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“A la crisis económica le seguirá una crisis social de consecuencias desconocidas”

Una protesta de la plataforma antidesahucios.

Eduardo Azumendi

La precariedad y la pobreza no se han agudizado Euskadi como consecuencia de la crisis, pero sí que se han cronificado. Así lo ha constatado Cáritas Euskadi en su informe de actividad correspondiente a 2015, año en el que atendieron a mcerca de 45.000 personas. Su presidente, Carlos Bargos, asegura que su organización no percibe que la mejoría económica y del empleo que pregonan algunos partidos y gobiernos esté llegando a las personas que han caído en la pobreza. Según Bargos, los pobres son cada vez más pobres.

En consonancia con anteriores informes, Cáritas indica que el mayor riesgo de pobreza y exclusión social lo sufren las familias con menores, para quienes la ocupación laboral, junto a otros factores como el nivel de estudios o el de renta, son causantes de que tal situación se herede.

En esta línea ha advertido el secretario general de la organización en Gipuzkoa, José Emilio Lafuente, que se está detectando una “transmisión intergeneracional” de la pobreza en la que influyen la escasa cualificación, la falta de oportunidades en el mercado laboral y una mala situación de la vivienda. “A la crisis económica le seguirá una crisis social de consecuencias desconocidas”, advierte.

Por eso, los responsables de Cáritas han puesto en valor el sistema vasco de protección social, en especial la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), por lo que supone de freno a la exclusión severa y alivio de los efectos de la desigualdad.

Mujeres con hijos, colectivo más vulnerable

El perfil de la persona que acude a Cáritas en busca de ayuda no ha cambiado en los últimos años: mujer, desempleada y con hijos a su cargo. En Álava, 5.971 personas se beneficiaron durante el año pasado de las distintas ayudas y servicios de atención de Cáritas. En Gipuzkoa por su parte fueron 27.429 personas, casi un 8% menos respecto a 2014, cuando fueron 29.834. También en Bizkaia la cifra ha descendido en 2015 y han sido 11.364 las personas atendidas, frente a las 11.556 de 2014.

Estas leves mejorías indican que el empobrecimiento “no va a más” en cuanto a número de afectados, pero sobre todo que “la bolsa de personas atendidas se cronifica”, recalca Cáritas.

Si bien tanto en Gipuzkoa como en Álava el número de foráneos supera al de autóctonos, en Bizkaia esa tendencia, que ya venía invirtiéndose en los últimos años, se ha ampliado en 2015, y ya son 5.115 los demandantes extranjeros frente a los 5.761 del lugar en el territorio vizcaíno.

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