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RUIDO Y SILENCIO

Silvio y Pablo (Iglesias)

Pablo Iglesias, durante la comparecencia de prensa en la que anunció su retirada de la política, el 4 de mayo de 2021.

Montero Glez

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Hace un año, Pablo Iglesias se largó de la política institucional. Como dice el dicho, se fue con la música a otra parte. Con todo, el eco de su presencia sigue formando parte del Canal Único de Información, un ruido del que los medios no pueden prescindir. Porque si lo hacen, si prescinden de Pablo Iglesias en sus avances informativos y titulares, los medios de comunicación tendrían que buscar a otro -u a otra- para limpiar sus pulgas. Y esto es algo que, por el momento, no contemplan.

Cuando Pablo Iglesias perdió las elecciones de Madrid frente a Isabel Díaz Ayuso, hizo pública su despedida con un discurso breve pero intenso, rematado por la estrofa de una canción de Silvio Rodríguez que dice así:

Yo no sé lo que es el destino.

Caminando fui lo que fui.

Se trata de la misma estrofa que encabeza uno de los capítulos más interesantes de 'Verdades a la cara', libro que Pablo Iglesias acaba de publicar en Navona con edición de Aitor Riveiro. En el citado capítulo, Iglesias nos cuenta que tomó la decisión de dejar la Vicepresidencia a espaldas de Yolanda Díaz. De esta manera, Iglesias ponía en marcha la transición dentro de la organización política con el fin de que Yolanda Díaz ocupase el sitio que él dejaba.

La decisión de abandonar la Vicepresidencia del Gobierno, como dice el subtítulo del libro, fue uno de tantos recuerdos de los años salvajes; un tiempo en el que Pablo Iglesias se equivocó lo suficiente como para que su destino no tuviese remedio. Tal vez, después del viaje institucional que se ha marcado, nuestro amigo haya aprendido que el único destino posible de un hombre sea el cuerpo de una mujer, y que ese destino no es otra cosa que la definición de un hombre al estilo de ese otro que cantó Homero por las tabernas de los puertos griegos a cambio de unas monedas, y al que llamó Ulises.

Porque es en la Odisea donde encontramos la peripecia arcaica en su estado más puro, una historia en la que no faltan cíclopes ni lestrigones, así como tampoco falta el abrazo de una mujer que espera el regreso de un héroe para quien el destino no existe, y, cuando lo hace, entonces deja de ser destino por ser el héroe quien decide sobre él.

No sé si me explico, pero, por si acaso, lo mejor que pueden hacer es dejarse seducir por el fuego verbal que contiene la canción de Silvio Rodríguez titulada 'El necio'; una canción donde el cubano nos cuenta cómo todo hombre que se sabe hombre ha de seguir jugando a lo perdido, rompiendo moldes y mundos, denunciando a los dueños de las hambres y de las fronteras. De lo contrario, el hombre dejará de ser hombre, y la cordura y el orden, con su empeño metódico, se encargarán de hacerlo morir.

Con una despedida tan lírica, Pablo Iglesias murió por un ratito para seguir viviendo por siempre. Es por eso que desde el Canal Único de Información no hay día en que no disparen a matar. Pero pocas veces aciertan y, cuando lo hacen, ya sabemos lo que ocurre.

Por decirlo de otra manera, a Pablito Iglesias le sientan mejor las balas que la birra. Por eso sigue más vivo que antes de que se largara con la música a otra parte. 

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