Un experto abandona el comité que evalúa el futuro del polémico minizoo de Santander tachándolo de “paripé”: “Ya tenía una postura prefijada por la alcaldesa”

“Un paripé”. Así ha definido el veterinario David Perpiñán al comité de expertos creado por el Ayuntamiento de Santander el pasado verano para evaluar el futuro del polémico minizoo ubicado en La Magdalena. Este especialista ha tomado la decisión de abandonar lo que ha calificado como “un grupo de expertos plagado de personas interrelacionadas y defensoras de los parques temáticos”, responsabilizando de ello a la regidora de la ciudad, Gema Igual (PP).

Y es que este veterinario ha manifestado a través de una nota de prensa de la Fundación Franz Weber que el comité “ya tenía una postura prefijada por la alcaldesa a favor de mantener el parque, gracias a una composición diseñada para avalar esta decisión”. Como consecuencia de ello, Perpiñán ha denunciado el “nulo debate” que se ha producido en torno a esta instalación, así como “la falta de transparencia evidente” durante todo este tiempo.

En este sentido, este experto ha acusado al equipo de Gobierno PP-Cs de mantener un posicionamiento político y no científico con respecto al mantenimiento del zoo.

La citada Fundación ha explicado que, después de más de medio año reclamando sin éxito informes y documentación sobre aspectos técnicos del minizoo, donde “hay cautivos leones marinos, focas y pingüinos”, Perpiñán ha dirigido una carta en la que expone posibles conflictos de intereses entre las personas nombradas en la comisión, lamentando además que se incluyeran nuevos miembros una vez constituido el grupo de trabajo.

Según el veterinario, existen “relaciones de amiguismo entre las personas que conforman el comité”, que a su juicio son “un ejemplo de la falta de voluntad política real del Ayuntamiento de Santander para cambiar el futuro del minizoo de La Magdalena”.

También ha criticado la “información incorrecta” que se ha trasladado en este tiempo, “como que el Colegio de Veterinarios estaba elaborando un informe que, meses después, no existe; o la remisión de un documento de una empresa privada que hace alarde de recoger huevos de pingüinos en la Antártida para venderlos a parques zoológicos de todo el mundo”.

Perpiñán ha explicado que esta compañía tiene “un interés comercial en el mantenimiento de los zoos”, y su informe “se olvida de cuestiones muy importantes como los problemas médicos de muchos animales, las condiciones inadecuadas de la instalación reconvertida o los problemas de bienestar de mantener grupos reducidos de especies sociales”.

En la carta afirma que “la falta de transparencia fue evidente en todo este tiempo”, abundando en la no recepción de documentos. “Todavía seguimos esperando que se comparta la historia clínica de los animales, algo que se ha pedido en repetidas ocasiones. También hay que mencionar que he tenido acceso a algunas informaciones sobre el zoo por terceras personas”, señala.

Cuestiones como el alquiler de una nueva bomba de agua o la modificación del recinto de las focas, según el veterinario, nunca fueron compartidas con el grupo de expertos, impidiendo que éstos pudieran realizar aportaciones, sugerencias o recomendaciones al respecto.

En este sentido, la Fundación Franz Weber señala que la decisión de Perpiñán “ilustra cómo no se deben hacer las cosas en un parque zoológico de titularidad pública, hurtando el debate social e impidiendo que se tomen decisiones basadas en criterios científicos”.

“Tal es así, que el mismo día que se anunciaba la creación de este espacio de trabajo la alcaldesa Gema Igual decía que cerrar el minizoo era imposible. Una muestra de que la posición del Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos no era un posicionamiento científico, sino político”, ha concluido.

El futuro de esta instalación saltó al plano político durante la desescalada de la primera ola de la pandemia cuando se difundieron en las redes sociales imágenes de un león marino muerto y de varias focas en mal estado. Incluso un informe emitido por la Fundación nombrada anteriormente reflejó ese “deficiente” estado, señalando que “no cumple ninguna función positiva ni para los animales ni para la sociedad”.

No obstante, pese a que se llevó a Pleno, la propuesta de cerrar el minizoo decayó con los votos de PP, Cs y Vox, y el Ayuntamiento decidió impulsar la creación de este comité de expertos para analizar el futuro de la instalación cuyo posicionamiento, según el Consistorio, ha estado dividido durante estos meses. La oposición (PSOE, PRC y Unidas por Santander) ha reclamado en reiteradas ocasiones sin éxito la clausura de este espacio, y los regionalistas reclamaron este miércoles conocer el avance de los trabajos del comité de expertos “a la vista de su tardanza”.