No tenga miedo a reclamar a los bancos
Los bancos se aprovecharon de que muchos pequeños empresarios no sabían a lo que se comprometían cuando les obligaban, como condición para financiarles, a que suscribieran productos estructurados.
Ah, los productos estructurados.
Imagínense. Uno tenía un pequeño negocio: un gimnasio, una franquicia, una pequeña agencia de transporte. Un pequeño negocio en el que el empresario, o la empresaria, ponía no sólo todos sus ahorros, sino también sus sueños y sus aspiraciones de futuro, y los de su familia. E iba al banco.
Y el banco -y ya nos han demostrado las sentencias y los tribunales que muchas entidades actuaron de forma abusiva y salvaje contra los más desfavorecidos-, en lugar de prestarle el dinero para ayudarle a crecer (para eso se crearon los bancos, ¿no?) se cebaba con ellos.
Así, y en miles de casos, vincularon a ese préstamo una plétora de lo que se llaman productos estructurados. Productos muy complejos, difíciles de entender por los no entendidos que vinculaban depósitos de renta fija con acciones, swaps y otro tipo de renta variable que se suponía iban a darles una rentabilidad que les ayudaría a pagar sus intereses.
De esa forma, muchos de ellos y ellas, sin conocimiento previo, firmaron de buena fe esos productos, confiando en sus agentes de banco y sus directores, únicamente para ver cómo sus inversiones se volatilizaban en el momento en el que las telefónicas o los santanderes iban perdiendo su valor.
Muchos perdieron sus ahorros, sus sueños y sus ilusiones.
En Apabanc, la Asociación de Consumidores y Usuarios de Servicios Financieros, de la que soy secretaria, nos hemos puesto como misión informar a esos pequeños empresarios de que si los estructurados caducaron hace menos de cuatro años, simplemente con reclamar, los bancos tendrán que indemnizarles, porque la justicia ha dictaminado que los productos son, sencillamente, nulos de pleno derecho.
Queremos contar a los afectados que se pueden enfrentar a los bancos sin miedo, y sin que eso afecte su situación de crédito y sin que las entidades puedan ensañarse con ellos.
La litigiosidad es mínima, la mayoría de entidades negocia y recuperar sus ahorros es sencillo.
Las entidades tenían la obligación de evaluar la experiencia y conocimiento de sus clientes mediante un test de conveniencia y la adecuación del producto a sus necesidades y no lo hicieron.
El 96% de las sentencias dictadas en el primer trimestre del año sobre cláusulas abusivas han sido favorables para los clientes. Y no están desamparados.
Desde que creamos la asociación un grupo de afectados por las preferentes de Bankia, no hemos parado en ayudar a los afectados.
Y no pretendemos parar ahora.
*Marta Torres es Secretaria de la Asociación de Consumidores y Usuarios Apabanc
0