El Hospital Universitario de Álava echa a andar tras abrir consultas externas
El nuevo edificio de Consultas Externas del Hospital Universitario de Álava comenzará a funcionar mañana martes tras celebrarse su inauguración en la que han participado unas 200 personas entre directivos y jefes de servicio de los hospitales de Santiago y Txagorritxu. Durante el desarrollo del acto un grupo de trabajadores se ha concentrado en la entrada principal del centro para protestar por los recortes en Osakidetza.
A partir de ahora, y de forma progresiva, casi todos los pacientes alaveses y algunos guipuzcoanos del Alto Deba así como otros derivados del Hospital de Leza- cerca de 320.000 personas- serán atendidos por los especialistas en las instalaciones del nuevo centro clínico que nace con la pretensión, un tanto cuestionada por los propios jefes de servicio, de unificar los centros de Txagorritxu y Santiago. Se estima que más de 2.000 usuarios acudirán diariamente cuando el edificio alcance su plena ocupación y serán 600.000 las consultas anuales. El centro empezará a funcionar de forma progresiva, por lo que en un primer momento, atenderá solo a los pacientes de Txagorritxu y a las personas que acudían a la consulta de alergología de Santiago. Los primeros servicios que empezarán a funcionar a partir de este martes son pediatría, alergología, rayos y laboratorio.
Las instalaciones, en las que se han invertido 25 millones de euros, incluyen sistemas de tecnología avanzada, como un laboratorio con una cadena robotizada o un sistema global de gestión digital de la historia clínica de cada paciente. Las especialidades que se atenderán van desde dermatología, oftalmología o urología, hasta neurología o cirugía maxilo-facial. La población de referencia a la que está destinado el centro asciende a 320.000 personas.
El complejo incluye un moderno laboratorio que está dotado con una cadena robotizada y la más moderna tecnología va a procesar más de 1.500 peticiones de análisis diarias. Además, el servicio de alergias dispone de una cabina de última generación para diagnosticar posibles patologías a través de la emisión de gases con sustancias potencialmente alérgenas.
El nuevo centro funcionará a través de un sistema de historia clínica digital que permitirá evitar el uso del papel en la administración y gestión.
Las instalaciones han costado 25 millones de euros y disponen de ocho plantas, y un aparcamiento propio.