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Las niñas del Racing apuntan otro éxito al fútbol femenino y le meten un gol al machismo

Jugadoras de las categorías base del Racing Féminas. |

María Pérez Guerra

El equipo Alevín A del Racing femenino ha ganado este año una liga formada por equipos masculinos; Atenea del Castillo puede convertirse esta semana en la primera cántabra en llegar a la selección femenina absoluta; otras dos jugadoras cántabras, salidas del Racing, han jugado un torneo UEFA con la selección nacional en categorías inferiores, y todas las selecciones femeninas están clasificadas para la Copa Mundial Femenina que se disputará en Francia en 2019. El fútbol femenino sigue ganando el espacio que merece dentro y fuera del campo a golpe de éxitos.

Las diez niñas dirigidas por Silvia Martínez ganaron la liga en categoría alevín siendo el único equipo sin presencia masculina y este fin de semana celebraron la fiesta de despedida de la temporada. Las bases de fútbol femenino existen desde hace poco más de un lustro, como cuenta la entrenadora a eldiario.es, y no hay suficientes equipos -solo dos, el Racing y el Monte- para crear una liga femenina “de momento”.

Este equipo, además, se quedó sin entrenador a finales de año y Martínez, junto a cuatro personas más, se encargó de su entrenamiento porque no encontraron a nadie. “Si hubiera sido un equipo de niños igual habría sido más fácil encontrar, pero eso nunca lo sabremos”, apunta. 

Valentina Lucumi, jugadora del equipo campeón, tiene doce años y juega en el Racing desde los siete. A su edad, reconoce que los niños “se pican” con ella porque es mejor jugadora y, aunque cree que no deberían tener que esforzarse más porque “todos somos iguales”, “esto no es así”.

El fútbol femenino, como señala Antonia Verdugo, presidenta del Racing Féminas y responsable de fútbol femenino de la Federación Cántabra, “ahora mismo tiene mucho nivel y se está empezando a notar porque las que están llegando llevan desde pequeñas”.

“Parece que ahora desde la Federación están luchando por ello y porque el masculino y el femenino se unan un poco más. Invitaron a las chicas de la selección femenina al Mundial y están haciendo cosas de este tipo para tratarnos de la misma manera”, apunta una de las entrenadoras del Alevín A. 

Jugar en una liga mixta sin apenas presencia de más niñas abre otro foco: los padres. Silvia Martinez, además de entrenadora, es jugadora del primer equipo y fue la primera chica federada en Cantabria hace 24 años, cuando “era una constante que tuviera comentarios machistas”.

Reconoce que ahora los padres, desde las gradas,“ hablan de vez en cuando, no como antes”, pero las jugadoras “saben perfectamente que lo que tienen que hacer es jugar al fútbol y ya está”, concluye. Lucumi recuerda aquella vez que un padre se situó al lado de la portería e increpó a la portera durante el partido, hasta hacerla llorar, y los clásicos “¿cómo vas a perder contra una niña?”, aunque señala que “esto ha ido mejorando y ahora se nos va reconociendo más”. 

Ahora se han hecho respetar. Y esta serie de méritos de las futbolistas tienen un resultado, como señala Verdugo: “El fútbol femenino está ganando relevancia y da igual al club que acudan, que les van a abrir las puertas a todas”. Precisamente, entre los planes más inmediatos del Racing está hacer una jornada de captación, que anunciarán en todas sus redes sociales y la web, para que todas las niñas que quieran jugar al fútbol en Cantabria puedan hacerlo. “Yo no sé si por timidez, vergüenza o desconocimiento que no saben bien a dónde dirigirse, pero les cuesta más dar con la llave para ver qué tienen que hacer”, reflexiona. 

“Si empezamos a formar niñas desde pequeñas, en categorías donde no hay un desequilibrio físico, hemos demostrado que podemos ganar”, continúa Verdugo. Los éxitos se están recogiendo ahora y Martínez y Verdugo comparten opinión: la clave es el interés de las jugadoras. Su entrenadora señala que “el esfuerzo es mayor, no solo en lo deportivo, sino con otras pequeñas piedras en el camino; pero su motivación, ilusión y los sueños son mucho más grandes que los de los niños”. 

Y la presidenta del club añade que todas las niñas que juegan al fútbol “van porque les gusta de verdad y el interés es distinto”. Lucumi diferencia a su equipo de uno formado por niños en la competitividad: “Las niñas hacemos más piña, nos gusta ser un equipo y sabemos que juntas somos mejores”. 

Entre las medidas para seguir impulsando el fútbol femenino está doblar el número de licencias de fútbol femenino en cinco o seis años -actualmente hay 50.000 licencias en España y un millón en países como Alemania, por ejemplo- y conseguir que cada club que tiene un equipo en fútbol femenino regional tenga también un equipo de niñas para tener cantera y formarlas desde pequeñas. De esta forma, se conseguirá una de las grandes aspiraciones: “Que nuestras jugadoras tengan también de referente a jugadoras de fútbol, no solo a Messi o Ronaldo”, concluye Verdugo. 

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