Alan Parsons, el hombre que se hizo músico a través del sonido
MURCIA ON es un amplio ciclo musical de conciertos, que ha tomado una importancia de primer orden en la región murciana. Bajo la batuta de Ibolele Producciones, la programación que vienen ofreciendo desde hace unos años ha ido cobrando importancia entre los muchos y variados aficionados, que acuden cada año -y a cada uno de los conciertos diseñados- con verdadera emoción. Lo hacen porque tienen la oportunidad, muchos de ellos, de volver a ver en directo a esos nombres que fueron sus ídolos en un momento de sus vidas. Y en la noche del pasado 20 de junio del año en curso, este fenómeno volvió a repetirse con la llegada de un nombre indispensable del rock británico, que llegó a la música para interpretar con la guitarra o los teclados desde su trabajo como ingeniero de sonido. Nos referimos a Alan Parsons y su, ahora, Live Project tras la separación de quien fuera su amigo, mánager y compañero en este viaje hasta 1990; momento en el que Eric Woolfson y Alan Parsons deciden imprimir el punto final a su aventura, para continuar cada cual por su camino. Fue todo de buen rollo. Tal es así que Woolfson autorizó a Parsons a que siguiera utilizando el nombre artístico de The Alan Parsons Project, con colaboraciones puntuales, todavía, entre ambos.
Las horas previas al concierto -y por lo que se podía presenciar- auguraban que podríamos estar casi en familia. Pero nada más lejos de la realidad. Los seguidores de Parsons tienen, tenemos, ya edades avanzadas. Es decir, que en los 70 y 80 andábamos muchos por la treintena de años o algo más jóvenes, pero nunca nos hemos olvidado de esos músicos que nos hicieron soñar, bailar, enamorarnos y vivir intensamente su música. Así que faltando poco menos de una hora para que el Proyecto de Alan Parsons apareciera en el escenario, esos ‘viejos aficionados’ comenzaron a llegar casi al unísono, como si de un enorme pelotón de hormigas se tratara cuando tocan arrebato para buscar el sustento, en este caso el musical.
Con puntualidad británica (nunca mejor expresado), la banda de Alan Parsons fue apareciendo en el escenario a los sones de ‘Sirius’ como introducción. El último en hacerlo fue el propio Parsons, con paso lento por su edad física (la mental la tiene puesta al día, sin ninguna duda), saludando y colocándose en el centrado y alto pedestal a modo de puesto de mando, desde el que vigilaba y dominaba en todo momento todo lo que iba sucediendo. La acogida fue apoteósica, con un público que se mostraba absolutamente dispuesto a disfrutar de su música y del mejor ambiente reinante. Sin mediar palabra, el grupo comenzó a tocar las primeras notas de ‘Standing On Higher Ground’, con el que comenzaba la locura de hora y cuarenta minutos de espectáculo.
Tras ello, Parsons dio la bienvenida, las buenas noches y las gracias por acudir a su cita. Las gradas de la plaza de toros y las sillas distribuidas en el ruedo eran toda una misma afición. Público de 50 años hacia arriba, con pequeñas islas de personal más joven. Pero todos, unidos, coreaban los temas de este músico británico que supo atrapar a muchos de nosotros en el pasado, con piezas como ‘Don’t Answer Me’, ‘Psychobabble’, ‘Time’ o ‘Breakdown’ con las que Alan Parsons fue dibujando una trayectoria sonora al más puro estilo británico (no había lugar a dudas) y en las que, si ponías atención, se podían detectar las diversas ¿influencias?, yo me inclino por el poso dejado, tras haber trabajado con Beatles, Pink Floyd, John Miles o Al Stewart entre otros muchos, en su memoria. No olvidemos nunca que Alan Parsons comenzó trabajando en la BBC allá por la década de los 60 del siglo XX, que continuó en los Estudios de la EMI y dentro del sello, el mítico Abbey Road en donde como ingeniero de sonido participó en ese álbum y en ‘Let It Be’ del cuarteto de Liverpool, hasta que conoció a Eric Woolfson y nació The Alan Parsons Project.
Los aproximadamente 10.000 espectadores que asistíamos a este Live Tour 2025 en el coso taurino de la Condomina nos mostrábamos absolutamente frescos y preparados, para disfrutar con Parsons y su grupo. Por cierto -y ello no es de extrañar, a tenor de sus grabaciones y giras anteriores-, qué banda tan espectacular arropa a este londinense de 76 años (en diciembre cumplirá los 77) que despliega una enorme profesionalidad y creatividad envidiables.
