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Crowdfunding en Montón: la fórmula de un pueblo de 87 habitantes para salvar su patrimonio

La Casa Solariega de los Franco Campillo de Bernabé que quiere salvar Montón.

María Bosque Senero

27 de noviembre de 2025 22:09 h

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El rural está plagado de ejemplos de arquitectura civil y religiosa dignos de reseñar. Los pueblos fueron antes incluso que grandes urbes y, en ellos, quienes tenían poder económico, social, político o religioso construían edificios con los que dejaban su impronta en el territorio. Hay castillos, iglesias, ermitas, plazas y residencias diseminadas por todo el territorio aragonés, dignas de mención. Desafortunadamente la titularidad de algunos de estos inmuebles se desconoce, otras están en múltiples manos, y las que son o han llegado a ser municipales se encuentran en pueblos por lo general pequeños, cuyos recursos son escasos. Una combinación que lleva a buena parte de estas construcciones a la calle en dirección al deterioro, con pocas o nulas salidas hacia su conservación.

La Casa Solariega de los Franco Campillo de Bernabé es buen ejemplo de esta problemática. Se trata de uno de los edificios civiles más destacados del valle medio del Jiloca y, según apuntan los expertos, “un referente de la arquitectura aragonesa del siglo XVIII”. Este inmueble, que estuvo al borde de la demolición en 2021, se encuentra actualmente inscrito como Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés, y busca financiación para que le hagan un lavado de cara que le permita ganar tiempo hasta que el Ayuntamiento de Montón, localidad en la que se encuentra, pueda optar a subvenciones autonómicas, estatales y europeas para llevar a cabo su rehabilitación completa.

Lo más urgente es redactar un proyecto técnico de rehabilitación integral y reparar el tejado del lucernario. Interviniendo en esta estructura clave, que cubre y protege la monumental escalera central del inmueble, se conseguiría preservar el edificio y darle oxígeno.

Un derribo paralizado

Ontinar Amigos de la Cultura se presenta como una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es “conservar la arquitectura civil rural como elemento clave para preservar la identidad y la historia de nuestro pueblo, Montón”, aseguran en la página en la que anuncian la campaña de crowdfunding. Ontinar Amigos de la Cultura ha dedicado una gran parte de sus esfuerzos a la recuperación y conservación de la casa solariega de los Franco de Bernabé.

El inmueble está cerrado desde principios de los años setenta y han sido varios los episodios que han amenazado con su desaparición. El más reciente en el año 2020, cuando el anterior consistorio de la localidad inició los trámites para derribarlo y convertir el solar en un aparcamiento. “Ontinar paralizó el derribo incoando un expediente de catalogación mientras la compañía eléctrica retiraba el cableado de la fachada principal”, explican en la página. Tras obtener la catalogación por parte del Servicio de Patrimonio del Gobierno de Aragón, el proceso de derribo se paralizó.

Y ahí comienza un nuevo capítulo de la historia de este inmueble enseña del patrimonio rural. Como en tantos otros casos, y como bien saben en las zonas rurales, los edificios pertenecen a muchas personas, las familias se desmembran, las nuevas generaciones se van desentendiendo y los inmuebles como este terminan quedando a merced del infatigable y destructivo paso del tiempo. La casa solariega de Montón es un ejemplo claro de ello; pero la asociación Ontinar se puso manos a la obra y encontró a 37 herederos, repartidos por toda España. Tras los consecuentes trámites, el inmueble es ahora de propiedad municipal bajo la batuta del actual equipo de gobierno.

Gracias a Hispania Nostra realizaron una intervención en el tejado. Posteriormente, con una ayuda de patrimonio solicitada desde el Ayuntamiento se apuntaló la casa y se desescombraron los patios interiores. Sin embargo, no es suficiente para impedir su deterioro. Así que para recaudar los fondos que permitan elaborar el proyecto técnico “para tenerlo listo cuando salgan subvenciones”, explica Ángel Lecumberri, y también para llevar a cabo las labores urgentes en el tejado, la asociación ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding.

El micromecenazgo estará abierto hasta el 16 de diciembre y busca alcanzar un mínimo de 7.260 euros, aunque el objetivo ideal se sitúa en 22.440 euros. Cada aportación, “por pequeña que sea, es bienvenida”, aseguran, ya que permitirá seguir avanzando en la recuperación de una casa considerada emblema del patrimonio aragonés.

