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Salud suministrará un genérico para el tratamiento contra el sida

Fármacos contra el sida.

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

Las estrecheces económicas que vive el Gobierno vasco van a llegar también hasta el tratamiento contra el sida. El Departamento de Salud va a suministrar a partir de octubre a los enfermos de sida un medicamento genérico (mucho más barato que el original), lo que supondrá que los pacientes tendrán que tomar dos pastillas cuando ahora toman una. Un medicamento genérico es una copia de un medicamento de marca. Un medicamento de marca tiene una patente. Cuando la patente vence —por lo general, de 10 a 14 años después—, otras compañías pueden producir versiones genéricas del medicamento, que resultan mucho más baratas que el original. En ocasiones, hasta un 90% más baratas.

Con el paso de los años, los avances en la investigación han permitido cronificar una enfermedad mortal en su origen gracias a lo que se conoce como medicamentos antirretrovirales. Y el máximo de la eficacia se había conseguido con el Atripla, que es una combinación de tres fármacos en un comprimido. Un tratamiento consistente en una pastilla al día, muy lejos de los primeros años de combate con la enfermedad cuando los pacientes debían tomar cócteles de pastillas en varios momentos del día.

Pero el alto coste de este medicamento y la aparición en octubre de un genérico de uno de los tres que forman Atripla ha llevado al Gobierno vasco a tomar esta decisión. Así, los pacientes tomarán un genérico y otra pastilla (que incluye los otros dos comprimidos).

En principio, la adherencia al tratamiento está garantizada ya que las dos pastillas se deben tomar a la vez. Es decir, no una por la mañana y otra por la noche, lo que sí hubiera podido dificultar seguir con el tratamiento por cuestiones como olvidos o descuidos. El director del plan vasco contra el sida, Daniel Zulaika, considera “infundado” las voces que alertan de que las dos pastillas van a conllevar una menor adherencia al tratamiento. “No deben generar ningún problema porque se toman a la vez, por la noche”.

“Soluciones sostenibles”

Zulaika apunta que en el actual contexto económico Osakidetza está obligada a analizar todas las alternativas que permitan la sostenibilidad de la atención a los pacientes. El coste del tratamiento antirretroviral ha sido en 2012 de 38,5 millones de euros y la previsión de crecimiento anual es de un 5%, lo que obliga a Osakidetza a “buscar soluciones coste efectivas y sostenibles en el tiempo para seguir asumiendo estos tratamientos”.

El Servicio Vasco de Salud está negociando con la compañía farmacéutica que produce el Atripla para que reduzca el precio de la pastilla única y así poder seguir ofreciendo esta alternativa terapéutica a los enfermos de sida, pero a un coste sostenible. Sin embargo, la compañía no se ha mostrado, por el momento, sensible a esta necesidad. Así que Osakidetza ya ha trasladado a los afectados que a partir de octubre, cuando esté en el mercado el genérico echará mano de él.

La medida afectaría al 30% de los 5.000 pacientes que hay en la actualidad y supondría un ahorro de 3,6 millones de euros al año. Los medicamentos que precisa cada paciente de sida al año suponen un coste medio de 8.200 euros. El ahorro se destinaría, según Zulaika, a “garantizar el presupuesto de la sanidad pública vasca”. “Estamos”, añade, “consensuando todos estos pasos con los médicos que atienden pacientes seropositivos y con los representantes de las ONGs y de pacientes”.

Desde la Comisión Ciudadana Antisida de Álava, su presidente Miguel Ángel Ruiz, anuncia que su organización apostará por los genéricos, a pesar de que eso suponga una merma en la calidad del tratamiento de los pacientes. “Lo único que le pedimos al Gobierno vasco es que los médicos puedan tener la capacidad de dispensar a determinados pacientes por sus necesidades una sola pastilla. Habíamos llegado al límite de la efectividad con una sola pastilla. Ya solo queda erradicar la enfermedad. La hemos visto aparecer, convertirse en una pandemia y conseguir el tratamiento para pararla. Y todo ello en una generación”.

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