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Los usuarios del parking de La Concha de Donostia, hartos de la inseguridad: “Ya no nos atrevemos a bajar solos”

Desconchados en el suelo de la planta cuarta del parking de La Concha

Rubén Pereda

Vitoria —

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Los usuarios de las plantas cuarta y quinta del parking de residentes de La Concha, en Donostia, se han hartado. La rotura de la luna del coche de una usuaria fue la gota que colmó el vaso y los ha llevado a organizarse, pero antes había habido muchas otras que lo habían ido llenando hasta casi rebosar: varios hurtos y robos, gente orinando y defecando en las instalaciones, agresiones y una sensación general de inseguridad. Cifran en “más de 100” las incidencias acaecidas en los últimos meses. “Ya no nos atrevemos a bajar solos a nuestras plazas. La dejación de funciones de vigilancia y seguridad por parte de la [empresa] concesionaria es total: no hay vigilancia alguna y estamos sotenidos a la ley del más fuerte”, se quejan. Miran también al Ayuntamiento, al que acusan igualmente de “dejación de funciones”.

Hace mes y medio, a una usuaria del aparcamiento le rompieron la luna del coche y le robaron las pocas pertenencias que había dejado en él. Al subir a quejarse a la garita, se le comunicó que no había instaladas cámaras de seguridad, por lo que no se podía revisar nada. “Dándole vueltas, no me podía creer que, con lo que pagamos al mes, no haya ni una mísera cámara de seguridad para vigilar los vehículos”, comenta, indignada, la usuaria. Según los datos ofrecidos por los propios usuarios, por la concesión de una plaza en la quinta planta se pagaron en su momento más de 24.000 euros, mientras que los pagos por las de la cuarta ascendieron a más de 30.000. Al mes se abonan alrededor de 55 euros. Este suceso la condujo a dejar un papel en los pocos coches que, por las fechas veraniegas, había estacionados, llamando a la unión de otros usuarios para protestar y reclamar.

Desperfectos en las instalaciones de La Concha

En ese paseo por zonas del parking que no había visto hasta entonces para dejar los papeles, se percató de que la empresa concesionaria estaba “incumpliendo de forma muy grave” el pliego de condiciones firmado con el Ayuntamiento. Para su sorpresa, y pese a que asegura que nunca solía ver a nadie por allí, esta empresa retiró los papeles. Ella los volvió a colocar, de tal manera que muchos otros usuarios se pusieron en contacto y de ahí surgió un grupo de WhatsApp que ha dado lugar después a una asociación. Ya cuentan con un abogado, se ha constituido la junta y se están ultimando los estatutos.

“Es una pasada las cosas que cuenta la gente”, explica. A la falta de mantenimiento y la suciedad de ambas plantas de aparcamiento, se suma el hecho de que hay gente que duerme dentro del coche. También hay usuarios que se han topado con personas haciendo sus necesidades en las instalaciones. “A otro le rajaron las ruedas. Hay gente que ya está aparcando en otros sitios porque les da miedo”, asevera. Y no para ahí: se ha robado un coche, hay quienes accedieron con una furgoneta y bajaron para llevarse una moto de 500 centímetros cúbicos y, además, ha habido otros robos, atracos y más roturas de luna. En las fotografías más recientes del parking, se pueden ver también grandes desconchados en el suelo, deshechos acumulados en las esquinas y ascensores rayados.

Trastos acumulados en las esquinas del aparcamiento

El comunicado que han lanzado esta semana es duro. “Estamos hartos e indignados de ser el último mono al que no se le aplican las medidas de seguridad acordadas para otros aparcamientos (con acceso único y solo con tarjeta a partir de una hora), hartos de ser siempre los olvidados, hartos y enfadados y preocupados por la actuación de la [empresa] concesionaria y la dejación y permisividad del Ayuntamiento en materia de seguridad”, reza el escrito. Ante esta situación, exigen que se “bunquericen” ambas plantas de aparcamiento, de tal forma que los residentes sean los únicos que puedan acceder. A esta exigencia añaden la necesidad de implantar seguridad privada. “Lo que tenemos claro es que ya no vamos a callar y que, además de hartos e indignados, lo que no queremos es lamentar desgracias personales (que al ritmo de deterioro que llevamos ocurrirán más pronto que tarde) y que el incumplimiento de la concesionaria y la dejadez del Ayuntamineto al menos sean públicos, para que nadie alegue ignorancia y, desde luego, asuma su responsabilidad”, remachan.

No solo este aparcamiento

El RAC Vasco Navarro, que ha adelantado la noticia de la puesta en marcha de la que se conocerá como Asociación de Usuarios del Parking de La Concha de Donostia, incide en que la falta de seguridad no es asunto exclusivo de este aparcamiento, sino que se extiende a otros y a otras zonas de la ciudad. “Estaremos peor o mejor que otras ciudades, pero la realidad es que la inseguridad y los actos vandálicos con los que nos encontramos a diario los donostiarras nada tiene que ver con la tranquilidad de hace unos pocos años”, se quejan desde el Real Automóvil Club Vasco Navarro. “La habilidad de los residentes del parking a la hora de organizarse ha puesto al descubierto una realidad que por desgracia no solo se da en este aparcamiento; empieza a ser una constante en el resto de los aparcamientos, pero también en el resto de la ciudad. Una realidad silenciada por quien tiene la obligación de garantizarla”, abundan.

Desperfectos en el parking

La presentación en sociedad está prevista para el 15 de septiembre, fecha en la que celebrarán la primera reunión oficial de la asociación en un hotel que ha cedido sus instalaciones. Los impulsores de la asociación para velar por los intereses de los aparcamientos de La Concha son conscientes de que su situación no es única en la ciudad. “Nos tendríamos que unir toda la ciudad”, aseguran. Aun así, por el momento se van a centrar en aquello en lo que pueden centrarse: en exigir que se cumplan las condiciones acordadas en los pliegos que atañen a sus instalaciones. Protestan, además, porque el Ayuntamiento prometió que los iba a recibir y ha acabado por dilatar la espera y retrasar la cita con ellos hasta septiembre. “Por mucho que lo saben, no han hecho absolutamente nada. Cada uno ha ido por su cuenta a poner las denuncias y quejarse y nos han tomado el pelo durante todo este tiempo”, lamenta. Ahora, la asociación, ya constituida, con junta y los estatutos en camino, ya está en marcha, con la vista puesta en el 15 de septiembre.

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