La soledad de los alcaldes de pueblo

Uno de los principales escollos con los que se encuentran las pequeñas localidades como Montón, que enclavada en la comarca de Calatayud mira al río Jiloca, es su escasa población y, por lo tanto, sus limitados medios y recursos económicos. Las ayudas llegan, sí, pero son escasas, sobre todo teniendo en cuenta que están vinculadas al número de habitantes: cuantas más personas censadas, más presupuesto y más servicios y recursos, y al contrario. “Por eso es tan importante que los vecinos se censen en sus pueblos, es una forma de ayudar a mantenerlos vivos”, apunta Lecumberri.

Montón tiene un censo de 87 habitantes. En invierno no serán más de 50 los que permanecen en el pueblo, pero en verano la cifra crece exponencialmente, superando las 400 personas. Los alcaldes y alcaldesas que viven esta situación “hacen malabares” para mantener los servicios e implementar otros en beneficio del día a día de sus vecinos, pero “a veces las cuentas no salen”, lamentan, y eso que la mayor parte de estos representantes renuncian a su sueldo y a las dietas que les pertenecen. Un dinero que va a parar a las arcas del Ayuntamiento y que se invierte en el municipio, como es el caso de Montón.

Además de los servicios, muchas localidades también tienen patrimonio en forma de plazas, casas, ermitas, puentes y otras infraestructuras con un valor histórico-artístico destacado que, sin embargo, se encuentran en muchos casos “abandonados a su suerte”. El patrimonio “es de todos, es un valor añadido, pero también tenemos la obligación de mantenerlo porque sin historia y sin pasado perdemos parte de nuestra identidad hacia el futuro”, subraya Ángel Lacumberri.

Este alcalde reconoce sin embargo que no solo el sistema no ayuda, también en los pueblos “cuesta dar valor a algo que llevas viendo toda la vida, más si ese edificio se está viejo y abandonado. No siempre es fácil ver las posibilidades que esconde”. Lecumberri cuenta cómo él mismo lo vivió en primera persona: “Veía la Casa Solariega de los Franco Campillo de Bernabé y no me decía nada por fuera, fue cuando entré y la vi por dentro cuando me di cuenta de la esencia que trasmitía y el valor que tenía para el pueblo. Entonces fue cuando pensé ¿Después de resistir ella sola durante 60 años de abandono, vamos a dejarla de nuevo a su suerte? No, ahora tenemos que salvarla”, confiesa el alcalde de Montón.

Un salón de plenos, consultorio médico y jardín exterior

¿Qué futuro le espera a esta casa solariega? En la línea de pensamiento y actuación del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Montón, la idea es convertirla en “un punto de encuentro cultural, un espacio vivo en el que estén representados pasado, presente y futuro”, explica el regidor Ángel Lecumberri. La idea es habilitar una sala que podría emplearse como salón de plenos, y planificar la planta baja como centro social para uso del pueblo. También se trasladaría a esta casa el consultorio médico y se pondría en marcha el Museo del Sílex, poniendo así en valor la antigua mina de este material.

Otra de las actuaciones sería crear un jardín en el espacio interior al aire libre de la casa, que se dedicaría a 'Doña Juana', esposa del 'Señor Martín', titular por el que se conoce comúnmente la vivienda, aunque la heredera y propietaria real era su esposa. Un apunte romántico para poner en valor a las mujeres de aquella época.

Una vez rehabilitada, el alcalde también baraja trasladar las dependencias municipales a esta casa solariega y convertir el actual ayuntamiento en una vivienda social. “Nos gustaría poner vivienda a disposición de quien quisiera venir a vivir al pueblo, como forma de mantenerlo vivo”, explica Ángel Lecumberri. 

Por el momento se han recaudado 6.145 euros. Con 7.260 euros tendrían cubierto el mínimo para la redacción del proyecto técnico, lo que significaría un paso más en el compromiso con la preservación del legado cultural de este municipio y de sus representantes políticos que, con la mirada puesta en el futuro, han decidido apostar por la participación ciudadana en el presente, para conservar la identidad de su pasado manteniendo vivo el patrimonio de su pueblo.

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