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Imagen de archivo de suelo agrícola afectado por la sequía

Ignacio Escolar

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Hola,

¿Cómo ha ido tu semana? Yo tan feliz como preocupado. Lo primero, porque mi hijo pequeño –casi once meses ya– está dando sus primeros pasitos y te ilumina la vida cuando ves lo contento que se pone al empezar a caminar. Lo segundo, porque cada día me asusta más el mundo en el que tiene que vivir.

La crisis climática ya está aquí

Mi preocupación, y supongo que también la tuya, es que ni siquiera hablamos del futuro. Cuando era un veinteañero, dos décadas atrás, yo era de los que pensaban que la crisis climática le tocaría a nuestros hijos, o a nuestros nietos. Era entonces una preocupación en abstracto sobre un problema importante pero lejano y que creíamos que nunca veríamos. Hoy lo estamos contando en directo.

La primera generación de la crisis climática no será solo la de nuestros hijos: será también la nuestra, la de las personas que en este momento habitamos el planeta. Porque está pasando ya.

Seis datos de los últimos días:

1- La Organización Meteorológica Mundial acaba de confirmar que el cambio climático se está acelerando. Todos los síntomas van a peor: el calor excesivo, la subida del nivel del mar, la acidificación de los océanos, las sequías, las tormentas muy violentas… Todo empeora sobre el año anterior.

2- La temperatura media de los océanos ha superado este mes todos los registros históricos. “Entramos en terreno desconocido”, dicen los expertos.



3- Aún estamos en abril y, mientras te escribo esta carta, casi toda España está ya en peligro extremo de incendio (el mapa da miedo).

4- Este año ya han ardido 46.300 hectáreas: la peor cifra en dos décadas. En solo tres meses, ya se ha quemado más superficie de España como la que ardía en un año entero, en 2010 o 2012.

5- Europa está siendo el continente donde más están aumentando las temperaturas (y con ellas, la sequía).

6- La próxima semana, a partir del jueves, se espera otra ola de calor. En muchísimas ciudades españolas llegaremos a los 36 grados. Como si estuviéramos en el mes de julio.

Hace unos días, a cuenta de todos estos datos, decidimos reorganizar el trabajo de la redacción. Hablé con la subdirectora de Sociedad, Natalia Chientaroli, y le encargué que pusiera en marcha un nuevo equipo para cubrir el día a día de la crisis climática exactamente igual que hicimos hace dos años con la pandemia: al minuto, con gráficos actualizados, de forma permanente y exhaustiva, como si fuera la noticia más importante de nuestras vidas. Porque lo es.

Los que no lo quieren ver

“Asesinos”, “miserables”, “lo pagaréis”. La Agencia Estatal de Meteorología, de dónde salen los pronósticos oficiales del tiempo, ha difundido en redes sociales un vídeo donde denuncia el acoso y los insultos que sufren sus trabajadores en las redes sociales por parte de quienes niegan la crisis climática. “Pedimos respeto”, dice la AEMET. 

Todo mi apoyo a estos meteorólogos y algunas preguntas al hilo de esta información: ¿Por qué tantas personas han normalizado los insultos en las redes sociales? ¿Qué más pruebas necesitan quiénes aún niegan la realidad del cambio climático? ¿En qué mundo viven? ¿Acaso hay algún sitio donde no sea evidente que ese futuro terrible del que tanto nos advirtieron ya está aquí?

Los que miran hacia otro lado

Y mientras nos damos de bruces contra esta dura realidad, la derecha y la extrema derecha continúan en Andalucía con su plan: cambiar Doñana por un puñado de votos, a ver si así ganan la Diputación de Huelva. Las mentiras desplegadas en esta campaña populista son un desprecio a la inteligencia de los demás.

Falso. Porque cada centímetro de Doñana depende de su acuífero, cuya extensión es mayor que el propio Parque Nacional. Un acuífero que algunos agricultores con cultivos ilegales están esquilmando y que la nueva ley permitirá legalizar. 

