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La Fiscalía investiga como delito de odio la agresión a un joven en Valencia que lucía el lema “working class”

El joven de 22 años agredido por un grupo de neonazis en València muestra el parte de lesiones.

Lucas Marco

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La agresión a un joven en València que lucía una camiseta con el lema “working class” ya está en manos de la sección de delitos de odio de la Fiscalía Provincial de València. El Ministerio Público, según ha confirmado este diario, ha incoado diligencias por delito de odio por la agresión al joven de 22 años a manos de un grupo de encapuchados de ideología neonazi en las proximidades de la avenida de Blasco Ibáñez de València poco después del partido de La Liga que enfrentaba en la tarde del domingo al Valencia CF con el Atlético de Madrid en el campo de Mestalla. 

El ataque, tal como ha explicado la víctima a este diario, se produjo en la calle de Serpis, que ya fue escenario de una agresión anterior tras una manifestación de extrema derecha. El joven presenta lesiones por golpes en la cabeza, el cuello, el hombro, el estómago y las piernas. Este lunes ha presentado una denuncia en la Ciudad de la Justicia de València.

La víctima consiguió refugiarse en un bar donde pidió ayuda. Desde allí se trasladó a Urgencias, donde fue atendido y se le realizó un parte de lesiones en el que consta un bulto de unos cinco centímetros de diámetro en la zona tempoparietal en el lado derecho de la cabeza; un eritema lineal en la zona anterior del cuello; rasguños en el hombro izquierdo con dolor en la articulación; rasguños en la zona lateral derecha del abdomen, hematomas y rasguños en ambas rodillas y dos hematomas importantes con solución de continuidad en la pierna derecha.

La fiscal delegada de delitos de odio en Valencia, Susana Gisbert, ha señalado a Efe que las diligencias acabarán en un juzgado de instrucción al existir un parte médico con lesiones.

Gisbert ha lamentado que no es el primer caso que se produce en la zona de una agresión por parte de grupos de estética neonazi y ha advertido de que estas acciones “no quedan impunes” y merecen el reproche social.

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