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El mar de placas solares proyectado en Álava choca con la tierra: “No queremos cambiar cultivo por paneles”

Placas solares del huerto solar de Agurain (Álava).

Belén Ferreras

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El mar de placas fotovoltaicas que se planea en Álava está chocando con la dureza de la tierra. Grupos de vecinos de los pueblos donde está prevista una de las instalaciones renovables más grandes entre los proyectos que actualmente se plantean en Euskadi se han negado a vender sus tierras a la empresa Indarberri, participada en un 30% el Gobierno vasco a través del Ente Vasco de la Energía (EVE), y el 70% restante por Solaria, y, acompañados por grupos ecologistas, han organizado este sábado una marcha a pie por la zona como protesta contra el proyecto y para que “la gente se dé cuenta de qué tierras vamos a perder, y de que no queremos cambiar tierras de cultivo por paneles solares”.

En concreto protestan por el proyecto Vitoria Solar 1, que se está planificado junto a otro que se denomina Vitoria Solar 2. Ambos están promovidos por Indarberri y están en trámites administrativos para su construcción a la espera de la declaración ambiental y otros permisos. El proyecto Vitoria Solar 1 afectará a los municipios de Vitoria y Arrazua-Ubarrundia, el segundo de los parques, Vitoria Solar 2, pretende instalarse en los términos de Vitoria, Elburgo y Barrundia. Estaba previsto que ambos parques ocuparan una extensión de 350 hectáreas, de las que 130 corresponderían a Vitoria Solar 1. Sin embargo, fuentes de Solaria, el accionista mayoritario del proyecto han reconocido a elDiario.es/Euskadi que entre ambas instalaciones no sumarán más de 150 hectáreas, unas 70 cada uno, la mitad de la extensión que estaba prevista. La empresa ha confirmado que “todos los terrenos que se precisan para la instalación están ya cerrados” pero lo cierto es que se ha encontrado con dificultades para comprar terrenos en algunos pueblos y la significativa reducción de la extensión del parque es una clara muestra de ello, aunque la empresa no ha querido relacionarlo de forma directa. “Siempre hemos dicho que no estaremos donde no se nos quiera”, señalan desde Solaria, “y si no se nos ha querido vender en una zona hemos tirado para otra”.

En concreto, la empresa ha intentado comprar para la instalación Vitoria Solar 1, unas 60 hectáreas del pueblo de Durana, 30 hectáreas de Arzubiaga y 20 hectáreas de Mendibil, todos ellos pertenecientes al ayuntamiento de Arrazua-Ubarrundia. “Sólo se han hecho con las 20 hectáreas de Mendibil. Los vecinos de Durana nos hemos opuesto de plano a la venta o el alquiler de esos terrenos, que son del concejo”, señala Peio Espinosa, miembro de Araba Bizirik, plataforma organizadora de la marcha y vecino de Durana. Decidieron por mayoría rechazar la oferta de la empresa que les proponía el alquiler de estas 60 hectáreas de terreno, ahora de uso agrícola, por 90.000 euros. “Es decir, 1.500 euros por hectárea, frente a los 150 euros de alquiler que se paga para uso agrícola”, señala. Esta elevada oferta a ellos no les convenció, pero sí a pequeños agricultores o gente que tiene sus tierras alquiladas por bajos precios porque se les ofrece cuatro veces de lo que sacan en el uso agrícola. “Lo que va a pasar es que se va a desplazar la actividad rural y a esquilmar el medio natural para el enriquecimiento de las grandes empresas energéticas y constructoras”, denuncian desde Araba Bizirik. “Su transición energética consiste en captar los fondos públicos puestos a disposición a través del programa Next Generation EU y de paso colonizar el medio rural y natural, que los han convertido en áreas de sacrificio”, dicen.

En el manifiesto leído tras la marcha critican a las instituciones por apostar “exclusivamente” por “una política industrializadora que es total”. “Sistemáticamente oímos declaraciones institucionales urgiendo a industrializar todo el territorio. En ningún momento se pone en valor el trabajo agrario, la actividad rural que mantiene vertebrada Araba y la incalculable riqueza que suponen los Comunales naturales”, señalan. En este sentido, proponen que “se protejan la pequeñas granjas y tierras de labranza familiares y establecer mecanismos dirigidos a garantizar la soberanía alimentaria frente a la amenaza de los grandes consorcios y comercializadoras” y la “implantación de instalaciones de agricultura intensiva como la macroplanta de producción de tomates hidropónicos de Tuesta subvencionada con más de 4 millones de euros de dinero público y ejemplo de un modelo insostenible y derrochador”, señalan.

Álava es el territorio que está experimentando un mayor incremento de instalaciones de energía verde en los últimos tiempos, por contar de entrada con mayor cantidad de suelo disponible y con condiciones meteorológicas más favorables, por ejemplo para las instalaciones fotovoltaicas. En territorio alavés se instalará también Ekienea, proyecto en el que participa Iberdrola, el Grupo Mondragon, la Diputación Foral de Álava y el Ente Vasco de la Energía (EVE), que se ubicará en Armiñón, ocupará 200 hectáreas de terreno y que será el más grande de los instalados hasta el momento, con 150 MW de potencia. Muy cerca de donde se inaugurará Ekienea se encuentra Ekian, que ocupa 55 hectáreas y tiene 67.000 paneles.

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