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CV Opinión cintillo

Territorio podcast

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Vivimos seguramente en la mayor crisis de la comunicación de la historia. Los medios tradicionales –prensa, radio y televisión– han perdido la confianza de la audiencia, mientras que los nuevos, las redes sociales basadas en el internet 2.0, que prometían participación democrática e independencia, se hunden en el lodo de la polarización y las fake news, convirtiéndose en el caldo de cultivo perfecto para la expansión de la ideología de la extrema derecha. Además, a ese panorama se añade la penosa situación del oficio periodístico: hoy en día, contar la realidad apenas sirve para que los periodistas se ganen la vida dignamente. Y en medio de esa situación desoladora, el auge innegable del podcast se representa a veces como una tabla de salvación: aparece como el nuevo género que puede redimir el periodismo del futuro, volver a reunir a los profesionales con su audiencia, recuperar la confianza de los receptores en los periodistas.

Lo lamento, pero no soy tan optimista como para pensar que el fenómeno del podcast pueda servir para solucionar todos los males que aquejan a la comunicación: el futuro está por ver, y la evolución en los próximos años depende de tantos factores que empañan cualquier bola de cristal que podamos querer utilizar para averiguar cómo se desarrollará la situación. Pero lo que sí que tengo claro, es que esta actualización del lenguaje radiofónico tradicional que es el podcast es algo que vale la pena analizar, comprender, seguir, estar pendiente. Los datos corroboran el interés: el audio digital ha sido el sector con mayor crecimiento en la comunicación, superando a los influencers y a los eSports, según la consultora InfoAdex. La audiencia, sobre todo la formada por la generación Z, consume podcasts mientras hace deporte, mientras viaja en coche o en metro. Y en España aún más, porque se sitúa como uno de los países con mayor consumo: el 44% lo ha escuchado, según el Digital News Report.

Por esto surge esta columna, este espacio de reflexión, este Territorio Podcast. Para conocer, estar al tanto, estar informados de la evolución de fenómenos como el auge del videopodcast, algo muy singular ya que produce una hibridación de géneros que aproxima los formatos de audio y los de vídeo, haciendo indistinguible un documental de un programa de radio. Y eso a pesar de que algunos estudios revelan que casi la mitad (47%) de las audiencias de podcasts en YouTube miran menos del 50% del contenido; el resto, tan sólo lo escuchan. O el futuro de las plataformas de streaming para la difusión de audio, mucho más desarrolladas en América Latina que en España. O de la expansión de los delitos de odio vinculados a los movimientos de extrema derecha, que encuentran en los podcasts el vehículo perfecto: Charlie Kirk, el activista asesinado en Estados Unidos que se ha convertido en mártir de la causa conservadora y ha desatado un ataque sin precedentes de la administración Trump contra el derecho a las libertades comunicativas, era principalmente un podcaster así como su mujer, que ahora ha heredado el altavoz de la ideología ultracatólica y xenófoba del movimiento Make America Great Again (MAGA).

De todo esto hablaremos en este Territorio Podcast que nace con esta columna. Porque creo que hay curiosidad en saber más de este fenómeno emergente. Hay interés en los distintos géneros que están naciendo ahora, pero también mucha confusión en este universo nuevo: multitud de plataformas, mucho amateurismo –por supuesto que esto no es siempre malo–, una profusión de influencers que son también podcasters y una tendencia ahora mismo hacia los contenidos llamados conversacionales y de entrevistas, en detrimento de los podcasts llamados narrativos –de ficción y no ficción–.

También escribiré de contenidos concretos, de recomendaciones y podcasts que me han llamado la atención: de novedades, y no sólo de éstas, también de clásicos que vale la pena oír, sobre todo teniendo en cuenta que una de las características del podcast es su atemporalidad. Puedes oírlos en cualquier momento que desees, y tratan temas que no caducan, o al menos caducan poco. Trataré sobre podcasts en español, con especial atención a los que se hacen en Latinoamérica, también de alguno en inglés, y también los que se realizan en valenciano y catalán, tan cerca de nosotros, y a veces parece que tan lejos.

Para la primera recomendación, un programa que llega desde Rosario en Argentina, y que aún me tiene impresionado: se trata de La segunda muerte del Dios Punk del periodista Nicolás Maggi para Erre Podcast y Posta. Ahora acaba de sacar la segunda temporada, después del éxito de la primera que le llevó a ganar el premio Gabo.  Es un podcast de no ficción que narra la historia de Javier Messina, un músico callejero que fue acusado en redes de intentar secuestrar a una chica con burundanga, siendo víctima de un escrache viral durísimo. Javier, que se hacía llamar el Dios Punk, acabó suicidándose. Maggi cuenta esta historia, llegamos a conocer muy bien su protagonista, pero sobre todo habla de reglas de comunicación, de fake news, de los riesgos de la viralidad, de las ejecuciones públicas que se realizan en internet 2.0. La segunda entrega es más larga  y en ella sin duda Maggi intenta rentabilizar el grandísmo éxito de la inicial. La oí con prevención, pensando si no sería más que otro intento de estirar el chicle repitiendo conceptos y sin aportar nada nuevo. Pero no, lo ha vuelto a hacer. En esta ronda explora el origen del protagonista y se centra sobre todo en su enfermedad mental, de forma honesta, con rigor periodístico combinado con la sensibilidad adecuada para tratar un tema espinoso. El conjunto es muy recomendable y con el mismo interés que despertó la primera temporada. Me llama además mucho la atención que este proyecto nació como un encargo académico: aunque Maggi trabajaba ya de periodista en prensa argentina cuando emprendió el guión del Dios Punk, la motivación fue hacer el equivalente a lo que llamamos un Trabajo Final de Grado, un TFG. Seguro que obtuvo buena nota: el resultado final vale la pena oírlo.

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