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‘La mujer tigre’: el flamenco y la ópera invitan a aceptarnos tal como somos

Presentación  La Mujer Tigre

Alejandro Luque

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Una obra “contra los que señalan con el dedo”: así resumen los responsables de La mujer tigre el espíritu de este montaje, la primera coproducción entre el Teatro de la Maestranza y el Lope de Vega de Sevilla, que se estrenará en este último escenario los días 12 y 13 de marzo. Un intento de actualizar el formato histórico de la ópera de cámara, propiciando su encuentro con el flamenco, que tendrá como protagonistas a tres jovencísimas figuras como la cantaora Reyes Carrasco, la soprano Natalia Labourdette y la bailaora Paula Comitre, junto a la voz actoral de Julio León Rocha.

El propio León Rocha, que asume la dramaturgia del montaje, comenta que La mujer tigre “habla sobre todo de etiquetas, del hecho de enjuiciar a las personas sin saber que esos juicios nos pueden acompañar toda la vida. Pero también pueden servir para empoderarnos, para acercarnos a otras personas y ser más fuertes”, explica. Una idea con la que coincide Reyes Carrasco: “El público va a darse un baño de autoestima, y va a preguntarse si esos defectos que todos tenemos no son también los que nos permiten ser nosotros mismos, diferentes a todos los demás”.  

La historia en torno a la cual gira la obra es la de una persona que se acostó mujer y se levantó tigre. “No tigresa”, especifica el programa de mano. “Por su diferencia con el entorno, es convertida en monstruo por la sociedad. Pero, ¿quién es un monstruo? Simplemente aquel o aquella que los demás señalan como tal”. Cómo la mayoría dominante ha estigmatizado históricamente a quienes eran distintos por su raza, creencias, sexo, etc, es una de las cuestiones centrales de la obra.   

Compromiso y desafío

Por su parte, Natalia Labourdette subraya que, aunque la presentación de la obra a los medios se celebró en la víspera del 8M, la propuesta no tiene nada que ver con un alegato feminista, más allá de que “al hablar de etiquetas y aceptación, sabemos que las mujeres han estado siempre mucho más estigmatizadas que los hombres solo por serlo”. Y de nuevo el responsable de la dramaturgia asiente: “Nos gusta pensar que este trabajo es feminista por la sensibilidad del equipo, y por la gran cantidad de esas etiquetas que recaen sobre la mujer. Pero desde el propio título, tan abstracto, indicamos que nuestro blanco es lo absurdo que es reducir a alguien de esa manera”.

Asimismo, los responsables de la parte musical del espectáculo dicen haber asumido todo tipo de riesgos “partiendo de un trabajo muy estrecho desde el primer momento, preguntándonos qué queríamos contar, y estando muy atentos a qué texto pedía la música, y qué música pedía el texto”, comenta Julio León. A su lado, el director musical, Manuel Busto, también pone el foco en el mensaje: “El arte puede entretener, pero no todo entretenimiento es arte: tiene que decirnos algo. Y la mejor manera de hacerlo es a través de las emociones. La ópera y el flamenco generan un impacto inigualable”.

Para desarrollar este “tonadilla escénica contemporánea”, como la define, Busto ha contado con aliados de excepción como el Trío Arbós, Premio Nacional de Música 2013, el Proyecto Lorca y las percusiones del onubense Agustín Diassera. “Ha sido un gran desafío para Reyes, porque todo el cante parte de una partitura, así como para Natalia, a la que nos hemos llevado a un registro completamente diferente, y a Paula, que nunca había bailado antes una pieza de estas características”.

Natalia Labourdette dice haber hecho un notable esfuerzo en poco menos de un año para adaptarse desde su medio –el canto lírico– a los compases flamencos. “No sabía dónde me estaba metiendo”, explica. “Cantar sobre palos flamencos es algo que está fuera de nuestros códigos. Incluso la forma de contar los tiempos es distinta, es lo que más me ha costado”. Paula Comitre, desde el baile, considera también que ha sido toda una aventura ese “acercamiento de posiciones, esa aproximación de mundos” con final feliz. “Al final, son dos tradiciones muy potentes que acaban encontrándose”.

Laboratorio permanente

Fran Pérez Román, director de escena, insiste no obstante en que “nos hemos sentido muy acompañados a lo largo de todo el proceso. Había algo de laboratorio permanente en el modo en que nos hemos ido apoyando unos a otros”.      

El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, quiso estar presente en el acto de presentación para celebrar La mujer tigre como “un ejemplo del momento actual, de las ganas y la ambición que tiene la cultura en Sevilla. Estoy muy satisfecho de que los dos teatros se pongan de acuerdo para un proyecto encabezado por tres artistas que, sumando sus edades, no llegan a los 60 años”.

El director del Lope de Vega, Carlos Forteza, aseguró que el estreno será “un día de celebración”, así como una prueba de “la madurez de las dos instituciones” implicadas, mientras que su homólogo del Maestranza, Javier Menéndez, destacó el hecho de que ambos coliseos “siempre están dispuestos a escuchar lo que tienen que decir los nuevos creadores”. Todos confían en que La mujer tigre tenga su recorrido más allá de las dos fechas del estreno.        

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