Réquiem por el Mar Menor: 'Lacrimosa', de Antonio Tapia

24 de agosto de 2021: “Se desaloja la maquinaria para el dragado de la gola de Marchamalo”

Transcurrida una semana con el mismo escenario de peces y crustáceos muertos por anoxia a orillas del Mar Menor, se mantiene la disparidad de criterios en el análisis y propuestas para contener la contaminación de la laguna. El Gobierno regional sigue apuntando al dragado de las golas para sanear las aguas y reclamando la asunción de competencias en manos del Ejecutivo central para abordar el problema.

El combate de los pinos y encinas, del sotobosque de lentisco y el matorral de jaras, romero y tomillo es mostrado por Antonio Tapia como un acto de afirmación de estas especies sobre la salobre arena, sobre las tempestades húmedas de Levante y ardientes de Lebeche. Más expuestas a los vientos, las arboledas exhiben sus heridas en las parciamente descarnadas ramas. Un escenario que expresa el dramatismo con el que la Naturaleza vive las adversidades de su propio ser a través de la espiral del tiempo, y sobre el que triunfa aun a costa de su muerte. Solo ante el hombre llega a doblegarse parcialmente, mientras éste ejerza su violencia. La Naturaleza se sabe capaz de superar las peores adversidades, el hombre no. 

En la adolescencia, atrapado por la naturaleza, paseé mil tardes por las salinas: desde el Mojón a la Calcetera; desde la Llana al molino de Quintín. La vida era bullicio alegre los días de Poniente entre las cañas y montañas de sal. Los días de intenso y húmedo Levante se acallaba todo, pintándose de un melancólico gris de Payne.

Esos días, los paseos se limitaban a las zonas más protegidas, y había un espacio que siempre me cautivó: el bosque del saladar. 

Era misterioso y degradado, con árboles retorcidos medio secos que gritaban su muerte lenta bajo el avance de la arena y la abrasadora sal de la maresía... y el viento, el duro viento mediterráneo que lo agitaba todo.

Pasaron los años y descubrí que esos árboles tenían una importancia capital, fijaban el suelo y evitaban que el beso airado del Mare Nostrum acabara, como Saturno, engullendo a su hijo Mar Menor.

No sé, comprendí la grandeza y la entrega de esos pinos torturados que luchaban hasta la última de sus hojas por mantener la esencia vital del desprotegido mar.

Hoy día soplan vientos de muerte sobre el Mar Menor, degradado, envenenado y enfermo verdea tóxico, pero todavía hay esperanza, y ojalá los que amamos su memoria, seamos como cada una de las hojas de los retorcidos pinos que, resilientes, luchan contra el Levante de la avaricia instalado en un reducido, pero poderoso, grupo de egoístas.

Antonio Tapia

10.- 'Lacrimosa': Antonio Tapia

Lacrimosa dies illa, Qua resurget ex favilla Judicandus homo reus. Huic ergo parce, Deus: Pie Jesu Domine, Dona eis requiem. Amen. (Lamentable aquel día, cuando de las cenizas se levanten los hombres culpados para ser juzgados. Ten compasión de ellos, Dios: Piadoso Señor Jesús, concédeles el descanso (eterno). Amén

“El lamento de los sordos, el descreimiento de los ciegos”

Al Ejecutivo murciano se le reprocha no aplicar las leyes que él mismo promueve y aprueba para que cesen los vertidos, suficientes según expertos y ecologistas para no tener que recurrir a competencias potestad del Gobierno de la Nación. Nada nuevo en la mesa: los reproches recíprocos entre las administraciones, la disparidad de criterios entre ecologistas y funcionarios y el tira y afloja de unos y otros mientras el Mar Menor sigue agonizando. Las discusiones en los despachos sí se mantienen vivas como recogen los medios de comunicación repetitivamente, el Mar Menor habla a través de sus peces muertos. 

Por Ucrania:  Arte, en ucraniano, se dice mystetsvo. El idioma nos es ajeno y aún más transcrito en cirílico, el alfabeto característico de las lenguas eslavas: мистецтво. No nos deja indiferente la tragedia del pueblo ucraniano por la criminal invasión que está sufriendo, tampoco la destrucción de su patrimonio y la muerte de sus nacionales. Las imágenes nos retrotraen a sus creencias cristianas, paradójicamente las mismas que las de sus agresores. El patriarca de Moscú y líder de la iglesia ortodoxa en Rusia, Cirilo I, justifica la lucha de su amigo Putin y ha prohibido decir 'guerra' en los sermones de sus iglesias. Lacrimosa dies illa…