López Miras suspende su primer examen
Fernando López Miras tenía la oportunidad de demostrar que aquél político que se convirtió en presidente por accidente podía llegar a ser un verdadero líder. Era la primera vez que se enfrentaba a un examen desde aquella lenta dimisión de Pedro Antonio Sánchez en abril de 2017. El resultado: los populares pierden más de 150.000 votos en Murcia, lo que propicia que en la calle Princesa vuelva la fiesta tras 28 años de travesía en el desierto.
El fracaso de López Miras ante su primera prueba de fuego enciende las alarmas y desata los temores por lo que pueda ocurrir en las próximas elecciones del 26 de mayo. Él heredó un partido con 22 asientos en la Asamblea Regional, a uno de la mayoría absoluta, y ahora anda tendiendo la mano a Cs y Vox, imitando a Pablo Casado, para garantizarse cuatro años más en San Esteban. A Pablo Casado le ha ido mal. López Miras tiene apenas 20 días para cambiar una estrategia que está autodestruyendo al PP.
El líder del PP murciano ve cómo la Comarca del Noroeste se tiñe cada vez de un rojo más intenso (los resultados del PSOE en Bullas y Calasparra son extraordinarios para los socialistas) y en los grandes núcleos urbanos, Lorca, Molina de Segura y Cartagena, también pierde la hegemonía. El caso más llamativo ha sido el de la ciudad portuaria, en la que son tercera fuerza, a 0,1% de votos de la cuarta (Vox), lo cual pone el foco en Noelia Arroyo, la gran apuesta personal de López Miras. Los populares mantienen la primera posición en la capital de la Región, pero con un estrecho margen. José Ballesta, el que dicen que es el eterno aspirante a candidato de la Comunidad Autónoma, tampoco tendrá el viento a su favor para hacerse con el poder del partido si se confirman estos resultados en las elecciones municipales.
La imagen que ha dado el presidente estos últimos meses será recordada durante mucho tiempo. En enero lideró una especie de crowdfunding para conseguir fabricar la bandera más grande de España y en uno de sus últimos mítines se 'enfundó el traje' de los 'payasos de la tele' para exaltar su amor a España y Murcia. Estas “mamandurrias”, como diría Esperanza Aguirre, que parece que no tienen importancia, sí la tienen y lastran la imagen de un dirigente que aspira a gobernar la Región hasta 2023 e ir a Madrid a luchar por un mejor reparto de la financiación autonómica. El asesor de imagen del PP, que también es codirector del 'CIS murciano', tiene mucho trabajo por delante.
Caso aparte merece el análisis de su política de oposición frontal contra los vecinos de las vías, una actitud tan poco inteligente que ha conseguido que, al por entonces desconocido líder del PSRM, ahora la gente ya le ponga nombre y apellidos.
Los populares también han perdido uno de sus principales apoyos “fácticos”, a pesar de su intento de reconciliación a la desesperada con esa Ley de Protección de la Familia que fijaba que “el aborto no es un derecho, sino un fracaso”. La UCAM, a la que el PP ha mimado desde su nacimiento hasta la saciedad, ahora le “echa las cruces al PP”, como indicó el periodista Vidal Coy en este periódico.
El 26 de mayo se juega la segunda parte del partido y López Miras tiene que virar el timón si no quiere pasar a la historia como el candidato que acabó con tres décadas de triunfos electorales en Murcia. En las elecciones del 26 de mayo variará el voto, pero, aun así, el mejor escenario de los posibles que se les presenta a los populares es el de gobernar como su homólogo en Andalucía; es decir, con el apoyo de Cs y Vox. Se acabó esa hegemonía del PP en la que “nunca se ponía el sol”.