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Castilla-La Mancha es un territorio a salvo de la avispa asiática, de momento

Una "Vespa Velutina", comunmente conocida como avispa asiática, cerca de Santiago.

Pilar Virtudes

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Castilla-La Mancha es, de momento, un territorio a salvo de avispa velutina (Vespa Velutina Nigrithorax) o avispa asiática, este especie invasora que ha causado la muerte de tres personas en las últimas semanas en Galicia.

Las condiciones climáticas que necesita esta especie, que entró en Europa hace unos diez años, no las encuentra en Castilla-La Mancha. Según el investigador del Centro Apícola de Marchamalo (CIAPA), dependiente del IRIAF (Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha), Mariano Higes, en la región aún no se han detectado: “Hoy en día no está previsto que tengamos avispa velutina en Castilla-La Mancha, pero estos organismos tienen capacidad de adaptación”.

 “Esta avispa necesita climas no excesivamente calurosos y humedad, temperaturas más o menos templadas, como las que hay en la costa, le gusta distribuirse por bosques que tengan árboles de hoja perenne y que sean húmedos. Es verdad que se ha diseminado por zonas que tiene características climáticas parecidas a su zona de origen y, en principio, en Castilla-La Mancha no se dan están condiciones, pero no sabemos si va a tener capacidad de adaptarse y por eso que hay que estar preparados”, asegura en una entrevista.

La entrada de este tipo de avispa se produjo hace una década a través de Francia desde donde llegó en los productos de importación que ocultaban un nido con reinas y se instaló en el sur del país. “A partir de aquí ha ido invadiendo toda Francia, parte de Europa y se empezó a distribuir por la cornisa cantábrica, bajó por Portugal y ahora está colonizando Huesca y bajando por Cataluña hacia Valencia”, asegura este investigador.

De momento va progresando como estaba previsto. “No hay que alarmarse -asegura- pero hay que estar ojo avizor en la zona de Guadalajara que toca con Soria y Segovia y en la zona de Cuenca-Albacete que toca con Valencia. Hay que mantenerse atentos por si se detectase una entrada  poner en marcha planes de contingencia”.

Actualmente, en las zonas donde ha llegado compite con la Vespa crabro, o avispón europeo, por la alimentación, aunque en la península ibérica también hay otras especies de avispa como la ‘vulgaris’, más pequeña que las anteriores, que también es invasora.

Sin embargo, y aunque las últimas muertes por picaduras de velutinas han causado alarma, la picadura de la avispa asiática “no es más alergénica que la picadura de una avispa normal, ni es más agresiva”, asegura Higes.

Un nido de avispa velutina en un árbol.

Lo que sí sucede es que sus nidos son mucho más grandes, más numerosos en insectos, y los sitúan en lugares altos, o a veces también subterráneos. No es fácil verlos a simple vista, lo que provoca que si se está desbrozando un terreno o paseando por el campo y se pisa uno de estos nidos, ellas ataquen. “Como todas las avispas son muy territoriales, y si pisas un nido te van a atacar. Si eres alérgico es un riesgo, y si no eres alérgico y te pican varias puedes tener un problema de salud”, apunta.

Los nidos subterráneos no se ven, lo que construyen en lugares altos pueden reconocerse por su forma de pera y la entrada por un lateral, mientras que los de las otras especies de avispas que viven en la península suelen tener la entrada por la parte inferior.

Para diferenciarlas debemos fijarnos en su color, ya que de tamaño es muy similar a la Vespa crabro o avispón europeo  y más grande que la Vespula vulgaris o avispa común que es bastante más pequeña que las otras dos. Morfológicamente, se diferencia porque tiene las patas de un color marrón con extremos amarillos, tiene el tórax negro exceptuando el ultimo cuarto que presenta color amarillo.

Depredadora para las abejas

Esta avispa es también muy dañina para las colmenas y está causando numerosos problemas a los apicultores ya que las abejas son uno de sus alimentos preferidos.

“Es una depredadora. Cuando en la zona de un apicultor hay muchos nidos, irán a alimentarse de abejas, sobre todo en un momento del año en que, por las condiciones del campo, no hay otros insectos. Ante estos ataques, la colmena se estresa, hay menos obreras para meter miel y puede haber problemas asociados como bajas en las producciones”, destaca. “Incluso si la colmena esta débil pueden acabar con ella, por eso en zonas de mucha presión de esta avispa hay un efecto negativo para la apicultura”, señala este investigador del Centro Apícola de Marchamalo.

Entre las medidas que se están llevando a cabo está poner algunos tipos de implementos en el colmenar, como las arpas, que tienen conectada una batería y cuando la avispa la toca, muere. Se está trabajando, además, en algún tipo de trampas con feromonas que atraiga sólo a la velutina y no acabe con otros insectos.

Los depredadores naturales de estas avispas son las aves y especialmente el águila abejera, que se come los nidos y “el abejaruco que se alimenta de abejas. Hay estudios que demuestran que en las zonas que hay un gran número de abejarucos pueden combatirlas mejor, porque esta avispa se queda parada como un helicóptero delante de las colmenas, el abejaruco cuando ve a esta avispa en esta situación resulta una presa muy fácil para él”. Castilla-La Mancha es precisamente una zona con unas importantes colonias de este pájaro que se alimenta de abejas.

Higes  considera que lo más importante es estar atentos por si se detectase entrada de velutinas en la región porque erradicar estas avispas es muy difícil: “Tienen capacidad de generar muchas reinas, de hacer nidos subterráneos y es difícil localizarlos y eliminarlos”. En caso de duda, hay que ponerse en contacto con los agentes medioambientales o con el SEPRONA. “No hay que alarmarse, pero sí estar ojo avizor por si se detectase una entrada y si se tienen duda de que se es alérgico a la picadura es conveniente que se traten y te vacunen”, concluye,

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