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Documentos del siglo XIX abren la lucha por la propiedad de un icónico santuario medieval del territorio valenciano

Sant Joan de Penyagolosa, joya patrimonial valenciana de origen medieval y con posteriores ampliaciones neoclásicas y barrocas.

Lucas Marco

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La ermita de Sant Joan de Penyagolosa, uno de los centros espirituales más importantes del territorio valenciano, está inmatriculado a nombre del Obispado de Segorbe-Castellón. Sin embargo, unos documentos de mediados del siglo XIX hallados en los archivos del Ayuntamiento de Vistabella apuntan a una disputa por la propiedad municipal de un ermitorio situado a los pies de la mítico pico del Penyagolosa. La diócesis y el consistorio no se ponen de acuerdo en la interpretación de los documentos.

El expediente, disponible en el repositorio de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón, se refiere al “arriendo de la masía de San Juan de Peñagolosa”. Entre la documentación figuran las “bases propuestas al Magnífico Ayuntamiento de Vistabella para la buena administración del Santuario de san Juan de Peñagolosa”.

El alcalde de Vistabella del Maestrat, Jordi Alcón, sostiene que en la localidad “siempre ha existido la creencia de que Sant Joan era del pueblo”. “No tenemos ninguna escritura pero todo lo que es público no tiene escritura”, lamenta el primer edil, de Compromís, en una conversación telefónica con elDiario.es.

Alcón reconoce que Vistabella, una población con apenas 333 habitantes, no tiene “capacidad legal” para reclamar, aunque asegura que el consistorio está explorando las vías para recuperar la propiedad, en sintonía con los pasos del Gobierno central en materia de inmatriculaciones eclesiásticas.

El obispado de Segorbe Castellón mantiene inmatriculadas en el término municipal tres ermitas y la Iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, según la lista oficial publicada por el Gobierno. El Centre d'Estudis del Penyagolosa gestiona, junto al consistorio, el archivo municipal en el que han aparecido los documentos, algunos en mal estado.

De hecho, según explica el alcalde, parte de la documentación ha sido restaurada por el Instituto Valenciano de Conservación y Recuperación de Bienes Culturales (Ivacor). Tras el proceso de restauración, la documentación ha sido digitalizada con ayuda de la Universitat Jaume I, de Castellón. “Estamos aún recopilando información y mirando lo que va apareciendo”, señala el primer edil de la localidad.

La hospedería del santuario, cerrada desde que en septiembre del 2018 plegaron velas los últimos arrendatarios, está en pleno proceso de restauración gracias a un convenio entre el obispado y la Conselleria de Educación y Cultura y la Diputación de Castellón, las dos instituciones públicas que asumen el total de los gastos. A cambio, la Iglesia cede la gestión de esta joya patrimonial, de origen medieval pero con posteriores ampliaciones neoclásicas y barrocas. “Se ha generado mucho dinero a lo largo de mucho tiempo y no se ha reinvertido ahí”, desliza el alcalde de Compromís.

“Un santuario no va a ser de un ayuntamiento, es de cajón”

El delegado de medios de la diócesis de Segorbe-Castellón no comparte esta visión. De hecho, niega la mayor. “No son documentos, simplemente es un tipo libro que hace referencia a una junta del patronato, que eran propios o característicos de una época concreta”, asegura el portavoz en declaraciones a este diario. “Alguna institución se comprometía a la gestión de algo”, agrega.

La diócesis defiende que Sant Joan de Penyagolosa siempre ha pertenecido a la Iglesia. “No es lo mismo ser el propietario que gestionar, la propiedad es de la diócesis”, asegura. También revela que la documentación ha sido estudiada por la delegación de Patrimonio de la diócesis, que ha validado la tesis de que el santuario es propiedad de la Iglesia. Así, la documentación “no cambia la propiedad ni la titularidad”.  

“Un santuario no va a ser de un ayuntamiento, es de cajón, igual que un ayuntamiento no es de la Iglesia”, afirma el delegado de medios de la diócesis de Segorbe-Castellón. El portavoz también muestra su extrañeza por que estos documentos salgan ahora a la luz, cuando el convenio para la rehabilitación de la hospedería está encarrilado (los documentos afloraron en un baúl medio abandonado en dependencias municipales en 2012, aunque gran parte del material ha tenido que ser restaurado). “Llama la atención que ahora salga esta noticia”, señala en referencia a la información adelantada por la Cadena Ser de Castellón

Varias localidades valencianas se han puesto a investigar la propiedad de los bienes inmatriculados por la Iglesia a raíz de la publicación de la lista oficial. En Valencia, la institución eclesiástica inmatriculó en 2014 la torre del Micalet, pese a su uso civil.

En Nàquera, la ermita cedida por el marqués de Boils a la localidad en 1886 también fue inmatriculada a nombre de la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, según la documentación consultada por este diario en el Registro de la Propiedad de Massamagrell.

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