  • “No es una iniciativa del Gobierno andaluz, sino del propio Parlamento

Es una excusa de mal pagador, que sirve para escurrir el bulto cuando Europa te dice que esa ley también es ilegal. En la Junta de Andalucía mandan exactamente los mismos que tienen la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz. Moreno Bonilla actúa como el conductor que se niega a recoger una multa de tráfico mintiendo al cartero al decirle que él no vive ahí.

  • “El acuífero de Doñana ni se toca ni se afecta”

Y también es falso, para variar. Porque permitir cultivos de regadíos en unos terrenos donde hasta ahora no era legal solo tiene sentido si se usan pozos ilegales. No hay “agua superficial”, ni en el futuro la habrá. 

¿Cuánto cuesta cerrar un pozo ilegal? Pues el proceso dura hasta diez años. Y cuando se cierra uno, se abre otro nuevo. Hay pequeñas perforadoras portátiles, con las que se puede hacer un pequeño pozo del que bombear agua en cuestión de unas horas.

La meritocracia, según Aznar

Dice José María Aznar que está “preocupado” por la meritocracia en España. “Han decidido arrasarla en favor de derechos colectivos y grupos singulares excluyentes”, asegura el expresidente español.

Dos datos, nada más: 

  1. Es el mismo José María Aznar que nombró al frente de Caja Madrid a su amigo y compañero de oposiciones, Miguel Blesa. Un inspector fiscal sin ninguna experiencia en el sector financiero. Cuya gestión (y la de otro “meritocrático”, Rodrigo Rato) acabó quebrando una caja centenaria.
  2. También es el mismo Aznar que nombró a su compañero de pupitre, Juan Villalonga, como presidente de Telefónica.

Aquí tienes a Villalonga y a Aznar en el patio del Colegio Nuestra Señora del Pilar en Madrid, uno de los centros educativos más elitistas de la España de esos años. Me encanta esta foto: explica a la perfección en qué tipo de “meritocracia” cree Aznar.

Ya que hablamos de meritocracia y enchufes: imagino que leíste esta semana nuestra investigación –que te anuncié en la carta del pasado sábado– sobre Cuca Gamarra. Cuando era concejala de Logroño, medió para que el Gobierno del PP en La Rioja colocase a afines del partido en empresas privadas.

Un ‘me too’ en la Universidad

En elDiario.es seguimos investigando los casos de acoso laboral en la universidad española. Es un trabajo que no es fácil: cada reportaje lleva varias semanas, hablamos con decenas de fuentes antes de publicar. No queremos ser injustos, ni acusar falsamente a ninguna persona: cuando publicamos la noticia, es porque está contrastada y sabemos que es verdad.

El último nombre que hemos destapado –una excelente investigación de nuestro compañero Pau Rodríguez– es el del conocido economista Vicenç Navarro. Un prestigioso catedrático progresista, muy admirado en la izquierda. Yo le conocí hace quince años, cuando era director de Público y le fiché como articulista. Entonces no sabía nada de lo que conocemos hoy: la manera en la que trataba a quienes trabajaban con él. Su propia universidad, la Pompeu Fabra, lo ha apartado por acoso laboral y abuso de poder.

Tras publicar nuestra investigación, en redes sociales, otras personas que trabajaron con él han corroborado públicamente nuestra investigación.  “Todo es cierto”, dice uno de ellos. 

Una recomendación literaria

Mañana es Sant Jordi (o el día del libro, la opción que te vaya mejor). Y te quiero recomendar una novela que estoy regalando mucho en estos últimos meses: El ministerio del Futuro, de Kim Stanley Robinson. Es una obra de ciencia ficción (mi género preferido), aunque no esperes naves voladoras, viajes en el tiempo ni nada similar. 

La novela impresiona porque habla del futuro más cercano; de nuestra realidad. El autor imagina, sobre los datos que tenemos hoy, cómo serán las próximas décadas del mundo actual: las consecuencias de la crisis climática en nuestra vida y nuestra sociedad. No te quiero reventar la trama, pero sospecho que te gustará.

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Lo dejo aquí por hoy. Espero que mañana te regalen muchos libros, que te haya gustado mi carta y que no nos dejes de leer.

Un abrazo,

Ignacio Escolar

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