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El Gobierno valenciano quiere impulsar la semana de 32 horas con ayudas a empresas para pagar el coste laboral

Enric Nomdedéu, director general de Labora, tras Ximo Puig, president de la Generalitat.

Toni Cuquerella

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Desde incrementar la productividad y crear más empleo a ayudar a la conciliación familiar y beneficiar al medio ambiente. Estos son algunos de los objetivos que quiere alcanzar la Generalitat con el impulso de la semana laboral de 32 horas, una propuesta que se abraza con el informe 'El futuro del trabajo y las políticas de empleo en la Comunitat Valenciana' realizado por Labora junto con el 'think tank' británico Autonomy.

El director general de Labora, Enric Nomdedeu, explica que las 32 horas semanales están dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y trabaja con esta propuesta desde hace dos años. Los beneficios van desde los individuales de una mayor productividad, más disposición de tiempo de los trabajadores que facilita una mejor conciliación familiar (e incluso más tiempo para una cocina más saludable) y mejor salud; a los colectivos, como serían un mayor número de puestos de trabajo y menos afección al medio ambiente descongestionando las horas puntas de tráfico con nuevos horarios laborales.

Pero esta fórmula milagrosa ya tiene sus antecedentes, y no siempre han sido positivos: en el caso de Francia, el Gobierno no consiguió hacer funcionar el decreto de implantación de las 35 horas semanales. No obstante, Nomdedéu recuerda otros ejemplos como la reducción a 28 horas de la semana laboral en el sector siderometalúrgico en Alemania, que ha proporcionado una mayor productividad, o iniciativas similares en las empresas tecnológicas en Japón, donde se ha incrementado la productividad en un 40% y en Nueva Zelanda en un 20%.

¿Cómo aplicarlo?

Para poner en movimiento esta “rueda virtuosa”, la Generalitat realiza sus estudios de cómo ayudar al primer empujón asumiendo el primer coste económico que podría suponer. Así, el ejemplo usado en el informe es: “Una empresa con 40 horas laborales por semana por trabajador puede tener un salario mediano de 1.500 euros, o 9,30 euros por hora. La transición a 32 horas por semana manteniendo el salario de 1.500 euros supondría incrementar el salario por hora a 11,71 euros. La diferencia de salario por hora sería de 2,41 euros”. Y aquí sería donde entraría la ayuda de la Generalitat, que ofrecería el diferencial del coste laboral, en este caso de 308,48 euros al mes por trabajador.

Este empujón inicial duraría tres años y tendría una participación decreciente: los subsidios podrían cubrir el 100% de la diferencia en el coste salarial por hora durante el primer año, el 50% durante el segundo año y el 25% durante el tercer año. Esto implicaría un compromiso de la empresa con dicho programa por tres años, con la confianza de que se notara el beneficio de la empresa con una mayor produtividad que la Generalitat habría ayudado a implantar.

Estudio de implementación

Enric Nomdedéu pone como objetivo implementar estas ayudas para 2021, para lo cual primero se negociará tanto con sindicatos como con organizaciones empresariales. Así se señala el próximo Consejo de Dirección en el que participan la patronal y los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, como un punto de partida para trabajar el terreno, y que requiere de la aceptación de todos para que pueda ser viable.

También se requiere conocer el terreno que se pisa y saber qué sectores serían los más proclives. Así, Labora trabaja con el IVIE informes que estudian la permeabilidad de las empresas según sectores económicos. Mientras se señala a las fábricas en funcionamiento 24 horas a través de turnos como un sector difícil, otros como los comercios u oficinas podrían tener un más fácil aterrizaje de la nueva jornada laboral.

Por otro lado, la financiación de la propuesta es otro tema a considerar. La cifra de la que se habla para un primer inicio sería de alrededor de 1,5 millones, una cantidad que no tiene que salir de la nada, sino que según Nomdedéu bebe de otras líneas de ayudas que irá sustituyendo. Podría sustituir algunas subvenciones de ayudas a la contratación o incluso la Renta Garantizada de Ciudadanía, ya que “gente que encuentre un trabajo digno con estas ayudas dejará de necesitar la renta”.

Enric Nomdedéu apunta a que, de tener éxito, esta implantación afectaría a otros aspectos de la vida cotidiana. De este modo, recuerda que, del mismo modo que se introduce la jornada intensiva en los colegios, esta no siempre concuerda con los horarios laborales, y a ello pueden ayudar las 32 horas semanales, igual que también podría revolucionar los horarios comerciales e incluso aspectos más lejanos como la parrilla televisiva, “que ahora tiene un horario de 'prime time' nocturno difícil de digerir”.

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