Erkoreka se sentará este viernes con los sindicatos de la Ertzaintza después de meses de conflicto
El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, se sentará este viernes en Lakua con tres de los sindicatos de la Ertzaintza después de meses sin contacto -las reuniones se han producido pero con cargos de otro rango inferior, como el viceconsejero, Rodrigo Gartzia- y en medio de un gran conflicto interno en la Policía vasca, donde a las protestas de las centrales con representación legal, Erne, Esan y Sipe -que actúan en unidad de acción- y Euspel, se suma un reciente movimiento “asindical” que ha arrestado a un centenares de funcionarios a la calle. No se trata de una mesa de negociación como tal, sino de una reunión para abordar las “preocupaciones” exhibidas por las tres organizaciones sindicales.
El conflicto de la Ertzaintza acumula las demandas estrictamente laborales tras una décadas con el convenio caducado a reclamaciones de tipo organizativo sobre recursos humanos, problemas con los materiales e incluso de incremento de la inseguridad. Enfrente, el Gobierno vasco ha planteado una plataforma con medidas de mejora pero rechaza de plano abordar una subida salarial lineal como piden tanto Ertzainas en lucha, la denominación del movimiento “asindical”, como las centrales. La propuesta se hizo en junio, en puertas del Tour de Francia y ante la amenaza de protestas coincidiendo con aquel gran evento internacional, y constaba de 37 medidas valoradas en 18 millones de euros.
Erkoreka, la pasada semana, enfadó a los sindicatos al decirles que si rechazaban esa propuesta podría acabar la legislatura sin nada. Las centrales pidieron su dimisión. El vicelehendakari, en Radio Vitoria, ha recalcado que se trata de un encuentro con la denominada “unidad sindical”, esto es, con los sindicatos Erne, Esan y Sipe, que tienen una amplia mayoría de delegados. “No es con la mesa de negociación propiamente dicha”, ha querido dejar claro. Y ha dicho igualmente que “sin perjuicio de que puedan abordarse también otros asuntos vinculados con las relaciones laborales” el objeto principal es hacer un análisis más general sobre la Ertzaintza, como la “preocupación” por los “atentados” en la “vía pública” contra los agentes. “Me reuniré con ellos, como no puede ser de otra manera, escucharé sus observaciones, [las] atenderé y les haré mis propios planteamientos en relación con las condiciones laborales, que en nuestro caso, siempre lo dice el lehendakari, tienen que estar regidas por tres principios: realismo, responsabilidad institucional y legalidad”, ha manifestado en la emisora pública.
Se da la circunstancia de que a las protestas en la Ertzaintza se le suman las del conjunto del sector público vasco. Con un matiz: a diferencia de en la Policía, en Sanidad, Educación y otras áreas es posible hacer huelgas como medida de presión. Salvo UGT, que lo considera un paripé, hay convocados dos paros en la Administración vasca este otoño sin contar la huelga feminista también anunciada. También las organizaciones que no son de la Ertzaintza -donde ya despareció el sindicalismo de clase- quieren subidas salariales lineales. Y también el Gobierno les ha dicho que no.
El propio lehendakari, Iñigo Urkullu, lo recordó este martes en una entrevista en Telebilbao. El 10% de mejora que se demanda supondría “500 millones” anuales y eso “se escapa a lo que es un ejercicio racional”, ya que cuadruplica el 2,5% acordado por el Estado para todos los empleados públicos de España. Antes, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, pidió también al funcionariado vasco que analice cuáles son sus condiciones en comparación con otros ámbitos. Según Urkullu, las diferentes áreas de la Administración vasca tienen disposición “absoluta” para llegar a acuerdos con los trabajadores pero “siempre dentro de sus posibilidades”.
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