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Interferencia (Wikipedia): “fenómeno en el que dos o más ondas se superponen para formar una onda resultante de mayor o menor amplitud”.

Interferencias es un blog de Amador Fernández-Savater y Stéphane M. Grueso (@fanetin), donde también participan Felipe G. Gil, Silvia Nanclares, Guillermo Zapata y Mayo Fuster. Palabras e imágenes para contarnos de otra manera, porque somos lo que nos contamos que somos.

BiciMAD: ¿servicio público o negocio?

Stéphane M. Grueso

Hace unos días que (no) funciona el servicio público de alquiler de bicicletas del Ayuntamiento de Madrid: BiciMAD. Tras su retrasada inauguración, -casi dos meses- está teniendo un inicio lleno de problemas: un software que no funciona e imposibilita el uso de las bicicletas, fallos de seguridad de importancia... pero no quiero hablar de eso en este post, quiero hablar del modelo. De lo que yo creo que es un error. En realidad no es un error; está hecho adrede: han tomado la decisión no de ofrecer un servicio público de bicicletas para el uso cotidiano de los madrileños, sino sencillamente ofertar un reclamo turístico más.

No debe ser fácil montar un sistema de este tipo: miles de bicicletas, docenas de estaciones, miles de usuarios, una ciudad muy extensa... La cosa es que Madrid a esto llega tarde, ya hay decenas de modelos funcionantes por todo el mundo y solo habría que haber copiado uno de los ya existentes. Es más, hay ciudades donde su modelo de uso de la bicicleta se basa en el uso privado de ella sin que existan servicios de préstamos de bicicletas públicas, como es el caso de Ámsterdam.

Expongo unos cuantos puntos que me resultan interesantes de algunas ciudades donde he usado la bicicleta y/o sus servicios de alquiler municipal. (Esto es una recopilación desordenada basada en mis experiencias personales):

Berlín: mucha gente utiliza la bicicleta como medio de transporte habitual todo el año, incluso en invierno con el frío y la nieve. Es una ciudad muy grande, de hecho, el término municipal de Berlín es cuatro veces más grande que el de Madrid. No existe un servicio público de alquiler de bicis. En Berlín la bici se puede transportar en todos los metros y trenes de cercanías con lo que la combinación transporte público + bici es realmente cómoda. La ciudad está plagada de carriles bici, hay aparcamientos y zonas para atarlas por todos lados y una cosa importante: los conductores están habituados a la presencia de éstas en las calles, con lo que es seguro ir en bici por allí.

Ámsterdam: que yo recuerde en esta ciudad no hay servicio público de bicis aunque la ciudad está plagada de bicicletas siendo casi el medio de transporte principal en el centro de la ciudad. De allí me llamó la atención la existencia de unos grandes parquins de bicicletas en las inmediaciones de las estaciones de tren. Vienes en tren, usas tu bici en la ciudad, acabas el día y la dejas allí aparcada.

Copenhague: de allí recuerdo que algunos tranvías tenían como un transportín en un extremo. Al ser los tranvías pequeños no podías subir con la bicicleta dentro, pero la podías transportar agarrada a estas estructuras y así cubrir grandes distancias.

Quito (Ecuador): allá me sorprendió ver un servicio de alquiler de bicis municipal muy parecido a los de cualquier ciudad europea, sí, estúpidos prejuicios y sobre todo ignorancia. Pero lo que más me gustó fue ver los carriles bici con una separación física de los coches. Sí, un bordillito que hacía el circular por ellos mucho más seguro. Algo así sería determinante en una ciudad como Madrid para fomentar el uso de la bicicleta, siendo ahora realmente peligroso su uso, por mucho que hayan pintado las calles con dibujos de bicicletas y una señal de 30 -que nadie cumple, por cierto-.

