Las letras más polémicas del Carnaval de Cádiz
La polémica que ha levantado la chirigota La familia Verdugo por esa decapitación de Puigdemont en escena puede servir para tirar del hilo y comprobar que el Carnaval de Cádiz ha tenido pocos reparos para, históricamente, reírse de quien haya hecho falta, empezando por sí mismo, y para criticar con dureza los temas de mayor actualidad de cada momento.
Para saber cómo pensaba el pueblo de Cádiz en cada momento histórico basta con acudir a las letras de sus agrupaciones. Un acontecimiento que tuvo presencia en el escenario del Teatro Falla fue el fallido golpe de estado de 1981. Ese día había sesión en el teatro y no se interrumpió. Al día siguiente, todavía con muchas dudas en el ambiente sobre cómo se iban a desarrollar los acontecimientos, el cuarteto Cuatro parlamentarios parlanchines y estrafalarios, de Juan Poce, hacía una parodia en la que un Tejero muy carnavalesco tomaba el Falla como si se tratara del Congreso de los Diputados. Incluso de eso se reía el Carnaval de Cádiz.
Los años 80 fueron transgresores en muchos sentidos y había poco aguante ante determinados temas. En el año 86, la chirigota Los tontos de capirote tuvo que salir del Falla escoltada por la policía en un furgón por haber tocado algunos temas delicados concernientes a las cofradías de la ciudad.
Pero en el tema religioso siempre será recordada la letra que Antonio Martínez Ares le escribió al Papa Juan Pablo II. Corría el año 1993 y el famoso autor gaditano escribía un pasodoble que le costó su expulsión de la cofradía del Nazareno. “Ha dicho el santo padre que el aborto es de asesinos y es curioso que lo diga alguien que no tiene hijos, alguien que come y bebe por culpa de algún cristiano, que no vive en un piso que vive en el Vaticano, que lo único que hace es saludar, con una mano”, comenzaba. “Creo en ese cristo tan humilde que murió en un maero y creo en su santa madre y que me perdone el cielo que a usted yo no le creo”, finalizaba.
Pero no sólo la religión causó polémica en las tablas del coliseo de las coplas. La política siempre estuvo muy presente y algunos autores como Joaquín Quiñones pedían la pena de muerte para los integrantes de la banda terrorista ETA. Fue con la comparsa Suspiros de Cai en el año 1992. “Desde Andalucía te escribo esta letra, de ná te conozco, pero te llaman ETA. Por qué vistes de luto, siempre encapuchada, si dicen que la cara es espejo del alma... Con golpes de pecho en los funerales no se arregla esto. Basta de tanta barbarie, no tienen derecho. La pena de muerte y que paguen por lo que han hecho”.
La corrupción no podía faltar en este periodismo coplero del Carnaval de Cádiz. Esto sí que es una chirigota, de José Antonio Vera Luque, recreaba el Gobierno de Rajoy en 2014 y el autor daba un repaso a la España del momento. “La marca España le ofrece productos de calidad, como su ricos chorizos, que son muy ricos, los más frescos del lugar. También sepa que la marca España tiene un detergente que el dinero se lo deja blanco, limpio y reluciente... Y si va a manifestarse también puede degustar las tortas y las galletas que un antidisturbio le repartirá. Y es que en la marca España todo lo puede encontrar, desde chorizos a peces gordos y a detergentes pa blanquear. Sólo un producto seguramente no encontrará: aquí no tenemos huevos y no pasa na”.
Otro asunto recurrente tratado con dureza ha sido el de la Casa Real. Martínez Ares, siempre crítico en sus letras, se acordó del Rey Juan Carlos con su comparsa Calle de la Mar, de 2003. “Ya han salido los fascistas de sus tumbas y sus cavernas, usando una democracia que justifique la guerra. Ya han cambiao la chaqueta por la camisa de siempre y el más fascista de todos, nuestro señor presidente... Ese rey que no condena esta masacre, esa reina que no cambia de peinao, esas dos niñas pariendo y ese niño empajillao. Ya está bien de mantener a una familia y que vayan a la guerra los primeros y ojalá les entre el miedo y se acuerden de un 23 de febrero”.
Este autor no deja a nadie indiferente y también tocó un asunto que ha suscitado un enorme debate en los últimos años como es el de la tauromaquia. Martínez Ares se mostraba en contra del maltrato animal en 1994 con La ventolera: “Acércate torito que ya es la hora, no me mires a los ojos que no me das pena. Qué me importa tu sangre si la gente arde por verte rendío.Olvídate del arte, yo vengo a matarte con garbo y tronío y está la plaza llena, llena... Ay, maldita sea la gente que quiere tu muerte, torito negro. Cuántos monosabios viven en mi pueblo, malditos seáis cien veces. A to el que quiera la muerte de un toro lo llevaría al centro del ruedo a hacerle perrería y allí con un descabello le diré ”¿qué sientes? dime qué sientes.“