Parsons fue mezclando piezas rítmicas con otras de medio tempo o baladas más lentas logrando mantener, siempre, ese clímax necesario en todo buen concierto que se precie, para no perder ni un solo espectador. Así que sonaron ‘Old and Wise’, ‘I Wouldn’t Wan To Be Like You’ (primer trallazo de ventas en 1977, dentro de su segundo álbum ‘I Robot’), ‘La Sagrada Familia’ (que corean en español), ‘Let’s Talk About Me’ o ‘Dammed If I Do’, que dejó al personal al borde de un ataque de histerismo colectivo. ¡Qué bien sonaba esa banda, por Dios! Y, cómo no, que sonido tan perfecto y cuidado. Era una auténtica maravilla; mucho más para quienes han sido seguidores incondicionales de Alan Parsons. Pero si no lo has sido, el concierto no te defraudaba porque todo estaba muy cuidado. Tan sólo, unos pequeños problemas que tuvo el cantante P.J. Olsson con sus auriculares, un cable de guitarra que fallaba y que la mayoría no detectó (bravo por los técnicos de escenario y su rapidez e intuición) y la que peor parte se llevó: La realización y transmisión televisiva que se bloqueó y hubo que reiniciar, para que volviese la imagen. Por lo demás -estas cosas pueden y, de hecho, suceden durante un concierto-, el espectáculo que nos ofrecieron The Alan Parsons Live Project fue redondo, como el anillo de la plaza de toros murciana.
Bueno. Y llegó la recta final de este espectáculo. Dejaron sonar ‘Day After Day’, continuaron con ‘The One In Paradise’, ‘Can’t Take It With You’ y ‘Prime Time’. Y aquí, queridos lectores, fue donde Alan Parsons acabó por conquistar a los presentes. Porque cuando la pieza llegaba al final, Tom Brooks atacó desde su piano (él solo) la ya inmortal “Mediterráneo” de Joan Manuel Serrat. Les aseguro que esos diez mil espectadores que llenaban el recinto hubieran querido abrazar físicamente al grupo que lidera Alan Parsons. Fue el homenaje de estos músicos al público español, que siempre ha acogido de manera destacada las creaciones del londinense Parsons. Naturalmente, cuando finalizó ‘Mediterráneo’, Brooks y el resto de la banda retomaron la coda final de ‘Prime Time’ dejando literalmente derretidos a todos los presentes.
Había que rematar esa faena, utilizando el argot taurino. Primero, Parsons fue presentando a su grupo conformado, además de por él, por P.J. Olsson en la voz, Tom Brooks en los teclados, Guy Erez en la guitarra de bajo, Jeff Kollman en guitarra y voz, Danny Thompson en la batería, Todd Cooper en el saxo, percusión y voz y Dan Tracey en guitarra y voz. Después comenzaron a sonar las notas del tema que más éxito de ventas ha logrado Alan Parsons: ‘Eye In The Sky’. El público, que ya se había puesto en pie con las piezas anteriores, bailaba y cantaba la letra con el Live Project. Todos unidos, por la música, por una canción que ya forma parte de la memoria colectiva de muchos, pero especialmente, de los seguidores de Alan Parsons. Cuando sonó el último acorde, Parsons dio las gracias y reiteró las buenas noches. Pero justo detrás de donde me encontraba, una voz gritó: “No te vayas, Alan. Una más, por favor”. Él continuaba en su puesto de mando contemplando las ganas de seguir disfrutando de esas diez mil almas, que coreaban al unísono “Otra, otra, otra” mezclándose con el famoso “Oé, Oé, Oé…” No podía ni debía fallarles.
Así que volvió a su silla, se enfundó su guitarra y comenzaron a sonar las notas de una de las canciones de su primer álbum titulada ‘(The System Of) Doctor Tarr and Professor Fether’, que provocó un hervidero entre el público y casi sin hacer pausa, la guinda del concierto con ‘Games People Play’, éxito de su álbum de 1980, que dejaba noqueado a todo un público que flotaba, sobre la arena y gradas de la plaza de toros murciana.
En definitiva, Alan Parsons y su Live Project vinieron para hacer disfrutar a sus seguidores y doy fe de que lo lograron sobradamente. Otro éxito de la programación del ciclo MURCIA ON, que ya nos deja esperando los conciertos que ofrecerá, en este mismo recinto los días 25 y 27 de este junio, Joaquín Sabina. Sin duda, una de las voces más personales y carismáticas de la música española de los últimos 50 años. Se lo contaremos, naturalmente, desde estas mismas páginas digitales. No pierdan el hilo.
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