Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“Me pisó mis cosas, me escupió y me llamó perro”

Dos usuarios del albergue de Mazarredo conversan en un parque de Bilbao.

Eduardo Azumendi

“Me pisó mis cosas, me escupió y me llamó perro”. Saúl, de 38 años, es un 'sin techo' que afrontará el invierno en la calle. Su testimonio figura en en el Observatorio de los Delitos de Odio contra Personas Sin Hogar. Una iniciativa coordinada por la Fundación Red de Apoyo a la Inserción Sociolaboral (Rais) y bautizada como Hatento. Las ONGs vascas Asociación Rais Euskadi y la Asociación Zubietxe han puesto en marcha este Observatorio, que también cuenta con el apoyo de otras tres ONGs nacionales. Su objetivo es denunciar las situaciones de violencia que sufren las personas sin hogar en España y la invisibilidad en la que permanecen los 'sin techo'. 

Mikel Barturen, director de Rais Euskadi, asegura que el hecho de malvivir en la calle facilita la impunidad respecto a las agresiones. “En el País Vasco tal vez no se da una violencia tan explícita hacia los 'sin techo' como en las grandes metropolís, pero también existe. Con el conflicto abierto en torno a la Renta de Garantía de Ingresos estamos viendo como se culpabiliza a los pobres de todos los males. Socialmente resultan molestos y más si se les ve en la calle. Esa sensación de rechazo hace más necesario que nunca la existencia de herramientas como Hatento”.

El sinhogarismo, es decir, la falta de un alojamiento adecuado, permanente y que facilite la convivencia, es la dimensión más extrema de la exclusión social. A pesar de su gravedad, todavía existe un vacío muy importante sobre su incidencia y sobre las características básicas de las personas afectadas por esta situación.

En la actualidad y según los datos del último recuento (realizado durante una noche en las principales ciudades y pueblos de Euskadi), alrededor de 300 personas duermen al raso, mientras que otras 1.700 pasan la noche en albergues y otro tipo de recursos puestos en marcha por las instituciones para dar cobijo a estas personas. Según un estudio del Centro de Documentación y Estudios de la Fundación Eguía Careaga (SIIS), entre los 'sin techo' predominan los hombres (82,7%), jóvenes e inmigrantes. El 46% tienen menos de 35 años y seis de cada diez son de origen extranjero. La mayoría de las personas que no tienen casa cuentan con algún tipo de formación y apenas una de cada diez carece de estudios. Casi la mitad tienen estudios primarios, y una tercera parte también secundarios. Un 5,4% incluso tiene estudios universitarios.

Según Barturen, una de cada cuatro de estas personas también sufre algún tipo de transtorno mental. “Para esta gente, un albergue es un cuidado paliativo. Si sufres una enfermedad mental es necesario que te atiendan en un centro especializado. Al final, es un círculo vicioso del que no pueden salir. Por eso, queremos crear redes sociales que favorezcan su integración y apoyarlas para que activen todas sus potencialidades para mejorar su autonomía personal y social”.

Etiquetas
stats