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Alumnas desconfían de la investigación de la Universidad Francisco de Vitoria sobre el cineasta Luis Ferrández: “Me tengo que graduar, no me la puedo jugar”

Campus de la Universidad Francisco de Vitoria

Ana Requena Aguilar / David Noriega

10 de febrero de 2021 22:30 h

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La Universidad Francisco de Vitoria anunciaba el miércoles de la semana pasada que suspendía temporalmente al profesor Luis María Ferrández después de conocer la información publicada en elDiario.es: seis mujeres, cuatro de ellas exalumnas, le señalan por diferentes hechos y situaciones que vivieron con él. El centro comunicaba también que iniciaba un periodo para investigar lo sucedido e invitaba a cualquier alumno o alumna a utilizar el canal de denuncias abierto. Una semana después, el centro dice no tener constancia de ninguna queja o denuncia.

El clima entre las estudiantes es, según ha podido saber elDiario.es, de desconfianza y miedo. Y es que el mismo día que la universidad anunció la suspensión, la Facultad de Comunicación organizó una reunión con delegados de clase en la que, tal y como ha podido comprobar esta redacción, una portavoz mostró su confianza en el productor y director de cine: “Confiamos plenamente en lo que Luis nos dice”. La universidad carece de un protocolo específico para el acoso sexual y sexista, a pesar de que la ley lo requiere desde 2007, y la investigación se limita a una dirección de correo en la que recibir quejas.

La sensación que corre por las aulas es que la decisión de suspender temporalmente de empleo a Ferrández es “para que se vea que han tomado medidas hasta que se olvide el tema y vuelva” a dar clase. De hecho, la universidad no ha designado sustituto y las instrucciones recibidas por el alumnado son que las clases perdidas durante estas semanas se recuperarán una vez el profesor se reincorpore. Aunque cuando anunció la suspensión, la Francisco de Vitoria no explicó durante cuánto tiempo duraría, elDiario.es ha podido saber que se trata de un periodo de dos semanas.

Luis María Ferrández (Madrid, 1977) fue candidato al Goya al Mejor Corto de Ficción en 2011 por 'Hemisferio' –protagonizado por Blanca Suárez y Hugo Silva– y autor de largometrajes como 'La noche en que una becaria encontró a Emiliano Revilla', y 'La pantalla herida', una película sobre la situación del cine español en la que participaron decenas de nombres relevantes de la industria cinematográfica. Ferrández es actualmente profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, de la que también es exalumno.

“Evidentemente, hay miedo a represalias”, explican fuentes de la delegación de alumnos. Entre otras cosas, porque por Luis Ferrández pasan la mayoría de Trabajos de Fin de Grado de la rama de cine de la Universidad. Aprobar estos trabajos es un requisito indispensable para obtener la titulación. “Tienes unas posibilidades muy grandes de que te toque”, explican las mismas fuentes. Una alumna consultada, que narra unos hechos que serían relevantes para el caso, asegura que no acudirá a la facultad: “La idea que se está transmitiendo es que él va a volver en nada y yo me tengo que graduar. Están diciendo que ha contratado a no sé cuántos abogados buenísimos y que va a denunciar a todo el mundo. No me la puedo jugar”.

En la reunión convocada por la Francisco de Vitoria con los delegados y delegadas de clase del grado de Comunicación Audiovisual el miércoles pasado, se encontraban –telemáticamente– varios cargos de la facultad y la universidad, como el director de carrera, Diego Botas, la coordinadora de alumnos, Laura Zazo, la profesora y vicedecana Ana del Valle, y el director de Comunicación, Javier de la Rosa.

Los cargos de la universidad expusieron el caso y anunciaron la apertura de un periodo de 15 días para comprobar la verosimilitud de los testimonios y recibir correos electrónicos en una dirección. Sin embargo, estos anuncios se acompañaron de otro tipo de declaraciones, según fuentes conocedoras de la reunión. “Confiamos y creemos plenamente en lo que Luis nos dice”, expresó una de las portavoces de la universidad. También puntualizaron que las personas que aparecen en el artículo de elDiario.es no han denunciado judicialmente los hechos y que “tampoco es que hayan explicado mucho”. “Luis lo está pasando muy mal, y está todo en manos de sus abogados”, apuntaron.

En el reportaje publicado por elDiario.es, seis mujeres le señalaban y contaban relatos coincidentes con detalles similares. El relato de dos de ellas tenía precisamente como origen la universidad Francisco de Vitoria. Una de ellas, exalumna, contaba cómo al acabar el primer día de clase, Ferrández le pidió su número de teléfono y él le ofreció el suyo. “Me dijo que como era nueva y extranjera podíamos hablar si tenía preguntas sobre la clase. Al principio pensaba que era normal. Pero después empezó a mandarme más y más mensajes. Me decía 'hola, qué tal, qué haces, ¿quieres tomar un café por Madrid?'. Le dije que no me interesaba. Seguía enviándome mensajes de vez en cuando, me molestaba, era pesado. En los pasillos cada vez que me veía me sonreía y me guiñaba el ojo. La última vez que me escribió me mandó un 'hola, ¿quieres tomar algo en Madrid?' Le dije que no y le respondí claramente que me parecía extraño que me enviara estos mensajes y que prefería que no me escribiera más, y dejó de hacerlo. Me mandó un mensaje más: que si necesitaba algo contara con él”.

