Revuelta contra un congresista republicano de Nebraska que intentaba defender las políticas de Trump: “¡Mentiroso! ¡Tax the rich!”

El New York Times cuenta estos días que la mayoría de políticos republicanos están rehuyendo los debates en público y los encuentros en ayuntamientos con los vecinos a los que representan. Quieren evitar enfrentarse a figuras demócratas y responder a las preguntas difíciles de su electorado, gran parte de él descontento con las primeras medidas que ha tomado Donald Trump durante este mandato.

Sin embargo, uno de ellos sí se ha atrevido a subir al estrado. El congresista Mike Flood, representante republicano de Nebraska, participó este lunes en un encuentro en el ayuntamiento de Lincoln. Salió escaldado.

Flood quería defender el Big Beautiful Bill que aprobó Trump en julio de este año. Se trata de unan nueva ley —de 1.000 páginas— que ha rebajado los impuestos a los más pudientes de Estados Unidos, ha recortado en fondos sociales como en el seguro sanitario del país o las ayudas para la comida, y ha aumentado el gasto militar. El representante de Nebraska no llevaba ni medio minuto de su ensayado discurso cuando aseguró que hay “mucha desinformación” sobre la Big Bill, y fue interrumpido por los asistentes al mitin, que ya no callaron durante una hora, según reporta el New York Times: “¡Mentiroso! ¡Eres un mentiroso!”

Flood —congresista en una segunda legislatura, que ganó su distrito en las elecciones del año pasado por más de 20 puntos— trató de convencer a las 850 personas que abarrotaban el Kimball Recital Hall de que la nueva Bill iba a beneficiar al conjunto del estado. Aseguró que la ley iba a evitar un aumento de 1.600 dólares en impuestos para cada familia de Nebraska y que garantizaría la viabilidad de Medicaid —el programa de cobertura sanitaria para familias de bajos ingresos, que en realidad ha visto disminuidos sus fondos— a largo plazo.

El auditorio, lleno hasta los topes de una multitud en su mayoría crítica con el político republicano, respondía: “¿Cómo puedes apoyar una ley que erosiona la dignidad de nuestra gente?”, gritó una mujer. Los recortes en Medicaid afectan a, entre muchos otros colectivos vulnerables, veteranos de la guerra que perciben pocos ingresos de pensiones. Flood afirmó acto seguido que los veteranos iban a estar “mejor que nunca” gracias a la iniciativa de Trump, y el público explotó en abucheos. “¡Tax the rich!”, gritaban. Se trata de una frase —“hay que gravar a los ricos”, en español— muy utilizada por los estadounidenses progresistas, que pìde aumentar los impuestos a los millonarios y ricos del país.

Otro de los puntos más impopulares del Big Beautiful Bill es la exigencia de que los jóvenes tengan que acreditar estar empleados para poder recibir algún tipo de cobertura sanitaria.“¿De verdad creen que alguien de 28 años que puede trabajar y se niega debería tener atención médica gratuita?”, preguntó Flood a la sala, según recoge el New York Times. La respuesta fue rotunda: “¡Sí!”

Durante la hora y media que duró el encuentro, acusaron a Flood de “fascista” en varias ocasiones. Él se defendía: “Los fascistas no hacen ayuntamientos con preguntas abiertas al público”.

Flood repitió como un loro las consignas de Trump. “Tenemos que ser un país que fabrica cosas”, dijo una y otra vez, ante las quejas de los presentes por la subida de precios que han provocado los aranceles. “Es que esto anula cualquier ahorro fiscal que pueda dar la ley”, se quejaba el público. En realidad, solo hubo dos momentos de alivio para el congresista republicano durante la casi hora y media que duró el encuentro: el primero, la expulsión del auditorio de un activista que gritaba “Palestina libre”; la segunda, cuando Flood se mostró a favor de desclasificar los archivos del caso Epstein.

El evento fue retransmitido por la televisión pública de Nebraska. El New York Times explica que este fue el tercero —y probablemente el último— mitin que Flood tiene previsto celebrar este año. “Las escenas vividas en Lincoln ilustran la creciente tensión entre los votantes y una clase política que, cada vez más, parece alejarse del contacto directo con la ciudadanía”, concluye el periódico estadounidense.