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35.000 habitantes vierten sus aguas residuales al río Nervión tras años sin depuradora

Nervión-Ibaizábal a su paso por Echévarri.

Natalia González de Uriarte

En materia de deudas pendientes en el ámbito de las infraestructuras hidráulicas podría afirmarse que el caso de la comarca de Ayala, en Álava, es excepcional. La falta de depuradora en varios municipios como Llodio, Amurrio, Ayala y Orozko expone al río Nervión y sus afluentes a vertidos urbanos e industriales sistemáticos desde hace años. Son 35.000 habitantes los que vierten directamente sus aguas residuales a la cuenca fluvial. El único filtro con el que se topan esas evacuaciones son las fosas sépticas comunitarias que a duras penas logran mitigar la contaminación en las aguas.

El estado del Nervión en ese punto se ha calificado de deficiente. El impacto ambiental es evidente. “Es lamentable. A simple vista se aprecia y en verano los olores que desprende el río en ciertas zonas evidencian aún más la contaminación. Es tercermundista lo que está pasando aquí y la gente está muy indignada. La recuperación del Nervión en la provincia vizcaína es ejemplar pero en Álava, en la cabeza del río, seguimos echando mierda”, asegura el juntero de Podemos de Ayala, Dani Trujillano.

EH Bildu ha denunciado en varias ocasiones los retrasos en el proyecto de construcción de las estaciones depuradoras. “Es una deuda histórica que todos los Gobiernos tienen con Aiaraldea. El problema está sobre la mesa desde hace años pero no se le ha hincado el diente a tiempo”, declaran desde la coalición al tiempo que aseguran que estarán vigilantes para que se cumplan los plazos de construcción de las depuradoras una vez se inicien.

¿Por qué se ha demorado tanto el proyecto de saneamiento? Hay varias administraciones públicas implicadas- los ayuntamientos afectados, las diputaciones forales de Araba y Bizkaia, el Consocio de Aguas de Ayala-Kantauriko Urkide-tza-, la Agencia vasca del Agua- URA-, el Gobierno vasco, el Gobierno central, y mucha tramitación pendiente paralizada por la falta de una declaración de impacto ambiental por parte del Ministerio, que según las últimas informaciones, estará lista en primavera. Será entonces, si no se dan nuevos contratiempos, cuando la maquinaria eche a andar.

“Todo indica que habrá sanción”

Este estancamiento en la construcción de las instalaciones de saneamiento, además de daños medioambientales, podría llevar aparejados importantes costes económicos. Se están incumplimiendo las directrices europeas en materia de aguas residuales para proteger la salud y el medioambiente. Ya se ha abierto un expediente por parte de Europa que podría derivar en sanciones millonarias y quizás sea tarde para eludirlas. Según fuentes conocedoras de estos procesos consultadas por eldiarionorte.es las posibilidades de librarse de una multa son escasas. “Todo indica que habrá sanción. Se desconoce aún la cuantía y qué administración deberá hacerse cargo, pero habrá multa”, aseguran.

En cualquier caso las depuradoras de Markijana y Basaurbe no estarán operativas antes del 2020-2021. Otro escollo a salvar tras la obtención del informe ambiental favorable será la adquisición de los terrenos. En enero la Agencia Vasca del Agua, URA, y el Consorcio de Aguas de Ayala acordaron que el Gobierno vasco aportaría 2,5 millones de euros para la adquisición de terrenos para ejecutar las obras. Y están en ello pero hasta que no expropien las tierras no se podrá abordar la obra.

La construcción, entre las estaciones depuradoras y red de colectores, se estima costará más de 82 millones de euros.

Desde Ekologistak Martxan califican de gravísima la falta de depuración de las aguas. “Es obligatorio. Ha de hacerse sí o sí. Es una de las grandes tareas pendientes en la provincia. Si al menos estuviéramos hablando de una zona con poca industria y población, pero no es el caso” declara Andrés Illana.

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