Vamos a ejemplos más cercanos:

Sevilla: la llegada del servicio de bicis municipales a Sevilla cambió algo el concepto de movilidad urbana en la ciudad. Conozco a decenas de personas que las usan de forma diaria para ir a la universidad o a sus trabajos. Sevilla es perfecta para eso: pequeña, plana, llena de parques, con el río (y su carril bici que lo recorre)... el servicio funciona bien y no es caro. Insisto: permite ese uso cotidiano: el sustituir el coche o autobús por la bicicleta.

Barcelona: este servicio de alquiler municipal de bicicletas lo conozco menos pero el modelo es como el de Sevilla. Abono + primera media hora de uso gratis. El sistema funciona casi las 24 horas, con un extraño corte de 2 a 5h de la madrugada y está presente en casi toda la ciudad con más de 400 estaciones.

Gijón: este servicio público del bicicletas del ayuntamiento de la ciudad asturiana no lo conozco, pero tiene buena pinta. Es gratuito y permite un uso de 2 horas por cada “alquiler”. Es de horario restringido y dispone de 64 bicicletas en 8 estaciones. No sé si son bastantes para el tamaño de la ciudad, la verdad.

Otras ciudades en España con este servicio son: Zaragoza o Valencia. En Vitoria ha dejado de funcionar de momento.

Voy acabando. En una ciudad como Madrid, con grandes problemas de tráfico, buen tiempo una gran parte del año y unos grandes ejes perfectos para ir en bicicleta como son: la Castellana o los parques del Oeste, de vía Carpetana, el Retiro, etc... creo que habría que haber sido más ambicioso y haber diseñado el sistema con la intención de que se usara como un transporte habitual de vecinos. Pero aquí manda quien manda. Y además estamos en año preelectoral. El hecho de que todas las bicicletas del sistema sean eléctricas pero la superficie cubierta por las estaciones sea pequeña no es muy comprensible tampoco. Otra cosa digna de mención es la ubicación de las estaciones. El centro: el turismo, los hoteles. Supongo que hay que empezar pequeño y por ahí, pero no deja de ser lo mismo y siempre para los mismos.

Por último, otra cuestión que creo que va a excluir a muchos de su uso es el coste. El modelo de BiciMAD siempre conlleva un coste para cualquier tipo de uso (aunque sean 10 minutos) y para todo tipo de abonados, algo desconocido en otros modelos como Sevilla, Barcelona, Zaragoza, Gijón o París. Con ese cobro mínimo que plantea BiciMAD, si quieres usar sus bicicletas como medio de transporte para ir al trabajo, eso te costaría: 25€ de la cuota anual más (tomando el mínimo: usas la bici menos de 30 minutos) 20 días x 11 meses x 2 veces (ida y vuelta) x 0,5€ = 220€, con lo que pagarías al año por el uso de las bicis municipales para ir a trabajar un mínimo de 245€.

En Sevilla, hacer lo mismo te costaría sólo 33€ al año. En Barcelona 47€, Zaragoza 36€, Valencia 27€ y en París 29€ (ó 19€ si eres menor de 26 años). Ah, y en Quito o Gijón es gratis.

De todos los modelos que he visto, BiciMAD es el único que cobra a los abonados de larga duración desde el minuto uno. O sea, a los residentes de la ciudad.

En definitiva, y espero equivocarme, creo que BiciMAD es un paso más en el proceso de gentrificación de la zona centro de Madrid. Un “falso servicio público” de poca utilidad para habitantes de la ciudad y sencillamente un reclamo turístico para gusto de hoteleros y hosteleros de la ciudad, que parece que son los que gobiernan, la verdad. Una oportunidad perdida de hacer una ciudad más habitable. Vamos, que me temo que BiciMAD no deja de ser simplemente otro negocio más.

Si quieres más información, aquí tienes un estudio de 2012 del RACC sobre la bicicleta pública en 40 ciudades de Europa:

RACC -Comparativa Bicis Publicas full_v120625_def RACC -Comparativa Bicis Publicas full_v120625_def from Stéphane M. Grueso

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