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Las Islas Columbretes, el minúsculo archipiélago en el Mediterráneo que sirve de “laboratorio” sobre el cambio climático

El faro de las Islas Columbretes.

Lucas Marco

Valencia —

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A unas 30 millas náuticas de la costa de Castelló, hay un pequeño archipiélago formado por un grupo de islas de origen volcánico de tan sólo 19 hectáreas de superficie emergida. Hasta la construcción del faro a mediados del siglo XIX, nadie habitó las Islas Columbretes, un espacio hoy en día protegido tanto por la Generalitat Valenciana como por el Gobierno español como reserva natural y marina.

“Eran islas inhóspitas, muy pequeñas y en las que no había agua dulce”, explica por teléfono a eldiario.es Eva Mestre-Forés, coordinadora junto a Josep A. Jacques Miret del libro Islas Columbretes, treinta años después (UJI, 2019). La publicación se completa con el documental Aïllats, la memòria de les Columbretes, de acceso gratuito.

Los primeros humanos que habitaron las islas de manera más o menos prolongada fueron los fareros, funcionarios del Estado que provenían desde distintos puntos de la península. En un momento determinado llegó a haber tres o cuatro familias hasta que en 1975 el faro se automatizó y sólo acudían para realizar el mantenimiento.

Eva Mestre-Forés y Josep A. Jaques Miret, los coordinadores del libro, han actualizado los datos disponibles e investigado la huella humana en las islas. Para ello, entrevistaron a 38 personas relacionadas con las Columbretes (familiares de fareros, pescadores, investigadores o personal de la reserva) e investigaron en el archivo histórico del Puerto de Castelló y en el archivo municipal para reconstruir la presencia humana en la isla. Fueron precisamente los fareros los que construyeron el pequeño cementerio de las Columbretes.

Este estudio publicado por la Universitat Jaume I de Castelló ha renovado la anterior monografía publicada hace tres décadas. Así, los investigadores han conseguido actualizar y precisar mejor las series de datos históricas sobre temperaturas y precipitaciones en el minúsculo archipiélago mediterráneo. “Cuando empezamos el estudio vimos que una de las cosas que faltaba por investigar era el clima porque contábamos con datos antiguos y un poco desfasados”, explica Mestre-Forés.

La investigación ha recopilado y digitalizado 28.324 nuevos datos de precipitación y temperatura entre 1891 y 2015, recogidos en la estación meteorológica, de los diarios de los fareros, que anotaban las temperaturas a mano, y de los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El libro también incluye el impacto del cambio climático en las Columbretes: el clima de las islas es ahora más cálido pero también más lluvioso y la amplitud térmica ha disminuido en el último siglo (las temperaturas máximas absolutas se mantienen mientras suben los valores de las temperaturas mínimas absolutas). Hace falta “seguir estudiándolo”, explica la investigadora.

“Pensamos que en un territorio tan pequeño, el papel amortiguador del mar es muy importante”, añade Josep A. Jaques, catedrático de producción vegetal de la UJI y coordinador de la monografía. Las Islas Columbretes son “un laboratorio excelente para ver cómo se adaptan las plantas y los animales al cambio climático”, apostilla Jaques, quien considera que “podemos sacar lecciones importantes”.

Josep A. Jaques, con ayuda de especialistas que colaboran en la monografía, ha podido establecer el primer catálogo de invertebrados terrestres de las Columbretes, compuesto por 255 especies. En el caso de los artrópodos, “parece que la protección de las islas funciona”, señala el catedrático de la UJI.

Las peculiares islas estuvieron despobladas hasta que a finales de la década de 1980 empiezan a llegar voluntarios de medio ambiente. Las 19 hectáreas de superficie emergida están protegidas por la Generalitat Valenciana desde 1988 y el entorno marino desde 1990 por parte del Gobierno. Desde entonces hay siempre un equipo de guardas permanente que se turna cada dos semanas.

Las visitas al espacio natural están controladas (no puede desembarcar cualquiera sin autorización) y los guardas realizan las visitas guiadas. “Son muy importantes para que la gente conozca lo que tiene, son personal cualificado que sabe transmitir los valores de las Islas Columbretes”, declara Mestre-Forés.

“Es un laboratorio al aire libre y podemos sacar información importante para encontrar soluciones al cambio climático”, concluye Jaques.

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