las Victimas del anterior Gobierno vasco pudo escuchar las palabras del exetarra de boca de su abogado, que hasta el último minuto estuvo intentando, en contacto con el juzgado, que Luis Carrasco estuviera en la biblioteca de la Universidad de Deusto en la presentacion del libro 'Los ojos del otro. Encuentros restaurativos entre víctimas y exmiembros de ETA'. Su letrado desplegó una cuartilla y leyó unos párrafos del asesino de Juan Mari Jáuregui y ahora disidente arrepentido de ETA y de su pasado terrorista.

“A Maixabel Lasa”, leyó Txabi Etxebarria, “también le agradezco” esta experiencia, “una persona con la que tengo contraída una deuda a la que nunca podré hacer frente”. “Y a las víctimas”, continuó leyendo el abogado “les doy las gracias por abrirme los ojos”. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche, al igual que cuando Maixabel, que ha estado al frente de la Oficina de Víctimas durante 11 años con gobiernos de diferente signo, contó su experiencia en los encuentros restaurativos. El aplauso del público, que llenaba el recinto bilbaíno, fue el más largo.

Carrasco mantuvo dos encuentros restaurativos con los familiares de sus víctimas, incluida la propia Lasa. En el libro se relata ese encuentro, celebrado el 26 de mayo de 2011: “Personalmente”, admite Lasa, “pensaba que el encuentro no me aportaría gran cosa, pero no fue así. Cuando él apareció en la salita y, después de las presentaciones, nos miramos a los ojos, me di cuenta de lo mal que lo estaba pasando”. Lasa continúa: “Lo que más me impresionó es que repetía una y otra vez 'todo en mi es malo, no hay nada bueno en mi'”. Ayer continuó el relato ante el público congregado en la universidad: “Le cosí a preguntas, si le conocía a Juan Mari, si sabía quién era, su trayectoria política.. Y dijo que 'no'”. Maixabel recordó que Juan Mari llegó a gobernador civil en la etapa socialista, pero antes había militado en ETA, luego en el PCE-EPK y, finalmente, había acabado afiliándose al PSE. “Desde el primer momento me pidió perdón. Su autoestima estaba por los suelos. Y le dije que no era verdad que no hubiera nada bueno en él, que era una persona muy valiente por haber criticado a ETA, por haber confrontado con ETA, por ser un disidente de ETA. Le dije que debía estar orgulloso y le agradecí su recorrido personal por ver, decir y asumir las atrocidades que había cometido”. Y le recordé una cosa: “has conseguido lo más importante: la libertad y conseguir ser un ciudadano”.

Prácticamente todos las personas que tomaron anoche la palabra, entre ellos Txema Urkijo; la coordinadora de los encuentros restaurativos, la abogada y mediadora madrileña Esther Pascual, el propio abogado de Carrasco -que dijo no entender cómo se impide a los presos disidentes de la banda “hacer lo que les llevan años pidiendo que hagan”, arrepentirse de su pasado y criticar sus actos terroristas en ETA- todos censuraron al Gobierno del PP por “obturar”, “torpedear” unos encuentros que han servido para las víctimas y los víctimarios. Encuentros que “tienen un potencial importantísimo y que puede servir dentro de la cárcel” para que otros presos de ETA se desenganchen y “fuera de la cárcel, para los jóvenes”, en palabras de Maixabel. “A mi marido lo mataron en el año 2000 y nadie se imaginaba que en 2013 estararíamos donde estamos y que habríamos conseguido lo que estamos consiguiendo”, dijo Lasa antes de escuchar un largo aplauso.

La reflexión ética del acto, organizado por el Fórum Deusto, la puso el catedrático emérito Xabier Etxebarria, quien subrayó que “los hechos del pasado son inmodificables. A Maixabel le mataron a su marido. La víctima es inocente y el perpetrador es culpable. Pero la vivencia de lo que pasó puede ser transformada”. Y poniendo en valor este tipo de encuestros restaurativos, el profesor Etxebarria concluyó que “ETA muere no cuando sale derrotada externamente, muere de verdad en el corazón del etarra cuando hace este proceso” de arrepentimiento y asunción del daño causado.

“Profundamente entristecido”

El acto de ayer en la Universidad de Deusto vino precedido de cierta polémica por la decisión del juez central de Vigilancia Penintenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, de denegar el permiso para que el etarra arrepentido Luis Carrasco Aseginolaza pudiera participar en la presentación del citado libro. La resolución judicial consideraba que la petición no se ajusta a los supuestos previstos en la normativa penintenciaria en relación con los permisos extraordinarios. Normalmente, los permisos extraordinarios de salida de prisión suelen estar vinculados con la muerte de un familiar directo. El permiso ya había sido rechazado por Instituciones Penintenciarias y por la Fiscalía antes de llegar a la mesa del juez. Su abogado, que intentó sin éxito hasta el último minuto que Carrasco estuviera presente, reflexionaba a preguntas de EDN: “¿Qué hay más extraordinario que una persona que ha participado en un asesinato quiera compartir con el familiar de la víctima su arrepentimiento? No lo entiendo y estoy profundamente entristecido por esto”, confesó.

Carrasco fue condenado a 47 años de cárcel por ser el autor del asesinato, en 2001, del directivo del Diario Vasco, Santiago Oleaga, y de participar en el atentado mortal del gobernador civil de Gipuzkoa entre 1994 y 1996, el socialista Juan María Jáuregui. Precisamente, su viuda y exresponsable de la Oficina de Atención a las Victimas del anterior Gobierno vasco, Maixabel Lasa, participó en la presentación en la universidad.

En este caso, además, la petición de salida no estaba incluida en la lista de salidas programadas en el centro penintenciario. Luis Carrasco se encuentra en estos momentos recluido en la cárcel de Zaballa (Álava), donde Instituciones Penitenciarias ha situado a buena parte de los presos etarras arrepentidos y a los presos incluidos en la denominada 'vía Nanclares', que toma el nombre del anterior penal -ya en desuso- donde las autoridades penitenciarias comenzaron a llevar a los presos de la organización terrorista que se apartaban de las consignas emanadas desde la dirección de ETA y desde el colectivo de presos EPKK. Entre ellas, la prohibición de acogerse a ningún beneficio penitenciario con el objetivo de hacer piña entre el colectivo -más de 700 presos- y evitar las disensiones o las terceras vías como la de Nanclares.

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