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El sector del azafrán impulsa un plan estratégico para que “a partir del 2030 viva una etapa de recuperación”

Imagen de rosas de azafrán en la llanura manchega de Villafranca de los Caballeros. EFE/Imagen cedida por Bioazafran y a Mari Carmen, de Medio Ambiente Ayto Villafranca / D.O.P.

Pilar Virtudes

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Conseguir la recuperación del cultivo del azafrán español a partir del 2030, tras años de retroceso, es el objetivo que se ha marcado Carlos Fernández, presidente de la Cooperativa OPAZ e impulsor de Plan Estratégico Nacional del Azafrán 2026-2030, la hoja de ruta para un sector moderno y sostenible.

Este plan, que se presentó en Villarrobledo (Albacete), se enmarca dentro del Proyecto INNOVAT-ES en el marco del PERTE de Economía Social, desarrollado por la Cooperativa OPAZ, junto a la Fundación Cellbitec de Almería, la Fundación Legado Bustillo de la Solana y la Universidad de Murcia. “Nosotros, como OPAZ, hemos aportado el conocimiento del sector y del cultivo”, asegura Carlos Fernández, que ya reivindican la necesidad de un plan director para este sector cuando estuvo al frente de la Denominación de Origen Azafrán de la Mancha.

Ya entonces señaló los principales escollos de un sector que hoy persisten: “Tenemos identificados problemas estructurales como la falta de mano de obra especializada, la ausencia de automatización de procesos, la falta de incorporación de jóvenes agricultores o la falta de liderazgo de la mujer en el cultivo”, para pasar luego a “trazar una línea de trabajo que permita poder enfrentar estos problemas y modernizar el sector y adaptarlo al siglo XXI”.

Recogida de azafrán en la llanura manchega de Villafranca de los Caballeros. EFE/Imagen cedida por Bioazafran y a Mari Carmen, de Medio Ambiente Ayto Villafranca/ D.O.P.

Este experto en el cultivo y comercialización de esta especia alertaba hace años del peligro de desaparición que corre por la disminución de los cultivadores y de la producción: “Cada vez hay menos gente que apuesta por el azafrán, estamos en unos 150 productores en la Denominación de Origen que presentamos el azafrán para certificar, estamos en la frontera de unas 90 hectáreas anuales” y a esto se une que las producciones en los últimos años no han sido buenas.

No obstante, es optimista y espera que el trabajo intenso que se está llevado a cabo dé sus frutos en los próximos años. “Estamos haciendo lo imposible para que se ejecuten todas las acciones y de cara al 2030 vivamos una etapa de recuperación del sector, no solo en Castilla-La Mancha sino a nivel nacional, porque este Plan se ha preparado en clave nacional y podamos recuperar producciones del siglo XX, cuando estaba entre las 70 y las 120 toneladas de azafrán anuales”, recuerda.

El Plan Estratégico se estructura en seis ejes fundamentales: la innovación y modernización de los procesos de cultivo y producción; la garantía de la calidad y trazabilidad mediante certificaciones avanzadas; la internacionalización y expansión en mercados Premium; la vertebración del sector a través de la cooperación entre productores, la formación y capacitación de nuevos profesionales; y la sostenibilidad integral que combina viabilidad económica, responsabilidad ambiental y cohesión social.

Una parte importante, la formación, ya ha dado comienzo: “Hemos empezado el primer curso de formación, una formación que consta de tres niveles, y el más básico lo hemos iniciado ya con 63 usuarios registrados”, señala. Este primer nivel consta de entre 60 a 120 horas de formación y en él se abordan cuáles son las pautas para poder tener el cultivo del azafrán en condiciones óptimas, posteriormente se desarrollarán los dos próximos niveles de formación, el último “es muy específico, de 1.200 horas, para integrarse dentro del cultivo de azafrán”.

Tecnificación y modernización

Paralelamente se está abordado un proceso de tecnificación del sector, ya que uno de sus principales problemas es la falta de automatización de los procesos. “Tenemos que trabajar acorde al tiempo en el que vivimos, hemos cambiado casi la mula por el tractor y poco más, en el sector de azafrán está todo por reinventar y así estamos”, asegura este experto.

La monda de la flor es la piedra angular sobre la que debe pivotar el progreso del sector de azafrán ya que es un embudo que no nos permite crecer, porque no hay suficiente gente para poder mondar lo que podríamos llegar a producir”

Entre los procesos clave que se deben modernizar el primero de ellos es la transformación de la flor o monda que sigue siendo cien por cien manual. “Esta es la piedra angular sobre la que debe pivotar el progreso del sector de azafrán ya que es un embudo que no nos permite crecer, porque no hay suficiente gente para poder mondar lo que podríamos llegar a producir”, señala, un problema que vive en la cooperativa que dirige donde en los últimos años se han sembrado ocho hectáreas nuevas y “nos pone en compromiso porque vamos a tener problemas para poder transformar todo la flor”.