Otra de las mujeres, dedicada a la industria del cine, relataba lo sucedido con Ferrández en 2015:“Jugó psicológicamente conmigo para que acabara haciendo lo que él quería. He intentado justificar lo que pasó para no sentirme culpable. Él se aprovechó de mí, yo estaba muy borracha, pero le dije que no quería tener sexo, eso lo recuerdo bien. No sabía cómo parar eso, mi conciencia me decía que me fuera pero no podía, me encontraba muy mal. Acabé chupándosela y ya no recuerdo si es que fue él quien lo propuso para al menos acabar así o fui yo quien lo hice para que me dejara en paz y no tener que hacer otra cosa. Borré todo lo que había pasado esa noche hasta hoy”, decía una de las mujeres en el artículo publicado por este medio.

Sin investigación de oficio

A preguntas de elDiario.es, la universidad asegura que las declaraciones hechas durante esa reunión no merman la imparcialidad que se le supone a una investigación interna y que tampoco están desincentivando las denuncias, sino insistiendo en que se hagan por los canales abiertos. Los casos que lleguen a la dirección de correo confidencial se derivarán a la Comisión de Delitos Penales del centro, explican, formada por el gerente, el director de desarrollo de personas y el secretario general de la Francisco de Vitoria, todos hombres. La comisión no cuenta con especialista en género. El colectivo feminista extraoficial de la universidad, Ufemv, reivindica un protocolo específico para estos casos de manera urgente.

Según el resultado de ese proceso abierto, la universidad tomará unas medidas u otras, que pueden ir del despido a la “restauración del honor de Luis”, como explicaron en la reunión del miércoles 3 de febrero los cargos de la Francisco de Vitoria a sus delegados de clase. Una restauración que sería, aseguraron, “la máxima posible” porque la situación es “muy dura”.

La catedrática de Derecho Penal María Acale fue una de las expertas que elaboró el primer plan contra el acoso sexual y sexista (2006) de la Universidad de Cádiz, una de las pioneras en España en tener un procedimiento para atender a las víctimas. Acale insiste en la necesidad de contar con un protocolo específico para que el proceso tenga todas las garantías, empezando por la protección tanto de víctimas como de acusado mientras dure la investigación. Al no existir uno, la experta señala que el procedimiento debería implicar una investigación de oficio por parte de la universidad y no un mero anuncio para que quien lo considere escriba a una dirección de correo electrónico, algo que califica de “solución de compromiso” y no de “verdadera investigación”.

“No es lo mismo una universidad grande que pequeña, lo mismo con los departamentos, pero si hay profesores que se pueden repartir las funciones una medida cautelar sería que ese profesión no tomara decisiones académicas, no evaluara, para evitar posibles consecuencias o temores de quien denuncia. Si hace falta, se tramita una contratación extraordinaria”, explica. Sobre la posibilidad de que Ferrández sea apartado temporalmente de la tutoría y evaluación de los trabajos para evitar inhibir a las mujeres de dar su testimonio, la universidad se ha limitado a enviar esta respuesta a elDiario.es: “Después del comunicado enviado la semana pasada, y mientras dure la investigación, no vamos a realizar ninguna declaración más para no comprometer la investigación en curso”.

María Acale subraya que, además, los comportamientos sexistas son una modalidad de violencia difícil de visibilizar porque no entra en el concepto penal de acoso, “que solemos identificar con tocamientos muy explícitos o con un chantaje claro”. “Pero no hay que llegar a ese extremo para que se trate de comportamientos sexistas que probablemente no sean constitutivos de delito pero para eso está la universidad y el régimen disciplinario”, agrega.

Fuentes de la delegación de alumnos consultadas por esta redacción muestran sus dudas sobre los canales de comunicación de denuncias de la Universidad. “No creo que se sientan seguras para decirlo”, indica una persona conocedora de dos casos en los que las alumnas podrían hacer uso de esos canales. “A una no le apetece hablar y la otra, para un cuatrimestre que le queda, dice que tampoco. No quieren meterse en líos”, explica.

La Universidad, cuentan estas fuentes, tampoco ha difundido entre el alumnado el correo –confidencial pero no anónimo– puesto a disposición para estos asuntos (canaldenuncias@ufv.es) de forma masiva. “Yo no tenía ni idea de qué existía ese correo”, señalan. Otra alumna dice: “Nadie sabe bien tampoco el proceso que esto seguiría. Hay inseguridad y eso no va a ayudar a que alguien acuda a esos medios”.

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