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Urkullu y Torra, dos melodías muy diferentes para una misma partitura nacionalista

Urkullu y Torra, con un ertzaina, en Ajuria Enea

Iker Rioja Andueza

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el 'president' catalán, Quim Torra, se han conocido personalmente en una comida que han compartido este mediodía en el palacio presidencial de Ajuria Enea, en Vitoria. Torra, con su lazo amarillo en la chaqueta y los independentistas presos siempre presentes en su discurso, ha agradecido la “cordialidad” de su anfitrión, pero también su “franqueza”. Sobre el papel, ambos han compartido la defensa del derecho a decidir de los pueblos vascos y catalán, pero ha sido evidente la diferencia de melodías para una misma partitura nacionalista. En su visita a Euskadi, que incluye también una conferencia en San Sebastián de la mano de Gure Esku Dago (similar a la ANC) y una cita con Arnaldo Otegi, se escenificará que la sintonía es mucho mayor con la izquierda abertzale que con el PNV, al menos con el PNV que representa Urkullu.

Urkullu y Torra han compartido, después del almuerzo, una conferencia de prensa trilingüe (en castellano sobre todo pero también con preguntas en euskara y catalán) en la que han escenificado esas discrepancias. Urkullu ha insistido en defender una España plurinacional y el derecho a decidir “legal y pactado” con el Estado y ha insistido en que la nueva mayoría articulada en torno al Gobierno de Pedro Sánchez abre la puerta a un escenario de “distensión” que no existía con Mariano Rajoy. También ha recordado el “riesgo” de fractura social en función de “cómo se aplica” esa defensa de la autodeterminación. Son los “métodos”, no las “aspiraciones”, ha enfatizado el lehendakari, muy serio en su intervención ante los medios de comunicación que abarrotaban la sala de prensa del edificio administrativo de la Presidencia vasca.

Pero, en palabras de Torra, cualquier posibilidad de acuerdo con España o canalizar las demandas catalanas con una reforma del Estatut es “una pantalla pasada”, una fórmula que ya fracasó en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero. “Estamos en cómo ejercer el derecho de autodeterminación. Estamos en esa pantalla [...]. La independencia nos puede proporcionar una mejor sanidad y educación, así como unas becas mejores. Esto no va de banderas o himnos, va de un mejor país”, ha enfatizado el 'president', que no ha obviado palabras como 'independencia', 'referéndum' y 'soberanía' y que ha destacado que la respuesta del Gobierno de España, ahora en manos socialistas, sigue siendo el 'no' y “214 años de prisión” para los líderes independentistas que serán juzgados en el Tribunal Supremo.

Preguntados expresamente por estos mensajes de diferente calado, Urkullu ha tratado de argumentar que cuando se defiende la autodeterminación no tiene por qué ser para un referéndum de independencia, un matiz inexistente en el discurso de Torra. Por su parte, el líder catalán se ha limitado a dejar constancia de que los “ritmos” para la “libertad” en ambos casos “es posible que no sean exactamente los mismos” aunque compartan “el mismo objetivo final”. 

Voseo e intercambio de libros

Urkullu, en todo caso, ha querido rechazar las “interpretaciones” de que no hay sintonía entre él y Torra. “Estamos los dos aquí, en el mejor de los climas”, ha zanjado el lehendakari, que se ha mostrado “dispuesto” a aceptar la invitación formal de Torra a visitar Barcelona y también a Carles Puigdemont “en el exilio”, así como a los presos que así se lo pidan, como ocurrió en agosto con Oriol Junqueras. “No ha habido ningún problema entre nosotros”, ha apostillado Urkullu mientras Torra le voseaba: “Quería invitaros a la Generalitat en la primera ocasión que podáis”.

Torra ha llegado puntual a Vitoria, cuando el reloj estaba a punto de marcar las 14.30 horas, justo como estaba previsto. El 'president' viajaba en la parte trasera de un Audi y su equipo venía en un monovolumen. Los vehículos han accedido hasta los jardines del palacio presidencial y para cuando los acompañantes del líder catalán abrían la puerta de la berlina Urkullu y cuatro ertzainas con uniforme rojo de gala ya estaban esperando en lo alto de la escalinata. En ese instante, siete miembros de Nuevas Generaciones del PP han hecho sonar bocinas como antes, de modo aislado, escolares de un colegio religioso cercano han proferido gritos como 'Arriba España'.

Sonriente, el lehendakari ha invitado a Torra a una estancia de la planta baja de Ajuria Enea, donde les esperaban tres pequeñas mesas. En una, había 'plantadas' una 'senyera' (que no una estelada) y una ikurriña. En las otras dos, cada mandatario ha colocado los regalos que se han intercambiado. Desde Cataluña, Urkullu ha recibido dos voluminosos tomos de '600 anys del Palau de la Generalitat'. Torra ha explicado que habiendo recuperado las instituciones propias (se sobreentiende que tras el 155) es un orgullo para su Gobierno haber mantenido durante seis siglos una sede gubernamental en el mismo lugar. El lehendakari, por su parte, ha hecho entrega de un volumen sobre el pueblo vasco que su gabinete encargó al “premio nacional de literatura” (en España) Kirmen Uribe: “Un pueblo ancestral que ama la vanguardia”. “¡Qué definición más bonita! Eskerrik asko, lehendakari”, ha sonreído Torra, que lucía en su solapa, como muchos de sus asesores, un lazo amarillo.

Era el primer encuentro formal entre ambos. Urkullu, ahora hace un año, se erigió en mediador entre Rajoy y Puigdemont para evitar una declaración de independencia y abrir un marco de distensión. El lehendakari tuvo el compromiso del ex 'president' de que convocaría elecciones pero todo cambió en el último momento. Desde entonces, el tradicional clima de cordialidad entre el PNV y el nacionalismo catalán se ha enfriado.

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