La Diputació de València regala 800.000 euros al Arzobispado en subvenciones a dedo para rehabilitar iglesias
La Diputación de València ha aprobado la concesión de más de 780.000 euros en subvenciones nominativas al Arzobispado de València para financiar obras de rehabilitación en templos religiosos de distintos municipios de la provincia, una adjudicación de fondos públicos a una entidad privada que, además, se ha hecho a dedo porque no se han tenido en cuenta criterios objetivos ni concurrencia competitiva. Las ayudas han salido adelante con el voto favorable de PP, Ens Uneix y PSPV, que concentran las alcaldías del total de los 10 municipios a los que se han destinado, y de Vox (que sólo tiene la alcaldía de Nàquera); Compromís ha sido la unica formación que ha votado en contra, y que tampoco gobierna en ninguno de los municipios beneficiados.
Tras la aprobación, Compromís ha denunciado que estas subvenciones suponen un regreso a prácticas opacas y clientelares, propias de las etapas más oscuras del Partido Popular, en las que el dinero público se repartía “a dedo” y sin transparencia. La coalición considera especialmente grave que se destinen cerca de 800.000 euros a una institución privada con un elevado poder económico y patrimonial, mientras el patrimonio público de la propia Diputación se encuentra en una situación de abandono y degradación.
Según la información facilitada, las ayudas se concentran en intervenciones de rehabilitación y conservación de iglesias, que pueden agruparse en varias tipologías. El mayor volumen económico se destina a obras en cubiertas y elementos estructurales, que concentran las cuantías más elevadas. Destaca la sustitución de la cubierta de la parroquia Nuestra Señora del Loreto de las Cuevas, en Utiel, con una subvención de 121.000 euros, así como la sustitución de cubierta y reparación de contrafuertes en la parroquia de Sant Jaume Apòstol d’Aiacor, en Canals, que recibe 113.369,72 euros. A estas se suman los trabajos de conservación en cubiertas y fachadas de la iglesia de Sant Joan Baptista de Benicolet, con 65.144,22 euros, y la rehabilitación de la iglesia de Sant Martí Bisbe de Alcàsser, con 63.276,24 euros.
Otro bloque relevante de fondos públicos se dirige a restauraciones artísticas y pavimentos, como la superposición de pavimento en la iglesia de Sant Honorat de Vinalesa, dotada con 94.000 euros, y la restauración de pintura mural y recolocación de revestimiento cerámico del siglo XVIII en Oliva, con una ayuda de 93.340,17 euros. También se incluyen actuaciones en cúpulas, fachadas y revestimientos, como la restauración de la cubierta de la cúpula de la parroquia de Sant Francesc d’Assís de Llíria, las fachadas de ermitas en Meliana o el pórtico de la parroquia de Sant Pere de Catadau, con importes que oscilan entre los 44.000 y los 64.000 euros, además de una intervención menor en Picassent, de 4.396,66 euros.
Desde la coalición valencianista se subraya que estas subvenciones no garantizan ninguna contrapartida social, como el acceso público, el uso cultural o la gestión compartida de los inmuebles, y que, además, no se exige a la Iglesia el cumplimiento de los mismos requisitos que se imponen a los ayuntamientos cuando solicitan ayudas, como que los edificios estén catalogados como bienes de interés cultural o de relevancia local.
Patrimonio municipal por rehabilitar
La crítica se agrava, según Compromís, por el hecho de que las subvenciones destinadas a la rehabilitación del patrimonio municipal continúan sin resolverse, pese a afectar directamente a los pueblos y ayuntamientos de la provincia. Mientras tanto, la Diputación actúa con rapidez para transferir 782.781,76 euros a una institución privada, lo que consideran un agravio y una vulneración del principio de igualdad.
La formación también recuerda que la propia Diputación es titular de un importante patrimonio histórico en estado de abandono, como el Palau Aparici i Guijarro, la Alqueria de la Font de Sant Lluís, el Edificio de Hacienda, el Teatre Principal, el Castell de Corbera, el convento y la ermita de Llutxent, el Hospital de Bétera —con graves problemas estructurales— o la Fonda de Barraix, en Estivella. A su juicio, antes de financiar obras privadas, la institución provincial debería priorizar la conservación de los bienes que son de titularidad pública.
Por todo ello, Compromís exige un cambio inmediato de prioridades en la política de subvenciones de la Diputación de València y reclama que los recursos públicos se destinen de forma preferente a la rehabilitación del patrimonio público y a proyectos que generen beneficios sociales y culturales reales para el conjunto de la ciudadanía.
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