Monda del azafrán

También han puesto el acento en la importancia y beneficios que la unión de productores y empresas puede aportar al sector para impulsar toda la modernización. OPAZ es la primera agrupación de productores que se ha hecho en España y agrupa a cuatro empresas comercializadoras que representa a 80 productores, “esta cooperativa es una herramienta para poder enfrenar con mayores garantía de éxito a nivel financiero, estructural y de representación estos problemas”, asegura su presidente.

OPAZ ya está trabajando en la automatización de procesos y en un sistema de cultivo hidropónico en condiciones controladas: “En OPAZ contamos con la mayor superficie cultivada de azafrán en España y hemos apostado muy fuerte por un producto de calidad diferenciada con un peso muy relevante tanto en Castilla-La Mancha como a nivel internacional. Nuestro objetivo es hacer todo lo posible para defenderlo y potenciarlo”.

De hecho ya están avanzando en la automatización de la recogida del azafrán. “En 2026 vamos a contar con prototipos de recogida y vamos a ver si funcionan y qué necesitamos para mejorar; en 2026 esperamos poner en marcha a través de un grupo operativo  la materialización de prototipos de la monda, pero también tenemos que trabajar a nivel agronómico y de ingeniería para el desarrollo de tecnología para el sembrado y sacado de los bulbos porque ahora se sigue haciendo de forma semiautomática y lo ideal sería copiar el trabajo que se ha hecho en el ajo para automatizar la siembra y hacerlo a través de GPS, de forma profesional y adaptada el tiempo en el que vivimos”, asegura.

Sanidad de los bulbos

También desde OPAZ están trabajando en mejorar la sanidad de los bulbos o cormos, otros de los principales problemas del sector. “Estamos trabajando en un sistema de hidroponía en condiciones controladas que se trabaja en bandejas, sin suelo, cuyo objetivo es obtener bulbos libres de patógenos”, y están ya en una tercera fase.  

De momento, han conseguido dos reproducciones al año y “es posible que logremos una tercera del mismo bulbo, que es una de las grandes claves, perpetuar la reproducción con una primera generación desde un sistema hidropónico”, una cuestión que para Carlos Fernández es fundamental, ya que una de las cosas que limitaba este sistema es tener que utilizar bulbos nuevos cada vez que vas a obtener una reproducción.  “Nosotros con una primera generación ya vamos por la tercera y hemos conseguido replicar floración y cormos con un tamaño comercial asumible y unos niveles de patología por debajo del 1%, pero para esto se necesita una inversión muy alta”.

Paralelamente a todo esto, se está “trabajando para ver cuáles son los segmentos más apropiados para la comercialización, la revalorización de la marca España de azafrán, y en general trazar un plan desde la producción, pasando por la formación, y finalmente la comercialización para poder llegar a mercados que nos permita comercializar el azafrán a un precio que deje la riqueza que creemos que el azafrán puede dejar”, asegura el presidente de OPAZ.

Una plantación de azafrán de La Mancha

El cálculo de la inversión que se necesita para poner en marcha todos estos elementos está en torno a los 18,5 millones de euros “sobre todo para la inclusión de jóvenes agricultores, potenciar el papel de liderazgo de la mujer en el sector, automatización con concursos públicos y trabajar la parte de sanidad vegetal de los bulbos en colaboraciones con centros de investigación”, señala.

Para todo este desarrollo, es fundamental el apoyo de la Administración: “Estamos tratando de aprovechar las herramientas que desde el Ministerio han puesto a nuestro alcance. Este plan se ejecuta gracias a la subvención y apoyo del Ministerio de Trabajo que cubre el 50 % a través del PERTE de Economía Social; a nivel regional, la Consejería acaba de cerrar los grupos operativos en los que también nos hemos apoyado para contar con ayuda pública para el desarrollo de la tecnología”.

Así lo señalaba también la viceconsejera de Política Agraria Común y Política Agroambiental de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Gracia Canales, durante la presentación del plan donde subrayaba entre los 40 Grupos Operativos de innovación agroalimentaria que se van a poner en marcha a partir de enero el azafrán tendrá un papel relevante: “Creemos que debe ser así por la relevancia cualitativa que tiene este cultivo en nuestra región”.

Un modelo replicable

Durante la presentación, el coordinador del proyecto, Antonio del Saz, señalaba que se han centrado en el sector del azafrán porque “es un cultivo que refleja de manera ejemplar los retos estructurales del sector agroalimentario español, como la necesidad de relevo generacional y de atraer nuevos trabajadores, la baja tasa de empleo femenino, la adaptación al cambio climático y el ahorro de recursos, la pérdida de población en las zonas rurales y la urgente necesidad de innovación y tecnificación”.

Por ello, este proyecto no solo busca modernizar el sector del azafrán, “sino generar un modelo replicable para todas las cooperativas agroalimentarias de España, fomentando la innovación, la sostenibilidad y la participación de nuevos profesionales, especialmente mujeres y jóvenes, para lo que se han desarrollado además un conjunto de acciones complementarias dirigidas a fortalecer el sector, entre las que se incluyen la implementación de programas formativos de distintos niveles, desde cursos básicos hasta formación especializada y avanzada”, concluía.

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