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Caixa Popular, con una filosofía “a contracorriente”, cierra 2022 con unos beneficios de 21,4 millones de euros y prevé alcanzar los 85 hasta 2025

Rosendo Ortí, director general de Caixa Popular, en una imagen de archivo.

Miguel Giménez

València —

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Caixa Popular cerró 2022 con unos beneficios de 21,4 millones de euros -un 22% más que en el ejercicio anterior (17,5 millones)-, unos resultados que, después de impuestos, ascienden a 18,3 millones de euros, con un crecimiento del 26%. La entidad financiera cerró el año con unos depósitos de 2.460 millones de euros, lo que representa un incremento del 11% y más de 255.000 clientes (más de 20.000 nuevos).

La cooperativa valenciana de crédito tiene ya preparado su plan estratégico para los próximos tres años, en los que prevé obtener unos beneficios de cerca de 85 millones de euros (24 millones de euros este año, 28 millones de euros en 2024 y 33 millones de euros en 2025). En este período, la entidad tiene previsto abrir seis nuevas oficinas, que se sumarán a las 75 con las que cuenta en la actualidad a lo largo y ancho del territorio valenciano, aunque en principio se quedarán en 80 en 2025, ya que las dos oficinas de Alaquàs las van a centralizar en una más grande y con mejores condiciones.

Tal y como ha explicado el director general de Caixa Popular, Rosendo Ortí, en rueda de prensa estos buenos resultados y perspectivas de crecimiento se deben a tres factores: el incremento de la inversión en un 19%, por encima de la cuota de mercado del 6%; a que la entidad está “ganando cada vez más confianza entre las empresas” y captando más clientes; y a los altos tipos de interés, que “han beneficiado” a la cooperativa valenciana debido a que el peso de las inversiones de Caixa Popular se centra en los intereses de tipo variable, al aportar “más estabilidad” y “menos riego” a la entidad.

Así, ha reconocido que las previsiones de la entidad financiera para 2023 “son buenas”, de forma que en 2023 confían en aproximarse a los 3.000 millones de euros en depósitos y cerca de 2.600 millones de euros de inversión, lo que supone un crecimiento del 15%. La cooperativa de crédito no tiene previsto “restringir” su política de inversiones y continuará concediendo préstamos hipotecarios, a autónomos y al consumo de empresas “a pesar de que el mercado va a restringir la oferta de disponibilidad de riesgo”.

Por lo que respecta a las operaciones inmobiliarias, ha explicado que participan en muy pocas por “política de riesgo”: “Somos muy prudentes”.

Sin nadie que “marque” las políticas de la entidad

Rosendo Ortí ha destacado el modelo de propiedad cooperativa de Caixa Popular, en el que “los beneficios no se los queda un accionista o familia” sino que se reparten entre los colectivos de socios: socios de trabajo, cooperativistas y terceros (personas físicas y empresas), al tiempo que calificaba de “brutal” la rentabilidad de su capital, el 4,29%.

Los terceros suponen cerca del 15% del capital de la cooperativa, con un centenar de empresas que poseen unos 15 millones de euros, una cantidad que Caixa Popular calcula que se ampliará en 2 o 2,5 millones de euros más, aunque la entidad mantendrá su criterio de que cada empresa pueda invertir un máximo de 250.000 euros: “Ningún accionista nos marca las políticas, somos nosotros los que nos marcamos el destino”.

Más de 400 trabajadores

Caixa Popular cuenta actualmente con 403 trabajadores, a quienes se les ha incrementado la base salarial un 3,75% en 2023 -en 2022 este aumento fue del 3,5% y se les abonó una paga extra de 1.000 euros después de comprobar que la cuenta de explotación iba “bien” y al objeto de compensar la pérdida de poder adquisitivo a causa de la inflación-. Ortí ha defendido que su objetivo es que los trabajadores estén contentos, porque eso repercute en el sector: “Este año, por ejemplo, vamos a ampliar en una semana la cantidad de vacaciones de las que pueden disfrutar”.

Actualmente cuentan con 75 oficinas y un agente financiero (la sociedad agraria de Cheste) y con las nuevas oficinas, lo que se pretende es trasladarse a lugares mejor ubicados, adquiriendo incluso locales que anteriormente ocupaban otras entidades financieras: “No queremos crecer demasiado. Tenemos 46 años y en este tiempo hemos visto caer grandes bancos que eran referentes, como el Popular o Banesto, o desaparecer las grandes entidades financieras valencianas”, en referencia a Bancaja, Banco de Valencia o la CAM, “y nosotros aquí seguimos”. “Queremos seguir creciendo pero de una forma sostenible y desde la prudencia, manteniendo nuestra esencia”.

En este sentido, Ortí se ha referido a la “estrategia de diferenciación” que pone el foco en la atención presencial, sin dejar de lado la actividad online. “Vamos a ser siempre la entidad que más horario de atención presencial tiene en el mercado”, ha asegurado, manteniendo las libretas de ahorro por su uso entre la población mayor.

“Sabemos que vamos a contracorriente pero es que esa es la clave de la sostenibilidad, la gente nos va a ver diferentes”, ha puesto en valor, antes de reconocer que “construir un modelo diferente” requiere inversiones. “Somos los juniors del sistema financiero”, ha destacado, antes de resaltar que hay cajas con más de un siglo de existencia a las que prevén superar en activos en este ejercicio.

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